Un misterioso "bolígrafo"

A misterious pen

Puede ser parte del trabajo del Registrador descubrir qué cosa es un determinado artefacto. Puede sonar extraño, pero hay muchos objetos en este mundo que pueden dejarlo a uno sin la menor idea de qué son, si no los ha visto antes. Este bolígrafo es un objeto que comenzó como un “¿Qué es esto?”, un objeto no identificado de uso desconocido. Esta es la historia de cómo dicho objeto recobró su nombre y significado.

Como Registrador, uno comienza mirando al objeto para encontrarle su uso y posiblemente su contexto. En este caso, se trataba de una donación de un radio-aficionado, quien sugirió que podría ser una herramienta del kit de reparación de equipos de transmisión radial, o algo así. Nuestra suposición más cercana era que se trataba de un probador de circuitos (un “tester”). Pero esta explicación no nos satisfizo; estaba demasiado lejos de lo que conocíamos como probadores de circuitos que ya teníamos en nuestra colección.

En caso de dudas, es mejor preguntar, así que enviamos una consulta a la lista de correos de los afiliados al Comité de Registradores de la American Alliance of Museums (Alianza Americana de Museos) con la siguiente imagen y descripción:

disassembled pen

“Mientras nos encontrábamos en el proceso de recibir una donación de un radio-aficionado, nos encontramos con este elemento realmente extraño.

Tiene cerca de 6,7 pulgadas de largo, el diámetro es de 0,44 pulgadas. Tiene un clip a un lado como los que se usan para asir al bolsillo de la camisa. Su perilla plástica roja puede rotar hacia el extremo posterior en ángulo de 90° hasta hacer clic. El perno metálico puede hacer girar la pieza roja, para poder insertar dos baterías AA en su eje.

Dentro de la pieza de plástico rojo transparente de la parte anterior se puede ver que el perno metálico está soldado a otra pieza dentro del bolígrafo, e igualmente lo está con una pequeña lámpara (no estaría segura, pero parece ser un bombillo luminoso, no del tipo LED) dentro.”

Todos sabemos que las redes sociales funcionan. La mejor conjetura que teníamos era la de ser un probador de continuidad eléctrica, pero un colega nos refirió a una tienda de electrónica en Berkeley / California / EE.UU. diciendo: “Esta gente sería capaz de responder a cualquier cosa con respecto a los dispositivos electrónicos”.

La respuesta la obtuvimos a las pocas horas, acertada y clara, en pocas palabras:

“Hola.

Creo que es un Buzz-it, un inyector de señal.

                                                           Bob Lasher”

http://www.antiqueradios.com/forums/viewtopic.php?t=812

Ahora sabemos que es un tipo de pequeño oscilador para analizar cuál parte de un radio no está trabajando. Además, teníamos fotos de un dispositivo similar que incluía un pequeño manual.

Pienso que este es un gran ejemplo de cómo el trabajo con colecciones nunca es aburrido. Implica gran cantidad de investigación y, a veces, incluso la colaboración internacional.

Angela

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El Registrador crítico

Más sobre el Registrador de colecciones de museo1

Fernando Almarza Rísquez

Fundación ILAM

En anteriores oportunidades he escrito sobre la función y alcances del Registrador de colecciones de museo, profesional cuyo perfil debe ser ampliado y repotenciado en su preparación y ejercicio. Mi más reciente publicación sobre esto apareció en octubre pasado.

Continuando con esto, agregamos que el Registrador debe ser un individuo amplia y críticamente pensante, un “smart” Registrador al tanto de los avances, reflexiones y preocupaciones que se suscitan y evolucionan en su ámbito profesional institucional: el museo y la museología. El Registrador crítico es un museista (un operador práctico del museo) y es un museólogo (en la medida que reflexiona y aporta sobre teorías, tendencias y análisis de la museología).

La información que se registra sobre la colección del museo es una mina de saberes, sentidos y significaciones creciente. El Registrador genera en primera instancia, ordena y controla esa información, y es “la puerta de entrada” a las colecciones del museo, tanto a sus dimensiones informacionales como a los objetos mismos. Un Registrador crítico es una garantía de que esto se realice de manera eficaz y satisfactoria para quienes se involucran con las colecciones, dentro y fuera de la institución.

El Registrador crítico, sobre todo si es un experto, es más que alguien que toma nota y describe correctamente los necesarios “datos técnicos” del sustrato material de los objetos o “activos”, para llevarlos en archivos de papel o informatizados. Debe estar al día con todo adelanto informático desarrollado para esos fines. Piensa ampliamente, innovando y creando, con altos estándares de calidad y honestidad. Su visión ampliada le permite enriquecerse con los aportes de otras instancias del museo, como las Curadurías, para así abordar y registrar más complejamente los objetos patrimoniales naturales o culturales, materiales e inmateriales, y también las significaciones y contextos culturales[1] y etnológicos de éstos. Este Registrador despliega un perfil múltiple:

  • Asume pero no se limita al aspecto burocrático relativo a la oficina, archivos, depósitos controlados, ubicaciones y monitoreo de seguridad, trámites de seguros, contratos de préstamo, traslados, embalajes, conservación preventiva y de emergencias, legislación, respondiendo por lo que planifica, organiza, custodia, supervisa, controla y reflexiona.
  • Trabaja en equipo, funcionando como un sistema o circuito de iniciativas que se realimentan. Dentro y fuera de su propio departamento, ejerce una relación interdisciplinar, en consenso y sin conflictos con los demás profesionales del museo, especialmente Curadores, Conservadores, Educadores, y Museógrafos[2]. Sabe lo que le identifica y cohesiona, y lo que le diferencia, especifica y une a los demás profesionales del museo, es un ejercicio integrador lógico y práctico ampliado: el de la semejanza (de trabajar en el museo y cumplir con sus funciones) y el de la diferencia (de roles, de alcances, visiones y situaciones en la estructura orgánica y cooperativa del museo y sus colecciones).
  • Más que un jefe, es un líder, un gerente, sobre todo si está al frente de un equipo de colegas Registradores asistentes o auxiliares. No manda, sino aconseja y guía, entusiasma, distribuye y supervisa las tareas y reconoce y comparte los éxitos propios y ajenos. Piensa en plural y en nombre de la institución a que pertenece junto con su equipo. Se preocupa por sus colaboradores, apostando por sus potencialidades y capacidades, apostando y confiando en la honestidad que desplieguen como sujetos. Es proactivo, resiliente, y rechaza la procrastinación. Se emociona y sueña creativa e inteligentemente, sin ser visceral.
  • Es un co-educador, consciente de que las informaciones que levanta en sus Registros, producto de sus criterios ampliados, aporta adicionales datos que contribuyen a posibilitar, co-construir y agilizar saberes, y co-estimula a otros (profesionales del museo, públicos y consultantes de la colección) a re-saber y re-enseñar. Sabe que “enseñar no es transferir conocimiento, es crear la posibilidad de producirlo” (Freire). El Registrador crítico re-aprende.
  • Es un pensador de conceptos y relaciones expansivas, que integra en su práctica diaria visualizándolos, representándolos y transmitiéndolos como procesos vivos de un creativo mapa mental-conceptual de la colección. Junto con sus colegas del museo, conecta, comparte y desarrolla ideas y estrategias inteligentes e inspiradoras para la interacción y visibilización de probables panoramas de fluida información, sentido y significación útiles a partir de catálogos virtuales de la colección, pensando incluso en las potencias de recursos de la web 2.0 y más.

Según el perfil del museo o colección patrimonial que tenga bajo su responsabilidad como Registrador y/o líder de un equipo, debe contar en lo posible con una formación y preparación adecuadas, poseyendo actualizados criterios sobre aquello natural y/o cultural de sus patrimonios, e incluso sobre los niveles de reflexión actualizados que comprenden los objetos y expresiones naturales y culturales.

Los entendimientos actuales sobre las dimensiones de sentido y significación de los objetos de colecciones se han ampliado, y sus abordajes se desarrollan sobre criterios más allá de la dicotomía “natural” versus “cultural”, a favor de lo naturalcultural[3]. Este concepto es imprescindible en las museísticas de ciencias naturales, sociales y humanas, desarrollado por la zoóloga y filósofa estadounidense Donna Haraway.

Y debe manejar también criterios actualizados sobre las definiciones y categorías de lo patrimonial; éstas hoy contemplan no solo la básica división entre patrimonio natural y patrimonio cultural, y la subdivisión de esta última en cultural-material y cultural inmaterial. Hoy día también se maneja la división entre lo natural-material tangible y lo natural-inmaterial intangible.

A estos criterios se le pueden y deben ir sumando muchos otros, que aporten críticamente los propios profesionales de cada área. De modo que, no hay nada que impida a quienes ejercen el rol de Registradores de colecciones de un museo, ampliar criterios, acciones y visiones profesionales. Los campos de saber evolucionan, incluyendo los de la museística y la museología. El beneficio es para el profesional y sus equipos de trabajo, para el museo y para los públicos.

Este post también se encuentra disponible en italiano, traducido por Davide Bordenca


Imagen tomade de: http://www.udec.cl/panoramaweb2/wp-content/uploads/2012/05/museo-0312.jpg

[1]Todo objeto cultural se produce, piensa, interpreta, circula, comunica y colecciona dentro de un contexto; ese es su escenario a conceptualizar. Eso marca la esencia del objeto, y toda mirada crítica proyectada sobre él debe considerar este origen. El analista cultural Néstor García Canclini aborda estas problemáticas.

[2]Refiero a la museóloga Angela Kipp, Registradora del Technoseum, Manheim, Alemania, y su reciente artículo “5 tips for dealing with registrars Why curators and collection managers often talk at cross-purposes instead of complementing each other to a perfect team” [“5 sugerencias para tratar con Registradores ¿Por qué los curadores y gerentes de colecciones frecuentemente hablan de intereses opuestos en lugar de complementarse unos a otros como un perfecto equipo?”]. http://www.exhibitfiles.org/bits/190-hints-for-exhibition-designers-and-curators-who-have-to-deal-with-us-collection-managers-and-registrars. Estoy trabajando en su traducción.

[3]“A diferencia de otras instituciones museológicas, los objetos provenientes del dominio natural que integran sus colecciones no son elaborados, producidos antrópicamente, son recolectados. (Haraway, 1989). Dentro de esta perspectiva, los objetos de las instituciones de historia natural permiten una reflexión en cuanto elementos que buscan representar la dicotomía naturaleza/cultura. En un principio se consideraba que esos museos representaban objetos que no habían sido producidos por agentes humanos, por ello los elementos oriundos de la naturaleza que componen sus colecciones pueden ser interpretados como artefactos producidos (Haraway, 1992), o sea, admitiendo que esos elementos devenidos solo en su mayoría como modelos producidos a partir de una actividad humana. Naturaleza y cultura son co-constitutivas e inseparables. A partir de esta concepción, los objetos de esos museos serían lo que Haraway (2003) conceptúa por medio de un neologismo en lengua inglesa, como ‘naturecultures’, naturales y culturales simultáneamente, o en vez de ser dicotómicos.” (Loureiro, 2007, p. 164)”. Sabrina Damasceno Silva. “O pedaço de outro mundo que caiu na Terra”: As formações discursivas acerca do meteorito de Bendegó do Museu Nacional. Universidade Federal do Estado do Rio de Janeiro. Dissertação de Mestrado apresentada ao Programa de Pós-Graduação em Museologia e Patrimônio. Orientador: Professor Doutor José Mauro Matheus Loureiro. P. 46. Rio de Janeiro, Brasil. 2010. Translation from portuguese to spanish and english: Fernando Almarza Rísquez. 2012.

  1. Artículo originalmente publicado en la sección “Conversemos sobre…” del website del Instituto Latinoamericano de Museos ILAM, en diciembre de 2012.
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5 sugerencias para tratar con Registradores

¿Por qué los Curadores y Administradores de colecciones frecuentemente hablan de intereses opuestos en lugar de complementarse como un perfecto equipo?[2]

Ya se han ido los días en los que los gerentes o custodios de los depósitos de colecciones de los museos eran unos tipos rudos y fuertes. Hoy día, la gerencia y custodia de las colecciones es un campo con especialistas bien entrenados en la manipulación de objetos de arte y de otros tipos: son llamados Registradores o Administradores de colecciones. Ellos son responsables del almacenamiento seguro y de la movilización de los objetos de esas colecciones, así como de toda la documentación referida a los mismos.

Los roles del Curador-Coordinador de exposiciones, del Diseñador de exposiciones y del Registrador-Administrador de colecciones son muy diferentes.

Quien hace la curaduría o diseña la exposición tiene que

  • ser creativo
  • sorprender al visitante con algo nuevo
  • tener no solo un plan B, sino también un plan C, D y E para todo lo que salga mal
  • presentar los objetos del museo en su mejor ángulo.

Quien tiene la custodia, registro, administración y control de las colecciones tiene que

  • pensar a largo plazo
  • usar solamente materiales y equipos que hayan sido chequeados una y otra vez bajo los estándares y normas establecidas
  • documentar todo lo que suceda a cada ítem de su colección, cosa realmente importante
  • planificar cada detalle de modo que nada salga mal
  • distribuir su atención entre las áreas de almacenamiento y la movilización de los objetos en el museo.

© Claudia Wagner, “No más préstamos”. Registrador de la Pandilla de los Guantes Blancos

Esta es la razón por la que frecuentemente hay tantos malentendidos entre esas dos personas o sus equipos durante el desarrollo y montaje de una exposición. No hace falta decir que la mayoría de estos malentendidos puede evitarse si ambas partes saben lo que el otro piensa y cuáles son sus requerimientos. Más aun, si ambos entienden completamente las responsabilidades del otro, el Curador-Coordinador de exposiciones y el Registrador pueden formar un equipo de trabajo muy efectivo. Desde el punto de vista del Registrador-Administrador de colecciones, que es quien trabaja en el “lado opuesto” al Curador-Coordinador de exposiciones, hay cinco puntos cruciales que el Diseñador de exposiciones debería saber, a efectos de su efectiva colaboración con el Registrador:

Un ojo en el futuro

Los Registradores piensan a futuro. Si los visitantes disfrutarán o no viendo un determinado objeto en una exposición, eso no es parte de sus preocupaciones –al menos no en una primera instancia. Para los Registradores, es más importante que el objeto llegue y permanezca en su sitio de exposición sin daño alguno, expuesto en forma segura y sin riesgos, y que finalmente regrese a su sitio en el depósito sano y salvo.

Esto puede parecer simple. Un buen Registrador-Administrador de colecciones solo dará su aprobación y entregará el objeto si constata que cada paso en este sentido garantice su seguridad. Para el Coordinador de exposiciones, esto significa que deberá proveer tanta información detallada como sea posible acerca de la planificación de la exposición. Y el hecho de que éste y el Curador-Coordinador de exposiciones aporten respuestas a cuestiones como temperatura, humedad relativa, iluminación, exposición a la luz solar, almacenamiento temporal y seguridad de las instalaciones, incrementará la posibilidad de obtener la salida o entrega del objeto solicitado.

El plan para el proceso de planificación de la exposición debe ser entregado al Registrador-Administrador de colecciones, y debe incluir todos los detalles acerca de cómo el o los objetos serán expuestos. Si existiere algún desacuerdo o problema con la propuesta, es mejor discutirlo lo más inmediatamente posible; esto es preferible a tener que parar el traslado y colocación del objeto en las salas de exposición justo antes de la inauguración. O, puede ser mucho peor, que eso haga que la cesión del objeto –en el caso de que haya sido solicitado en préstamo por otra institución- sea rescindida por la institución prestadora, y que los visitantes a la exposición tengan que mirar un estante vacío.

No confunda el depósito del museo con una tienda on-line

Existe la tendencia a tener y presentar las colecciones del museo en una base da datos on-line. Esto es muy bueno, porque incrementa el conocimiento del público sobre ellas y sobre el trabajo que se realiza tras bastidores. Pero por otro lado, eso puede generar falsas expectativas. Nadie puede ceder en préstamo o exponer todo lo que está mostrando en su base de datos on-line, ni siempre puede mostrar la totalidad de las colecciones.

Cuando se planifica una exposición consultando dicha base de datos on-line, uno se siente tentado a “llenar el carrito de compras”. Adicionalmente, uno se inclina a ceder en préstamo más ítems de los que realmente necesita para la exposición. Cuando uno se acostumbra a “comprar on-line”, se tiende a pensar “lo devolveré si no lo voy a usar”. Ese no debe ser el caso de las colecciones de los museos.

© Claudia Wagner  “3, 2, 1… ¡míos!” 

A pesar de las novedosas maneras de presentar las colecciones del museo, el trabajo clásico o tradicional con las colecciones no ha cambiado. Cada objeto tiene que ser sacado de su almacenamiento y examinado para determinar si puede salir en préstamo o no hacia otra institución. El Registrador no solo realiza el chequeo sobre la condición del objeto sino que se asegura de que no esté ya comprometido para otro proyecto, o si la institución solicitante del préstamo conoce los requerimientos específicos, y si la información en la base de datos es la correcta y está actualizada. Cada objeto requiere exactamente el mismo cuidado, no importa si es finalmente expuesto o no.

El Curador-Coordinador de exposiciones puede beneficiarse del profundo conocimiento que posee el Registrador-Administrador de colecciones, al momento en que solicite información sobre algún ítem en particular. Suele suceder con frecuencia que aun no se encuentre en la base de datos on-line algún objeto interesante de reciente adquisición. El Registrador-Administrador de colecciones está en capacidad de reconocer de inmediato que tal objeto nuevo puede insertarse en el contexto de la exposición, pudiendo dar una sugerencia al respecto.

Un asunto de tiempo

A nadie le sobra tiempo, y menos al Coordinador de exposiciones. Y si hay una cosa que el Registrador debe evitar es la pérdida de tiempo. Un préstamo requerido con suficiente antelación no siempre tiene garantía de que se va a concretar. Si el tiempo requerido para chequear el objeto solicitado es demasiado corto, es muy probable que el Registrador objete tal préstamo. Mientras más temprano se realice la solicitud de préstamo, hay más posibilidades de que el objeto se encuentre disponible y no esté comprometido para otro proyecto expositivo. Así se tendrá más tiempo para la necesaria limpieza y para las medidas de conservación preventivas. Y se pueden planificar sin prisas tanto el transporte como los puntos cruciales del proceso, para lograr las mejores soluciones.

Pero, ¿hay un lapso ideal para estas cosas? Eso depende de muchos factores. Como se mencionó antes, todo involucra a la institución que solicita el préstamo del objeto, la cual debería contar con suficiente tiempo para pensar en una alternativa en el caso de que tal préstamo sea rechazado.

La mejor respuesta a la interrogante sobre el tiempo con el que se cuenta es la de tener un funcionario del equipo de Registro o de Desarrollo de exposiciones, que sea responsable por todos los préstamos involucrados, y que tenga la suficiente experiencia, contactos e intuición para hacer las observaciones precisas y de la mejor manera, en el momento correcto.

De A a B, y de regreso a A

Los asuntos de seguridad y transporte son parte del día a día del Registrador, quien echa a andar todo solamente si está convencido de que se está ejecutando correctamente. Hay una simple manera de garantizar esto: la comunicación, el hablar claro y frecuentemente entre todos los involucrados.

Una vez que se tenga claro cuáles objetos saldrán en préstamo, entonces uno puede ocuparse del transporte, cuando se trate de préstamos a otras instituciones. Surgen las necesarias interrogantes: ¿Es necesario un transportista especializado en arte con un camión climatizado? ¿Una van es suficiente? ¿Hay suficiente espacio en la cava si todos van fijados o amarrados adecuadamente? ¿Son necesarias cajas de embalaje climatizadas; deben ser elaboradas unas nuevas? ¿Se exigirá que los materiales de embalaje nos sean retornados por la institución que solicita el préstamo una vez finalizada la exposición? Mil asuntos deben ser considerados, planificados y estipulados, de modo que todo esté a punto cuando haya que montar la exposición.

Un buen Registrador-Administrador de colecciones hablará con el Curador-Coordinador de exposiciones sobre todos los asuntos involucrados, y hará los cuestionamientos adecuados. Temas comunes son, por ejemplo, el limitado espacio de carga en los edificios de museos antiguos, o elevadores no suficientemente amplios para los objetos a movilizar. Pero incluso hasta el mejor Registrador no siempre tiene en cuenta todos los detalles. Mientras mejor sea la comunicación previa a la disposición, manipulación y traslado de los objetos, menos probables serán las sorpresas e imprevistos cuando el proyecto de la exposición arribe a una fase crucial.

Los puntos sobre las íes

Los Registradores son famosos por ser precisos con la documentación involucrada. “Poner cada punto sobre las íes y la cruz en las tes” es un buen eslogan para los Registradores-Administradores de colecciones en el mundo entero. Verdaderamente, los Registradores pueden resultar tediosos cuando se trata de reglas y procedimientos, políticas y formalidades. Cuando dudan, ellos tienden a revisar y mejorar la documentación, sin dejar que se escape algún detalle. Esto a veces suele volver locos a los Coordinadores de exposición, quienes tienen que estar al tanto de un gran número de asuntos diferentes a la vez, aunque no gustan mucho de los papeleos o documentaciones.

© Claudia Wagner “El punto sobre cada i y la cruz en cada t”.

Por ejemplo, cada objeto que sale en préstamo hacia otra institución, lo hace con un reporte de condición física que menciona cada característica, rasguño y rotura que tenga. Una copia de este reporte va con el objeto, y se requiere que sea observada y actualizada cuando dicho objeto se encuentre en exposición y también cuando regrese. Este reporte debe ser chequeado y documentado (preferiblemente por el Registrador) antes de que el objeto sea cedido, antes de ser colocado en el camión que le transportará hasta la institución que solicita el préstamo, y durante la exposición. El llenado de este reporte toma tiempo y requiere ser realizado también en las fases críticas del proceso: antes de la inauguración y luego de su clausura, que es cuando el tiempo es realmente corto.

Cuando una exposición incluye la muestra de otros objetos cedidos en préstamo por diferentes instituciones, incluso foráneas, el papeleo deviene en elemento abrumador. Se llega a tener la tentación de ser poco riguroso con eso, para dar más atención a otros asuntos. Esa es la razón por la cual los Curador-Coordinador de exposiciones algunas veces tienden a irritarse cuando son consultados por enésima vez sobre algún detalle. Pero esto suele cambiar cuando los de la empresa de seguros, o las autoridades aduaneras, comienzan a hacer preguntas detalladas e indiscretas. Y es allí cuando los Coordinadores de exposiciones agradecen que alguien en el equipo haya trabajado cuidadosamente todos esos detalles, y colocado cada punto sobre cada i, y cada cruz en cada t.

Conclusión: un equipo perfecto

Los requisitos de trabajo y área del Curador-Coordinador de exposiciones y del Registrador-Administrador de colecciones son muy diferentes, y en muchos casos también lo son sus personalidades. Esa es la razón por la que pueden complementarse uno a otro perfectamente, en un equipo interdisciplinar. Mucho se puede haber dicho y escrito acerca de lo que hacen un Curador-Coordinador de exposiciones, un Diseñador de exposiciones y un Coordinador de exposiciones. Lo que hace un Registrador-Administrador de colecciones es algo menos común.

Esto tiene su lógica, porque es parte del trabajo del Registrador el mantener un bajo perfil. Pero las fortalezas frecuentemente escondidas de un Registrador-Administrador de colecciones no tienen precio cuando se trata de hacer una buena exposición. El Registrador actúa con precisión cuando se trata de las formalidades y detalles, al planificar los procesos. Esto se combina a menudo con su valiosa experiencia en el trato con las autoridades fiscales y aduaneras, transportistas de arte y colegas de otros museos, y con su conocimiento profundo acerca de las diferencias regionales e institucionales.

En la mayoría de los casos, administrar la colección significa trabajar con limitados presupuestos, pero siempre se trata aprovecharlo de la mejor manera posible. Por eso es que los Registradores-Administradores de colecciones frecuentemente tienen buenas referencias para conseguir ciertos materiales, herramientas o servicios a un precio razonable, así como sobre el modo de resolver problemas “en casa” y con medios propios.

Estar bien conectado con colegas de su campo profesional es algo inevitable en el trabajo del Registrador, y un Curador-Coordinador de exposiciones puede beneficiarse de tales conexiones. Una recomendación entre colegas puede ser más provechosa que una carta del presidente de una institución; y viceversa, para los casos de mal uso de tales conexiones.

Adicionalmente, los Registradores-Administradores de colecciones no solo cuentan con una bien mantenida base de datos de las colecciones, sino en muchos casos tienen una memoria de elefante. Esto es muy útil para cuando se planifica una exposición: se pueden obtener sugerencias sobre objetos de las colecciones de otros museos, de exposiciones pasadas ya olvidadas, o casos concretos, imágenes y objetos que nunca podrían encontrarse en ninguna base de datos o en internet.

En resumen

Quienes han tratado con Registradores-Administradores de colecciones pueden a veces sentirse atrapados en el estereotipo del funcionario rígido. Pero entender cómo ellos trabajan y cuáles requerimientos e ideas guían sus acciones será la clave de una gran colaboración y de un buen trabajo en equipo. A todo aquel que desee o requiera montar un gran proyecto de exposición le irá bien teniendo a un profesional como este en sus propias filas.

Este post también se encuentra disponible en italiano, traducido por Davide Bordenca

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