Por Bernd Kießling
Galería de fotos de la exposición en 3D (para verla correctamente son necesarias gafas 3D rojo-cian)
…descubres el motivo por el que falta un gancho en tu caja de herramientas: porque aún está en la exposición, felizmente colocado entre los aparatos, tras el acrílico bien atornillado.
Traducción al español desde el inglés: Salvador Martinez.
Shhh… no se lo digáis a nadie (¡bueno sí, contadlo, por favor!), pero Matt está participando en un gran proyecto cinematográfico que arranca ahora:
https://www.kickstarter.com/projects/1041148411/art-and-craft-a-feature-documentary
Según Matt:
“No publico esto para que la gente aporte fondos para la película, sino para que puedan echar un vistazo a todas las trastadas de Landis y ser de los primeros en ver algo del filme y de sus creadores, ¡incluyéndome a mí! Como verán en la película cuando afirmo: ‘dio con el registrador equivocado’. Hasta pronto, Matt.”
Suena estupendo. ¡Por favor, echadle un vistazo!
Saludos,
Angela
Traducción al español desde el inglés: Salvador Martinez.
Por Derek Swallow
“¿Y entonces, a qué te dedicas?”, me preguntan. “Trabajo como registrador de colecciones en un museo”, respondo mientras observo la mirada, ahora inexpresiva, del interrogador. Continúo con una breve descripción de mis cometidos: registrar adquisiciones potenciales, hacer un seguimiento del proceso hasta su evaluación por el comité de colecciones y su ingreso final en las mismas. Normalmente, esto suscita esas palabras tan hirientes para el ego: “Parece interesante”. Dichas con ese tono particular que suena a “vaya aburrimiento de trabajo”.
Controlando a duras penas mi irritación, me abstengo de escupirle: “Me encanta mi trabajo. Es muy interesante. Realmente no tienes ni idea de en qué consiste. ¿Y en qué demonios trabajas tú que es tan maravilloso, eres astronauta o algo así?”. En lugar de eso respiro hondo, sonrío amigablemente y me preparo para asestar mi golpe maestro.Me topé con este interesante enlace que me gustaría compartir con vosotros. La autora reflexiona sobre el término “autenticidad” en el contexto del patrimonio/los museos. Hace algunas observaciones muy interesantes: http://ejarchaeology.wordpress.com/2013/03/29/my-bike-the-authentic-object-with-its-own-biography/
Espero vuestros comentarios sobre este tema. También me interesaría conocer las políticas específicas de vuestros museos en lo relativo a la “autenticidad”.
Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal
Espero que todos hayáis disfrutado pensando en la situación que os planteé en la primera parte y que hayáis decidido qué habríais hecho.
Ante todo, recordaréis que en la primera parte dije que la vida real no funciona como un ejercicio. Así que yo no tenía toda la información tan bien organizada como cuando os la presenté a vosotros. Tuve que reunirla a medida que resolvía el problema –con un tiempo limitado y una tormenta de nieve acercándose–.
Como seguramente habréis adivinado, aunque la opción a) (sacar los camiones) era posible en teoría, la descarté bastante rápido. Era la que tenía más posibilidades de resultar en un daño a los camiones, bien durante su traslado o por problemas derivados de las condiciones meteorológicas/ambientales. ¡Imaginaos lo que supone mover camiones históricos a toda prisa y mientras comienza una tormenta de nieve! ¿Qué posibilidades hay de que todo el mundo mantenga la calma y actúe adecuadamente? ¿Qué probabilidades hay de que alguien se ponga nervioso, soltando algo cuando no debiera o no viendo dónde pisa? Proteger a los objetos del peligro es solo un aspecto a considerar. Evitar accidentes, y especialmente aquellos que pueden suponer que alguien salga herido, es otro, y para mí más importante.
Inicialmente me incliné por la opción c) (esperar hasta el lunes). Después comprobé la página web del Deutsche Wetterdienst (DWD, servicio meteorológico alemán), el radar de precipitación y los datos meteorológicos del aeropuerto más cercano (que es nuestra referencia para el tiempo atmosférico local porque está a solo 4 kilómetros).
En el momento teníamos una humedad relativa de aproximadamente el 55% en el exterior, y una temperatura de aproximadamente -3 °C. El pronóstico meteorológico para el lunes predecía un aumento de la temperatura hasta los 2-5 °C con una probabilidad de lluvia del 85%. El radar de precipitación decía que el frente de nieve se estaba aproximando, pero probablemente llegaría algunas horas después del aviso dado para las 10 a. m.
Por tanto, pensé que tendría un pequeño margen de tiempo para la opción b) (abrir la puerta, situar la plataforma elevadora en el exterior, trabajar en el interior), porque el lunes tendría exactamente el mismo problema, pero con peores condiciones meteorológicas que las de hoy. El pronóstico meteorológico a largo plazo no me dio muchas esperanzas de que las condiciones fueran a mejorar en la siguiente semana. De hecho, los -3 °C/55% HR parecían ser las mejores condiciones en el futuro próximo.
Para reconfirmar mi intuición, saqué mi leal diagrama hx de Mollier. Me dijo que con estas condiciones no alcanzaría el punto de rocío en la nave (recordad: 11 °C/42% HR). El aire primero se mezclaría, generando un aumento de la temperatura y un descenso de la humedad relativa antes de que la temperatura comenzara a descender. Y con todos los objetos bien climatizados a 11 °C, el riesgo de condensación parecía bajo (al contrario de lo que ocurrió hace algunos años, cuando algún chico listo decidió abrir las puertas para dejar que el “estupendo y templado aire primaveral” (18 °C/80%) entrara en la nave (11 °C/50%)).
Si el frente de nieve llegaba pronto, aún podríamos interrumpir el trabajo y cerrar la puerta en aproximadamente 10 minutos. Así que me decidí por la opción b) pero, francamente, no me sentí cómoda con esta solución y habría estado agradecida a cualquiera que hubiera propuesto una opción d).
Tuvimos suerte. El detector se cambió en una hora y el frente de nieve nos alcanzó tarde, a las 2 p. m. Recuperamos la calefacción en la nave con mucho cuidado (lo cual no fue un problema porque el sistema de calefacción es muy débil) y todo fue bien.
Quizá algunos de vosotros os habréis preguntado por qué tengo presentes todos los datos exactos, a pesar de que me encontré en esta situación hace bastante tiempo. Lo juro, ¡no tuve que inventármelos! Solo tuve que mirarlos.
Generalmente, cuando se dan situaciones problemáticas puedes hablar con expertos de tu museo o de la materia en cuestión para encontrar las mejores soluciones. Puedes tomar la decisión tú mismo una vez que has confirmado con colegas para comprobar que no se te ha pasado algo importante. O puedes presentar la cuestión a los responsables de dirección y dejar que ellos tomen las decisiones. Sea cual sea tu enfoque, puedes decir que hiciste lo que hiciste a tu leal saber. Después, hay situaciones como esta en las que te encuentras abandonado a tu suerte. Tienes que decidir partiendo de los datos limitados que tienes, tu experiencia y tu instinto.
En estos casos es importante reconfirmar posteriormente. Sin duda, si algo va mal sabes que tu decisión fue equivocada y lo harás mejor en la siguiente ocasión. Pero si todo sale bien nunca estarás del todo seguro de si fue así porque tu decisión fue la correcta o simplemente porque tuviste muchísima suerte. Esto lleva, a lo peor, a hacer lo mismo la siguiente vez pero con mucha menos suerte.
Así que después del incidente escribí a muchos colegas haciéndoles la pregunta que os hice a vosotros: “¿Qué habrías decidido tú?” Fue muy interesante leer sus respuestas. En general aprobaron mi actuación. Algunos preguntaron si no había sido posible asumir el riesgo de tener solo un detector de incendios activo, ya que siendo infrarrojo seguro que reaccionaría si hubiera un fuego, incluso si este estuviera en la otra parte de la nave. No asumí ese riesgo por varias razones:
Algunos colegas tuvieron otras ideas, como formar una patrulla de vigilancia durante el fin de semana con voluntarios reclutados entre el personal y esperar y ver si el tiempo sería realmente tan malo el lunes, una idea que sin duda tendré en mente para situaciones futuras.
Cuando me dispuse a escribir esta historia solo tuve que buscar en mi archivo de correos electrónicos del año en que ocurrió el incidente usando la palabra clave “trilema”, y ahí pude releer todos los datos y algunos hechos más que ya había olvidado, junto con todas las sugerencias que recibí de colegas de registros y responsables de colecciones.
Mirando atrás, hubo mucho que aprender de este incidente:
Espero que hayáis disfrutado con esta escena del crimen de la vida real de un responsable de colecciones, y si alguna vez os apetece compartir una de vuestras historias estaremos encantados de publicarla en Registrar Trek.
Saludos,
Angela
Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal
por Alana Cole-Faber
Hace unas semanas llevé a mis gemelos de cuatro años al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York para ver el hermoso belén napolitano del Museo. Por supuesto, al llegar nos distrajimos fácilmente con las momias, templos y esculturas y apenas hubo tiempo propiamente para el belén. Paseando por uno de los pasillos de escultura europea, a mis hijos les cautivó “Perseo con la cabeza de Medusa”, de Antonio Canova. Habíamos leído la historia de Perseo numerosas veces antes, y esta representación del héroe fue inmediatamente reconocible para ellos. Mi hija se alegró de ver que Perseo llevaba casco, pero mi hijo estaba bastante molesto porque parecía haber olvidado un regalo crucial de Atenea: un escudo reflectante. Mientras los gemelos debatían la exactitud de la escultura, dos hombres se acercaron. Uno le dijo al otro: “Oh, eh, es una escultura del hombre de ese mito”. Mi hija les escuchó por casualidad y suavemente dijo: “Perseo”; pero los hombres no le escucharon. El segundo hombre dijo: “Sí, es ese hombre que mató a Medusa. ¿Cuál era su nombre?”. Los hombres permanecieron un momento en silencio rascándose la cabeza. “Perseo”, dijo mi hija un poco más alto, pero fue ignorada de nuevo. “¡Perseo!”, exclamó el primer hombre después de una larga pausa, momento en el que mi hija se volvió hacia mí y dijo: “Le dije que era Perseo, pero no me escuchó”.“Él no me escuchó”. Podía oír en mi cabeza las palabras de mi hija, tal y como leí en el reciente artículo de Tiffany Jenkins sobre los niños en los museos, titulado “Los niños deben ser vistos y no oídos”. La autora asegura que los museos están demasiado orientados a los niños en los últimos años y afirma que esto es esencialmente un desperdicio de fondos, ya que cree que los niños no son capaces de beneficiarse verdaderamente de las colecciones que ofrecen los museos. El artículo critica severamente la inclusión de los niños en los museos, lo que casi se lee como una sátira. Casi.
Sí, los niños son a menudo ruidosos en los museos. Sí, a veces corren cuando deberían caminar. Sí, a veces tocan cuando no deberían. Sin embargo, se lleva a los niños a los museos para su educación, y su educación abarca más que simplemente quién hizo qué y cuándo. Llevar a los niños a los museos les enseña que estas instituciones tienen valor, que lo que hay dentro de ellas tiene valor, y que la gente que trabaja allí tiene valor. Con la ayuda de un docente comprometido, los niños pueden incluso aprender cómo deben comportarse en las galerías, pero, incluso aunque no sea así, las semillas se han plantado no obstante para su futuro crecimiento. Estudios realizados por el Fondo Nacional de las Artes indican que hay numerosos beneficios en involucrar a los niños en las artes y que esos beneficios son especialmente significativos para los niños de familias con bajos ingresos.La afirmación de la Sra. Jenkins de que los museos están demasiado orientados a los niños es imposible de apoyar. He trabajado y visitado muchos museos de muchos países diferentes a lo largo de los años. Ni una sola vez he creído que ningún museo estuviese demasiado centrado en los niños. Hace poco visité el Museo Smithsonian del Aire y del Espacio, que en los Estados Unidos es una especie de meca para los más pequeños. Los aviones y las naves espaciales cuelgan del techo, y hay actividades interactivas y vídeos a lo largo de las galerías. Hay niños por todas partes, y un montón de cosas para que ellos toquen y trepen. Si algún museo pudiese ser acusado de estar excesivamente orientado a los niños, podría ser este. Sin embargo, me di cuenta de que en cada actividad interactiva había al menos tantos adultos participando como niños. Los abuelos señalaban famosos aviones a sus pequeños compañeros, y los niños preguntaban repetidamente a sus padres: “¿Qué quiere decir esto? ¿Qué es esto?” Había ruido, eso seguro, pero había conocimiento recorriendo cada rincón y rendija de esas galerías. No cabe duda al menos de que esos niños volverán como adultos, compartiendo su experiencia con sus propios hijos y nietos.
Si nuestros museos no son para niños, ¿para quienes lo son? ¿No estamos en este negocio para preservar el arte, la cultura y la Historia para las futuras generaciones? Para aquellos de nosotros que trabajamos “detrás de escena” con las colecciones, es fácil pensar en el trabajo de atraer a nuestros ciudadanos más jóvenes a los museos como algo ajeno a nosotros. En algún momento de nuestras carreras, la mayoría de nosotros hemos dicho: “Oh, yo realmente no soy un conservador y/ o educador”. Pero los que conservamos las piezas formamos parte de esta misión educativa y nos interesa enormemente que la misma tenga éxito.Si no estamos enseñando a nuestros jóvenes que lo que hacemos importa, que todas estas piezas antiguas que cuidamos tienen valor, entonces estaremos sin trabajo cuando la próxima generación llegue a la mayoría de edad y la Sra. Jenkins se quedará completamente sin su “palacio de conocimiento”. La próxima vez que escuchemos un ruidoso grupo escolar deambulando a través de la galería de un museo, quizá deberíamos estar agradecidos de que alguien se haya preocupado lo suficiente como para traerlos. Y, entonces, podremos asegurarnos de que no toquen nada que no deban.
Si estas esperando la solución del “Trilema” de un Registrador, aguanta una semana más. Lo revelaremos el 17 de enero.
Traducción al español desde el inglés: Laura García Oliva
Cuando estás realizando estudios de museos o cursos sobre manipulación de bienes culturales y conservación preventiva aprendes mucho acerca de condiciones ideales de almacenamiento, mejora de condiciones ambientales, qué hacer, qué no hacer. Sin embargo, todos los supuestos que resuelves en clase son casos muy claros. Normalmente habrá una respuesta correcta a la pregunta “¿Qué harías tú?”.
Y después está la vida real en el museo. Que, al igual que la vida real en general, no consiste en casos muy claros. Siempre te encontrarás en situaciones en las que no deberás decidir cuál es la mejor solución a un problema, sino cuál es la menos mala. El concepto de buenas prácticas es genial, pero a veces lo único que puedes hacer es decidir entre el desastre y la catástrofe.
Esta es una historia real que contaré en dos partes. En la primera os plantearé una situación, os proporcionaré alguna información adicional y os dejaré con la pregunta “¿qué harías tú?”, para que podáis pensar sobre ello hasta que os cuente cómo terminó la historia.
Eres el responsable de colecciones de un museo con una gran colección de objetos tecnológicos. Son las 7:30 a. m. de un viernes de diciembre y recibes una llamada del departamento de mantenimiento: un detector de incendios ha generado una falsa alarma por la noche y han acudido dos brigadas de bomberos. El detector fue reprogramado y generó otra falsa alarma esta mañana. Es necesario arreglarlo.
El almacén dispone de dos detectores similares de incendio por infrarrojos, cada uno de ellos para controlar una mitad del espacio de la nave. Para arreglarlo, el detector de incendios debe ser revisado y finalmente sustituido por un técnico de un servicio externo, y solo puede accederse a él usando una plataforma elevadora. El lugar donde debería colocarse la plataforma para poder acceder al detector de incendios está ocupado por dos grandes camiones históricos. Como alternativa, abriendo una puerta de acceso a la nave se puede situar la plataforma en el exterior y el técnico puede trabajar si se eleva el brazo hacia el interior. Esto causaría una bajada de la temperatura en el interior del almacén desde 11 °C hasta aproximadamente 0 °C en la zona adyacente a la puerta, manteniéndose algo por encima en zonas más interiores del espacio.
La estación meteorológica local ofrece en el momento datos de -3 °C y un 55% de humedad relativa, y cielo nublado pero sin lluvia. El servicio meteorológico ha emitido aviso por fuertes nevadas, que comenzarán aproximadamente a las 10 a. m.
El pronóstico meteorológico para la siguiente semana: el lunes, la temperatura subirá a 5 °C con posibilidad de lluvia del 85%. El tiempo permanecerá templado y húmedo durante las siguientes una o dos semanas.
Un técnico puede llegar a las 9:00 a. m. El trabajo a realizar con el detector de incendios llevará de 1 a 2 horas, dependiendo de si solo es necesario limpiarlo o si hace falta sustituirlo. Los trabajadores debían recibir aviso antes de las 10 a. m., o de lo contrario no podrían acudir hasta el lunes por la mañana.
7:59 a.m., Restaurador de Camiones y Coches
Se pueden mover los camiones pero será necesaria maquinaria pesada y apoyo del departamento de mantenimiento.
8:05 a.m., Jefe de Mantenimiento
Están disponibles la barra de remolque y el camión con los que se pueden mover los camiones históricos; hay personal disponible para ayudar al restaurador.
8:07 a.m., Restaurador de Camiones y Coches
¿Dónde se desplazarán los camiones? El único lugar posible es una explanada que hay ante el almacén. ¿Cuánto tiempo llevará moverlos? Si se comienza a trabajar inmediatamente, habrán podido terminar hacia las 9:30 a. m.
¿Tenéis toda la información que necesitáis para tomar una decisión? ¿Cómo abordaríais la decisión?
a) ¿Sacar los dos camiones de la nave para que el técnico pueda trabajar dentro?
b) ¿Abrir una puerta para que la plataforma elevadora pueda situarse en el exterior y se pueda trabajar en el interior?
c) ¿Esperar hasta el lunes, o hasta más tarde, dejando el 50% de la nave sin servicio de alerta de incendios, hasta que la temperatura suba y el tiempo sea seco?
Ahora, queridos lectores:
¿Cómo y qué decidiríais hacer?
Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal
El 02 de enero de 2013 empezamos un proyecto con el propósito de informar al público sobre el trabajo de las colecciones y con el de unir a la gente que trabaja con colecciones alrededor del Mundo. Ahora, un año después, somos un equipo de 4 autores y 32 traductores de 19 países, proporcionando 16 idiomas.
Supongo que vosotros, nuestros fieles lectores, estáis más interesados en lo que tenemos en stock para el próximo año de Registrar Trek que en las estadísticas*.
En primer lugar, estad seguros de que os mantendremos entretenidos con historias y artículos del mundo de la gestión de colecciones. Y estamos encantados con cada nueva aportación que nos enviéis. Nuestro plan es buscar más historias prácticas, ejemplos de buenas prácticas en registro, buenas soluciones de almacenaje e inteligentes ideas de documentación y gestión de colecciones. Tendremos incluso algunas historias del mundo real que terminarán con cuestiones como “¿Qué decidirías?”, dejándoos la posibilidad de considerar el problema hasta que revelemos el resultado en uno de los siguientes post.
Matt nos mantendrá informado sobre el falsificador Mark Landis y sus alias, Anne tiene más que contar “desde el estante” y Derek os adentrará en el fascinante trabajo del registrador. Angela está planeando lanzar una pequeña y divertida serie llamada “El Museo del Spam”.
Y, por supuesto, habrá historias y artículos de autores invitados. En realidad tenemos uno en proyecto de un entusiasta de las bases de datos y prometemos otros muchos.
¡Así que quedaros con nosotros y estad atentos!
Su equipo Registrar Trek
* Estadísticas: Publicamos 62 posts, tuvimos 12.000 visitantes que entraron en nuestro blog cerca de 20.000 veces. Más de 300 suscriptores en nuestra Feed RSS.
Traducción al español desde el inglés: Laura García Oliva
Este post también se encuentra disponible en italiano, traducido por Silvia Telmon.
Este año es distinto. La Navidad “me pilla” en medio del montaje de nuestra próxima exposición especial sobre aparatos eléctricos domésticos. El último año lo han acaparado los cuidados de aspiradoras, planchas, procesadores de alimentos, secadores de pelo, cafeteras… Se seleccionaron más de 1.500 objetos para la exposición, muchos más fueron estudiados y se corrigieron sus datos en la base de datos. Ahora todo tiene que estar en su sitio, recibir tratamiento individual (es decir, fijación de partes sueltas o limpieza) y tener una cartela correcta. No es un proceso de trabajo contemplativo que invite a la reflexión. Pero no quiero irme de vacaciones sin un repaso y un pronóstico personal, sobre todo porque esta vez puedo compartirlo con colegas de todo el mundo:
Aparte de por los retos de la citada exposición de objetos de nuestras colecciones, el último año estuvo definido por el nacimiento y el crecimiento de Registrar Trek. Salimos “al aire” el 2 de enero y sin duda habrá tiempo para un repaso en su primer cumpleaños. Es genial ver cómo una idea rara de dos personas se ha transformado en el plazo de un año en un proyecto que conocen y apoyan tantos colegas del mundo entero.
La crisis económica en Norteamérica y Europa es claramente perceptible, especialmente en el sector cultural. Sé que muchos de nuestros lectores y algunos miembros del equipo de Registrar Trek están tratando desesperadamente de volver a encontrar trabajo en el campo de la gestión de colecciones. Por desgracia, todo lo que podemos hacer es cruzar los dedos y desearles la mejor de las suertes, entereza y aguante.Los que tienen contratos permanentes sienten la presión creciente de asumir más responsabilidades porque el trabajo debe salir adelante con menos compañeros y presupuestos menguantes. Es una tarea difícil, combinar la ética profesional con las necesidades económicas. En medio de todos estos problemas, no olvidemos que el campo de las colecciones no es el único que se ve afectado por la crisis. He visto muchas discusiones en grupos profesionales y listas de distribución acerca de cómo el dinero se gasta en cosas equivocadas y en proyectos inadecuados, y me da la sensación de que existen envidias entre compañeros por los proyectos dotados de fondos. Personalmente, no creo que este sea un enfoque muy afortunado. Como registradores, responsables de colecciones, conservadores de colección o técnicos de documentación estamos en el mismo barco que los restauradores, educadores, guías, vigilantes, conservadores, gente de mercadotecnia… El barco se llama “museo” y van a ser necesarias las aptitudes de todos para evitar un naufragio.
Así que, para el nuevo año, hagamos aquello que se nos da mejor a nosotros, gentes de colecciones: ocuparnos de las cosas que requieren atención a los detalles, ayudar con los trámites y las tareas organizativas y, en sentido figurado, “embalar la crispación” –la nuestra y la de nuestros colegas–.Estoy realmente contenta de que el equipo de Registrar Trek esté formado por tantas profesiones distintas: hay por supuesto registradores y administradores de colecciones, pero también restauradores, conservadores, especialistas en mercadotecnia, guías y también gente de campos totalmente distintos. Esta variedad hace que el intercambio de ideas sea interesante, y el desarrollo de este proyecto divertido. Para el próximo año tenemos más historias emocionantes y artículos en la recámara, así que permaneced atentos.
Ahora voy a recoger un poco los restos y a apilar unos cuantos palés antes de marcharme por Navidad. Pero antes, y en nombre de todo el equipo de Registrar Trek:
¡Os deseamos Feliz Navidad y un Año Nuevo 2014 feliz, lleno de salud y éxitos!
Angela
Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal
Este post también se encuentra disponible en italiano, traducido por Silvia Telmon.
Queridos Trekkers,
Este 2013 ha sido un año interesante en la vida de un antiguo registrador, sí en la mía. Esta será mi última entrada de 2013 y estoy deseando hablar de nuevo el año que viene.Hasta 2014, gracias de nuevo por ver mi nueva entrada del blog. Pasad una dichosa y agradable Navidad y Nuevo Año.
El falsificador-Mark Augustus Landis
Otros alias conocidos:
STEVEN GARDINER 2008
FATHER ARTHUR SCOTT 2010
FATHER JAMES BRANTLEY 2011
MARC LANOIS February 2012
MARTIN LYNLEY September 2012
JOHN GRAUMAN October 2012
Hasta pronto
Matt
Traducción al español desde el inglés: Salvador Martinez.
Este post también se encuentra disponible en Francés, traducido por Kelsey Brow y en Italiano, traducido por Silvia Telmon.
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