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Museum professional, lover of all collections work, former collections manager of the TECHNOSEUM in Mannheim, Germany. Now Professional Services Specialist for Gallery Systems. Independent museum professional. Cat wrangler and #SciFi enthusiast. Views are my own. Of course, they are. I can't make anybody responsible for the garbage my brain produces!

Cómo organizar bases de datos desorganizadas

Este artículo se redactó para el Summer 2025 Newsletter of the Registrars Committee Western Region, donde apareció publicado por primera vez https://rcwr.org/newsletters/ 

Suelo escribir sobre desastres reales en la gestión de colecciones: almacenes abarrotados, tejidos deteriorados, hallazgos sorprendentes en despachos abandonados de personal que se fue o se retiró… Pero hoy quiero escribir sobre otro tipo de desastre: la información que se ha recogido (o no) en la base de datos.

The interior of an antiques dealer in Berlin. There is a plethora of old furniture and knick-knack, most prominently a panther that wears a sign written in German "I am inventory - I live here". Photo taken by Angela Kipp

¿Su institución no dispone de una base de datos? En ese caso, este artículo puede resultarle útil para cuando llegue el momento de usar una, incluso quizá le ayude a elegir el sistema que más le conviene.

El problema

A veces, el caos reinante en una base de datos es incluso mayor que el caos en el almacén. ¿Le suena alguna de estas situaciones?

  • La misma información aparece en campos diferentes, dependiendo de quién la añade.
  • Muchos registros están incompletos y la información no coincide con la documentación en papel.
  • Algunos objetos disponen de más de un registro, mientras que otros no tienen ninguno.
  • La información se ha introducido de forma incoherente, de modo que la misma herramienta aparece catalogada como “llave de tubo”, “llave, tubería”, “alicates para bomba de agua” o “alicates multiusos”.
  • Las de erratas y la catalogación arbitraria hacen prácticamente imposible obtener resultados fiables al realizar una búsqueda en la base de datos.

Resulta muy tentador corregir tales errores sobre la marcha mientras se trabaja con los objetos, y no digo que sea una mala idea. Pero si realmente quiere abordar el problema de forma eficiente y mejorar el estado de la base de datos es necesario adoptar un enfoque más estratégico. ¿Por qué? Porque mientras corrige discretamente todas las entradas erróneas, otra persona puede estar añadiendo la siguiente entrada caótica.

Lo primero es decidir cómo quiere usar los campos de los que dispone. Quizá cree que es algo evidente, pero ¿de verdad lo tiene tan claro? ¿Ha intentado ponerlo por escrito?

1er paso: ¿Dónde va qué y cómo?

Aunque parezca contraintuitivo, el primer paso no es corregir los errores ya existentes, sino prevenir su proliferación: es necesario garantizar que la base de datos se usa exactamente de la forma que usted considera correcta. Para ello, habrá que crear un documento que enumere todos los campos presentes en la base de datos y cómo han de usarse.

Intente ser lo más claro posible: si simplemente indica “una descripción del objeto” para el campo de texto libre “Descripción”, lo más probable es que se encuentre con entradas que vayan desde “vestido de novia” a un texto de 1000 palabras sobre la historia de los vestidos de novia copiado de Wikipedia. Así que más le vale especificar cómo quiere que sea tal descripción.

Ejemplo: descripción del objeto

“La primera frase debería establecer qué tipo de objeto es, su color principal y sus características más relevantes. Piense en la manera en que se lo describiría a alguien que tiene que buscarlo en un almacén sin contar con una foto como referencia. A continuación, pueden seguir un par de frases sobre las características de la pieza en concreto que la distinguen de un objeto del mismo tipo. Piense en rasgos tales como un adorno poco habitual, un arañazo o una mancha grande. El objetivo de este campo es asegurarnos de que podemos identificar este objeto específico sin lugar a dudas”.

Explique también qué tipo de información no corresponde a “Descripción”, sino a otros campos de la base de datos, por ejemplo:

“El análisis de la condición del objeto corresponde al campo “Condición”. Las páginas web relativas a este tipo de objeto se añadirán en el campo “Enlaces web”. La mención de este objeto en catálogos de exposiciones se reseñará en el campo “Catálogos asociados”. Su mención en otras obras corresponde al campo de “Bibliografía”. Toda observación relativa a la proveniencia y sus anteriores propietarios debe introducirse en el campo de “Historia del objeto”.”

Ejemplo: terminología de vocabularios controlados

Si utiliza un campo para el que quiere recurrir a la terminología de un vocabulario controlado, puede ser suficiente con escribir “escoja la clasificación pertinente del menú desplegable”.

Otros campos podrían ser más complejos y requerir más instrucciones: la indicación “Use solo terminología procedente de la Nomenclatura” debería al menos ir acompañada de un enlace a la web https://page.nomenclature.info/ y de algunos ejemplos.

Si quiere que la información se extraiga de una fuente aún más compleja, como el Getty’s Art & Architecture Thesaurus para el material, escribir “Use solo terminología procedente del AAT” no será suficiente. Mejor algo como “Este término documenta de qué está hecho el objeto. Por tanto, debería tomarse de la rama ‘materiales según composición’ de la jerarquía de Materiales del AAT”. Añada ejemplos de manera que cualquiera que use este documento en el futuro entienda su idea de cómo completar un campo determinado de forma correcta.

El criterio fundamental: ¿se puede encontrar?

El criterio fundamental cuando piense en cómo introducir los datos debe basarse en la forma en que buscará la información. Esto dependerá de la entrada correcta de los datos por un lado y por otro de las posibilidades de búsqueda que ofrezca su base de datos. Las entradas extensas en campos de texto libre a menudo dan lugar a demasiados resultados irrelevantes en las búsquedas. Por el contrario, introducir la información de forma concisa, distribuyendo la información en diferentes campos, ayudará a realizar búsquedas más precisas (siempre que su base de datos permita búsquedas de estos campos por separado).

En conclusión, con cada campo que enumere piense en cómo su “yo futuro” consultará la información. Algo tan sencillo le ayudará a no olvidar ningún aspecto importante.

2° paso: ¿Pero funciona?

Después de haber escrito todo lo anterior, póngalo a prueba. Catalogue unos cuantos objetos (10-20 constituyen una muestra suficiente). Asegúrese de que incluye una amplia variedad de objetos: documentar 10 platos no le servirá de mucho. En cambio, un plato, un vestido, un juguete, una herramienta, una radio y un tejón disecado aportarán suficiente variedad. La temática de su colección suele ser muy útil para escoger una buena muestra: todos los objetos que podrían formar parte de su colección deberían poder catalogarse fácilmente siguiendo las instrucciones que está redactando.

Mientras cataloga, descubrirá que ha olvidado algunos campos y que algunos no son adecuados para todos los ejemplos. Quizá tenga que cambiar algunos, o añadir nuevos si su base de datos lo permite, o simplemente tenga que describir cómo introducir la información en el mismo campo de forma diferente para determinados grupos de objetos.

Cambie y comparta

Haga cambios en su documento y/o base de datos de manera que pueda catalogar absolutamente todo lo que pueda entrar a formar parte de su colección. Una vez que esté satisfecho con el resultado, comparta el documento (que puede denominar “guía para la catalogación” o “instrucciones de documentación”) con todo el personal usuario de la base de datos y no solo con los que llevan a cabo la catalogación, ya que también ayudará a las personas que utilizan la base de datos para consultas a entender cómo encontrar la información relevante.

Pero no tengo una base de datos

Si no dispone de una base de datos aún, sino un conjunto de hojas de cálculo o fichas, la labor de escribir una guía y realizar unas cuantas pruebas en una hoja de cálculo que contenga los campos que tiene en mente le ayudará a determinar los requisitos que debería reunir su futura base de datos. Además, puede usar esta hoja de cálculo para documentar su colección ahora conforme a su guía y así tener la información lista para cuando llegue el momento de importarla a la base de datos.

Ahora manos a la obra

Una vez llegados aquí, ya ha conseguido algo increíble: de ahora en adelante, cualquier objeto que catalogue en su base de datos tendrá un registro limpio y fácil de consultar. A veces puede ser necesario añadir ligeras modificaciones a la guía, pero en general todos sabrán cómo introducir los datos y si aun así no lo hacen, usted tendrá un documento al que referirse con la forma correcta de hacerlo. Ello además facilitará enormemente la tarea de explicar a nuevo personal, voluntario o contratado, cómo catalogar en su institución.

Ahora es el momento de mejorar el resto de la base de datos.

¿Qué tipo de caos tiene?

El origen del caos puede ser muy diverso. En algunos casos, la información principal de los registros está bien y solo son necesarios algunos ajustes y correcciones aquí y allá. Otras veces, la situación es tan crítica que la única solución es “poner en cuarentena” los registros de un área determinada de su base de datos, por ejemplo moviéndolos a un departamento aparte, marcándolos con una casilla ad-hoc o atribuyéndoles una clasificación especial como “registro antiguo”, de modo que siga siendo posible consultarlos mientras crea nuevos registros limpios para todos los objetos.

Crear nuevos registros para cosas antiguas

Si es su caso, ahora tiene una guía que puede seguir a tal efecto. Quizá quiera revisar sus “registros antiguos” para ver si hay algún tipo de información que no ha tenido en cuenta. A veces hay alusiones a donantes que no se encuentran en la documentación física. Asegúrese de que sus nuevos registros recogen esta información como “según el antiguo registro X, …”, de modo que esté claro de dónde procede la información y que debe ser verificada. Algunas bases de datos permiten enlazar el antiguo registro, una opción que sin duda puede resultar de gran utilidad.

Mejorar registros existentes de uno en uno

Si cree que los registros existentes no están tan mal, que solo hay que corregir un par de cosas aquí y allá, lo mejor es desgranar la tarea en pasos abordables. Un gran número de desastres en bases de datos procede de las buenas intenciones de alguien que empezó a trabajar y no pudo acabarlo, y alguien continuó con la labor sin tener ni idea de lo que su antecesor hizo o quiso hacer.

Para evitar tales descarrilamientos, lo mejor es crear un documento que recoja su estrategia de mejora de la base de datos. Así, si otra persona tiene que terminar el trabajo sabrá qué llegó usted a hacer y por qué.

A menudo es más sencillo concentrarse en un solo campo y corregirlo en toda la base de datos que intentar corregir todos los campos en un solo registro a la vez. La repetitividad de la tarea contribuye a trabajar más rápido. Por ejemplo, empiece con las herramientas y compruebe que todas están vinculadas al término correcto en el tesauro de materiales, normalmente “metal” o “madera”, o a veces ambos. Siga con los objetos del hogar y haga lo mismo. O siga con las herramientas pero céntrese en las clasificaciones, de modo que “cincel de cuello de cisne”, “cincel, tallado”, “gubia” y “pico” se encuentren todos bajo la denominación “cincel” y se organicen en subcategorías dependiendo de su uso o forma. En poco tiempo se habrá convertido en un experto en diferentes tipos de cincel, por lo que será capaz de clasificarlos con mayor rapidez.

Implique a voluntarios y becarios

Este tipo de trabajo puede asignarse fácilmente a voluntarios y becarios. Si son minuciosos no tendrán el menor problema en encargarse de este tipo de correcciones, y como solo están corrigiendo un aspecto de un registro dentro de un conjunto de objetos determinados, de uno en uno, es mucho más fácil comprobar los resultados que si les hubiera encargado la creación de un registro entero para un objeto.

¿Coinciden la documentación y la base de datos?

De la misma manera en que ha revisado material y clasificación, uno de los pasos necesarios será revisar la documentación y asegurarse de que todo aquello que tiene un acta de donación se ha catalogado como donación y que todo objeto del que tenga una factura se ha catalogado como compra. Una vez más, se trata de trabajar siguiendo pasos lógicos, en este caso quizá revisando cada carpeta o cada año, dependiendo de la forma en que esté organizada la documentación.

Quizá acabe con un montón de registros de objetos que carecen de documentación y por otro lado con documentación que no coincide con ningún objeto en el almacén. Asegúrese de que la base de datos tiene un campo para anotar dichos supuestos y de que lo incluye en su guía de catalogación explicando cómo añadir la información.

Objetivo final: “Dadme un punto de apoyo…”

El objetivo final es que su base de datos se convierta en su mayor apoyo. Si todo lo demás es caótico, su base de datos es el lugar donde encontrará registros ordenados con toda la información que conoce acerca del objeto, a veces incluso con información que desconocía. De este modo, la base de datos se convertirá en su principal referencia al trabajar en la mejora de su colección en el mundo real.

Angela Kipp

Traducción al español desde el inglés: María Dolores Lozano Jimena

EODEM – ¡Está aquí! Pero, ¿por qué me debería interesar?

EODEM 1.0, el Modelo de Intercambio de Datos de Exposición [Exhibition Object Data Exchange Model], se lanzó oficialmente el 1 de septiembre. Pero, ¿por qué a ti, que trabajas en un registro, te deberían emocionar estas cinco letras? ¿No es simplemente otro estándar en un mundo museístico en el que estándares no faltan, pero está corto de personal, dinero, tiempo y, en ocasiones, de la implicación o la capacidad institucional para implementar esos estándares?

Bueno: en primer lugar, no se trata de un estándar; es un modelo de intercambio. Eso es: no se trata de algo que requiere una reestructuración de datos ­–aunque, sinceramente, ya puestos, hay buenos motivos para hacerla, y EODEM en sí mismo se define como un perfil del estándar LIDO [Lightweight Information Describing Objects]–­­­. EODEM es algo que te permitirá intercambiar los datos de objetos que ya tienes con otros colegas. Algo que, con toda probabilidad ya haces cuando prestas, recibes préstamos y/o colaboras con otras instituciones en exposiciones.

Así que ¡con EODEM, la tediosa tarea de picar datos desde una hoja de cálculo o un correo electrónico que recibiste de otra institución podría convertirse en algo del pasado! Cuando se implementa, te permite simplemente importar el archivo EODEM que te han enviado, y la información se mostrará exactamente en los campos de tu base de datos que corresponden. No importa qué sistema de gestión de colecciones utiliza la otra persona. Si un sistema puede crear un archivo EODEM desde sus datos, ¡podrás importarlo a cualquier sistema que utilices!

Logo of the Exhibition Object Data Exchange Model, yellow letters EODEM with an arrow pointing from the E through the O and another coming from the M
EODEM logo

Sin embargo, hay un gran si: el simple hecho de que EODEM exista no significa que ya exista en tu sistema de gestión de colecciones. La buena noticia es que EODEM se ha desarrollado conjuntamente con empresas, así que, desde su concepción, el modelo se construyó de modo que resultara fácil implementarlo en la mayor parte de los sistemas de gestión de colecciones. ¿La mala noticia? Que las empresas de sistemas de gestión de colecciones no son grandes compañías de software, exactamente igual que el campo de los museos no es una gran industria. Así que no hay un ejército de desarrolladores esperando a que EODEM esté listo para incorporarlo a sus sistemas. Al contrario, EODEM compite con muchas otras cosas por la implementación, el desarrollo y/o la mejora.

Adivina qué: ahí es donde entras .

Cuantos más usuarios de un sistema de gestión de colecciones pregunten al proveedor cuándo estará disponible EODEM, más probable será que alcance una posición alta en la hoja de ruta. Así que lo que puedes hacer tú, sí, , la única persona en el registro, la que gestiona préstamos, la profesional de museos que hace demasiadas tareas distintas, para poder, en el futuro, exportar e importar tus datos de exposiciones con un clic, es simplemente preguntar a tu empresa proveedora cuándo estará incluida esa opción en tu base de datos.

¿Insistir a alguien hasta que finalmente hace algo porque resulta más fácil que decir cada vez “no” o “ya lo veremos”, es algo que te resulta familiar? ¡Ajá! ¡Lo suponía! Es básicamente la descripción del trabajo de alguien de un registro. Lo que significa que conseguirás EODEM si te empeñas en ello.

¡Tú puedes!

Angela

Más información sobre EODEM:

Toda la información sobre EODEM en el sitio de CIDOC:

Especificaciones y muestras de EODEM:

Rupert Shepherd te mantiene al día del Desarrollo en su web personal:

Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal

La gestión de colecciones previamente no gestionadas – ¡Revisitada, revisada, renovada!

¿Qué esperas ver en ella?

A calico cat sleeping on a copy of the book Managing Previously Unmanaged Collections

Han pasado varios años desde que “La gestión de colecciones previamente no gestionadas” vio la luz por primera vez. Amablemente, Rowman & Littlefield me ha propuesto hacer una nueva edición y me siento tentada de gritar: “¡Qué demonios, sí!”

Pero ha pasado bastante tiempo desde la primera edición y, básicamente, entonces ya dije todo lo que tenía que decir. Así que os paso a vosotros esta cuestión: ¿Qué querríais ver mejorado? ¿Qué echasteis en falta? ¿Qué cosas eran innecesarias y se podrían “dar de baja” en la nueva edición?

También me gustaría incluir más historias vuestras. ¿El libro os ha ayudado a abordar una colección desorganizada? ¿Os gustaría contar un breve ejemplo de caso real? Por favor, poneos en contacto conmigo, me encantaría.

¿Habéis usado mucho el libro, y se nota en las páginas manoseadas y en que está lleno de notas? ¡Por favor, me encantaría ver esas fotos del libro en acción! Y también me gustaría mucho mostrarlas aquí.

Look into a room with a table leaning upright against a window and some saw horses, indistinct clutter lying about.El mundo ha cambiado, pero algunas cosas siguen igual. Incluso tras tantos años inactiva por aquí, seguís pudiendo contactarme en angela.kipp AT museumsprojekte.de.

Como Twitter ha pasado a manos de personas con las que prefiero no estar asociada, y que no quiero que hagan negocio a mi costa, me he pasado a Mastodon como una alternativa más amigable. Me podéis encontrar allí como @registrartrek, aunque aún estoy en el proceso de decidir qué y cuánto quiero hacer en esta red. Ah, sí, y el Blog Registrar Trek continúa teniendo su propia entidad, y podéis recibir actualizaciones siguiendo @admin desde vuestra cuenta Mastodon.

Cuidaos, ¡y espero vuestras noticias!

Angela

Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal

Queridos lectores, colegas de registros y especialistas en colecciones,

La Hausbachklamm cerca de Weiler-Simmerberg, lugar de nacimiento de Bernd.

Debo informaros, con tristeza, de que el 25 de marzo, exactamente 11 años después que su padre, y 4 días después de su 51º cumpleaños, mi colega, compañero, alma gemela y mejor amigo Bernd falleció de forma inesperada y repentina. Estoy en el proceso de recomponerme y, por el momento, no puedo continuar ocupándome de este blog. Espero volver a él en algún momento, porque él siempre decía que se notaba que trabajar en este proyecto me hacía feliz.

Incluso escribimos una entrada juntos, de cuya lectura quizá queráis volver a disfrutar: “Electrodomésticos, mobiliario y más allá – Registrando objetos tecnológicos

Espero volver a veros pronto.

Angela

Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal

Este post también se encuentra disponible en italiano, traducido por Marzia Loddo.

Nous sommes Paris!

¡Nosotros somos París!

Picture via pixabay by stux

No hay palabras para lo que pasó en París el pasado fin de semana. En su lugar, vamos a permanecer en silencio por un momento y recordar a las víctimas inocentes que fueron asesinadas brutalmente mientras disfrutaban de su noche de fiesta en un concierto, un café o un restaurante en una de las capitales más hermosas y culturalmente significativas de Europa. Permitámonos también conmemorar a todos los que mueren en todo el mundo todos los días por ataques terroristas y los que sufren y mueren huyendo del terrorismo.

El Equipo Registrar Trek

Traducción al español desde el inglés: Laura García Oliva

Este post también se encuentra disponible en italiano, traducido por Marzia Loddo.

¿Pero cómo se llama? ¡Nomenclature 4.0 está aquí para ayudarte!

Utilizar términos correctos es crucial para documentar correctamente –el pilar de la labor profesional de los museos–. Ya hemos tratado esta cuestión en alguna ocasión. Y ahora estoy realmente contenta de que Nomenclature, la referencia estándar para la correcta denominación de objetos en museos históricos de EE. UU. de América, vea su cuarta edición. Aquellos de vosotros que alguna vez hayáis tenido que discutir con colegas acerca de si se dice “llave ajustable” o “llave grifa” (la cosa se pone peor en alemán, donde la misma herramienta se llama “Inglés” o “Francés”, dependiendo de la región y sumándose a aproximadamente cuatro términos “normales” 1) , sabrá por qué contar con un vocabulario controlado es una bendición. He pedido a Jennifer Toelle que nos cuente un poco más sobre la nueva edición:

nimnclatureNomenclature 4.0 es la versión impresa más actualizada de uno de los vocabularios controlados más conocidos de Norteamérica para la clasificación y denominación de objetos en museos históricos. Basado en estándares profesionales y en una estructura jerárquica introducida en la última edición, Nomenclature 4.0 presenta un tratamiento ampliado de temas y revisiones que reflejan las investigaciones y contribuciones más recientes de profesionales de museos de todo EE. UU. de América y Canadá.

Durante más de 35 años, Nomenclature ha ofrecido un marco de trabajo práctico y flexible para asegurar que la documentación museística, la recuperación y compartición de datos sean más consistentes. Este sistema se mantiene como una herramienta estándar de catalogación para miles de museos y organizaciones históricas. Nomenclature proporciona a los museos un sistema designado para nombrar objetos de forma coherente y facilitar la compartición de información con personal e investigadores, con otras instituciones y con el público.
Nomenclature permite a los catalogadores asignar nombres a los artefactos/objetos de su colección de forma coherente y precisa. De un modo similar a la agrupación y categorización de plantas por familia, género y especie, Nomenclature agrupa los objetos en niveles jerárquicos basados en la función del objeto. Así, objetos creados originariamente para ser usados como juguetes o para realizar actividades de juego, deporte, apuestas o entretenimiento público se agrupan en una categoría (Categoría 9: Objetos recreativos [Recreational Objects]), mientras que otros creados originariamente como expresiones del pensamiento humano (por ejemplo arte, documentos, objetos religiosos) se agrupan en la Categoría 8: Objetos de comunicación [Communication Objects].

El lexicón tiene diez categorías que cubren todos los aspectos de los objetos realizados por el hombre: Objetos de entorno construido [Built Environment Objects], Mobiliario [Furnishings], Objetos personales [Personal Objects], Herramientas y equipamiento para materiales [Tools and Equipment for Materials], Herramientas y equipamiento para ciencia y tecnología [Tools and Equipment for Science and Technology], Herramientas y equipamiento para comunicación [Tools and Equipment for Communication], Objetos de distribución y transporte [Distribution and Transportation Objects], Objetos de comunicación [Communication Objects], Objetos recreativos [Recreational Objects] y Objetos inclasificables [Unclassifiable Objects]. Cada categoría se divide a su vez en clasificaciones y subclasificaciones con términos de objetos primarios, secundarios y terciarios disponibles para elegir.
Los catalogadores de países más allá de las fronteras de Norteamérica pueden encontrar los términos de Nomenclature 4.0 útiles para las operaciones cotidianas de catalogación. Puede ser una herramienta de referencia útil como complemento de las terminologías de objetos ya existentes, que puede incorporarse a las prácticas rutinarias de documentación de museos.

Nomenclature 4.0 para Catalogación de Museos incluye:

  • Un ensayo introductorio que presenta una guía de uso de Nomenclature y una discusión de las mejores prácticas de catalogación.
  • Una lista de más de 14.600 términos preferidos para objetos, organizados según una jerarquía de clasificación de seis niveles, introducida por primera vez en Nomenclature 3.0.
  • Un índice alfabético de más de 16.900 términos preferidos y no preferidos.
  • Una guía de uso revisada y actualizada con nuevos trucos y consejos.
  • Un vocabulario controlado expandido que incluye unos 950 nuevos términos preferidos.
  • 475 términos no preferidos más en el índice.
  • Una sección expandida y reorganizada sobre transporte por agua.
  • Tratamiento más amplio de medios de intercambio, colecciones digitales, dispositivos electrónicos, objetos arqueológicos y etnográficos ¡y más!
  • Se ha actualizado el contenido para acomodar cambios culturales y colecciones en evolución, haciendo más fácil la descripción de objetos de cultura material tanto contemporánea como más tradicional.
  • El acceso a esta terminología puesta al día asegura la coherencia de los archivos catalogados y mejora enormemente la facilidad para compartir y recuperar información.
  • Esta edición incluye muchos términos nuevos, en respuesta directa a las recomendaciones y necesidades de parte de colegas “en las trincheras” de la gestión de colecciones y de archivos de colecciones.

¡Conecta con la comunidad Nomenclature Online!

Para encargar Nomenclature 4.0 For Museum Cataloging:

https://rowman.com/ISBN/9781442250987

Jennifer Toelle trabaja como Registradora en el Smoky Hill Museum en Salina, Kansas, Estados Unidos de América. Jennifer es miembro de la American Association for State and Local History’s Nomenclature Task Force. Para realizar consultas, os podéis poner en contacto con Jennifer en Jennifer.toelle@salina.org.

Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal

  1. En la versión en inglés se emplean los términos “adjustable spanner” y “monkey wrench”. “Llave ajustable” es el término ‘neutro’ en el español hablado en España que se aproxima más al inglés “adjustable spanner”; en España estas llaves frecuentemente se denominan “llave inglesa”. Por su parte, “llave grifa” es el término del español hablado en España que se aproxima más al inglés “monkey wrench”. (N. de la T.)

Reciclaje Creativo de Cajas

Hay quien dice que la gente de los museos es una cazadora-recolectora natural. Si bien esto puede ser cierto, también lo es que los museos siempre carecen de espacio de almacenamiento. Esto es algo especialmente difícil para el Gestor de Colecciones: mientras que su lado ahorrador quiere guardar todo, por si lo necesitara algún día en el futuro; su parte logística le dice que no puede guardar todo, porque pronto se quedaría sin espacio.

Un problema común son las cajas especialmente construidas. Están hechas para un propósito especial, como, por ejemplo, dejar que un determinado objeto o conjunto de objetos viajen a un lugar lejano, y obstruyen el espacio cuando acaba su misión. Son demasiado voluminosas o no aptas para el almacenamiento a largo plazo y no importa cuánto te esfuerces, parece que nunca hay una solicitud de viaje para un objeto de exactamente esas dimensiones…

Hay muchas cosas que se pueden hacer con las cajas usadas. Ofrecerlas a otros museos es una muy buena, por ejemplo. Y aquí hay otra que es muy cómoda: un banco hecho de una caja especialmente construida para un par de maquetas de barcos.

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Traducción al español desde el inglés: Laura García Oliva

¿Qué son esos objetos y de dónde vienen?

Hacer accesible la Colección de la Anna Maria Island Historical Society (AMIHS)

Ashley Burke

En todo el condado hay comunidades locales interesadas en preservar su patrimonio histórico. Como resultado se crean pequeñas sociedades históricas y museos para ayudar a preservar esta historia. Muchas de estas organizaciones están a cargo de voluntarios, los cuales a menudo carecen de una formación museística adecuada, especialmente en lo que respecta a la gestión de colecciones museísticas. Con frecuencia estos museos custodian sus colecciones con una información mínima, y ello puede crear dificultades de cara a investigaciones y desarrollos futuros.

Salvando el patrimonio de Anna Maria Island

AMIHS on eHiveLa AMIHS era uno de esos museos. Fue fundado en 1992 por miembros de la comunidad preocupados por los cambios que ésta estaba experimentando. Muchos de los residentes de toda la vida se estaban mudando a otros lugares o iban falleciendo, y estaba iniciándose un rápido desarrollo de la isla. La AMIHS se propuso capturar su historia antes de que ésta desapareciera, y en 1997 comenzó a coleccionar también artefactos históricos como apoyo para narrar las historias. A lo largo de los siguientes 18 años acumularon más de 1.300 objetos, una cabaña histórica de la década de 1920 y otros muchos archivos y álbumes de recortes que aún están siendo procesados.

Muchos años después, en 2014, en un caluroso día del verano de Florida, un profesional de museos anónimo visitó la colección y comentó al voluntario que estaba al cargo que el museo no estaba actuando como un buen custodio de sus colecciones. Desde ese momento el museo comenzó a pensar en sus colecciones de un modo distinto e inició una relación con una asesora de museos de la zona (la autora de este artículo). En principio se llamó a la asesora para que hiciera una evaluación del sitio a fin de identificar los problemas de conservación y dar recomendaciones de implementación [de pautas de conservación]. Una de las principales recomendaciones fue la de llevar a cabo un inventario y catalogación completos de las colecciones. A partir de estas recomendaciones y de la evaluación realizada, el museo decidió ir adelante con el proyecto de catalogación.

Catalogación – Estilo cadena de montaje

El museo decidió cerrar durante un mes y medio (durante la temporada más baja del año respecto al turismo) para que la asesora pudiera tener acceso completo al museo sin la presencia de voluntarios ni patrones. La asesora organizó un proceso tipo cadena de montaje y fue sala por sala numerando, fotografiando y tomando notas en una hoja de cálculo, a la vez que añadía amortiguadores y otros dispositivos de conservación para proteger mejor los objetos expuestos. Conforme iba pasando el tiempo, el proceso se fue simplificando y se centró en la fotografía. Se disponía un grupo grande de objetos, se numeraban todos, se fotografiaban y se devolvían a la exposición. Durante el proceso de fotografiado, la asesora primero fotografiaba el número del objeto y después el objeto. Una vez que las imágenes se habían descargado en el ordenador, se renumeraban con el número del objeto. Este método permitió a la asesora hacer casi todo el trabajo de catalogación fuera del museo. Armada con imágenes de la colección en alta resolución, le resultó fácil añadir vocabulario de “Nomenclatura 3.0” y realizar alguna investigación en la red.

Después de haber numerado y catalogado toda la colección (al final, el tiempo estimado por objeto fue de 7 minutos) se consultaron los archivos y registros del periódico local en busca de cualquier posible información acerca de donantes. Puesto que después de haber catalogado la colección la asesora la conocía muy bien, resultó fácil relacionar la información de donantes con objetos.

Hacer la colección accesible en línea

Al final del proyecto de catalogación el museo estaba completamente catalogado, numerado y fotografiado; pero en ese punto ¿qué debía hacerse con toda la información? Se proporcionó una copia impresa al museo para facilitar la consulta, pero necesitaba una solución informática que fuera algo más que una hoja de cálculo “Excel”. Y se enfrentaba a varios obstáculos, el principal de ellos que sólo había un ordenador que la mayor parte del tiempo estaba dentro de un armario. No había servidor ni realmente había un servicio técnico disponible. El museo necesitaba una solución barata, en la nube y basada en web. Con esta información, la asesora se dispuso a investigar todos los programas disponibles de gestión de colecciones de código abierto y basado en web.

Adjunto a este artículo está el informe inicial acerca de los distintos sistemas que se analizaron (incluye el coste y una lista de ventajas e inconvenientes). Con este informe y manteniendo largas conversaciones con el museo, las opciones quedaron reducidas a dos: eHive y OMEKA. Se incluyeron objetos de la colección en ambas opciones y se mostraron al consejo del museo. Disponiendo de esta información, el museo se decidió por eHive.

Una vez elegido el programa de gestión de colecciones, el museo y la asesora trabajaron con la empresa desarrolladora de la base de datos para mapear los datos en la misma. Ahora, la AMIHS tiene una base de datos manejable en la que se pueden hacer búsquedas; a la que pueden remitir a los investigadores; y en la que se pueden añadir nuevos ingresos e incluir los datos de archivo.

Ashley Burke es la responsable de gestión de colecciones del Leepa-Rattner Museum of Art de Tarpon Springs, Florida, y es asesora de museos para Burke Museum Services. Tiene más de una década de experiencia en museos con distintos tipos de colecciones, desde bellas artes a artes decorativas, pasando por historia natural, arqueología o colecciones médicas (incluyendo tisú húmedo). Es una apasionada de todo lo relacionado con los museos y la historia de Florida y es orfebre a tiempo parcial. En su tiempo libre hace joyas inspiradas en museos.

Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal

Gestionar colecciones que carecen de gestión previa
¿Os uniréis a mí en este viaje?

Queridos lectores de este blog de Registrar Trek,

Durante los últimos tres años hemos tenido un número creciente de entregados lectores que no solo leen, sino que también contribuyen compartiendo los artículos, escribiendo comentarios y abriendo conversaciones con colegas. Algunos incluso escriben historias y artículos para este blog. ¡Es genial!

Hoy quiero compartir con vosotros un nuevo proyecto en el que estoy trabajando y al que os pido que os unáis.

Durante mi vida profesional me he topado una y otra vez con un problema de nuestra profesión: hay libros y recursos en línea muy buenos sobre buenas prácticas en gestión de colecciones –la maravillosa 5ª edición de Museum Registration Methods viene a la cabeza enseguida, pero por supuesto hay muchos más–. Leemos sobre lo que es mejor para los artefactos, cómo manipularlos, documentarlos, almacenarlos… Estos libros están escritos desde la perspectiva de las “buenas prácticas” y es estupendo, puesto que todos nos esforzamos para alcanzar lo mejor para nuestras colecciones. Solo que el punto de partida a menudo es cualquier cosa excepto “buenas prácticas”. Tomemos como excelente ejemplo la historia de Aristovolou “¡Un partido de pelota para el Registrador!”: que te contraten para reubicar y registrar una colección de artefactos de tenis y descubrir que todo está almacenado en un contenedor de transportes gigante y tienes que empezar desde cero, incluyendo documentar localizaciones y material.

hhDemasiado a menudo, especialmente para museos pequeños y medianos con colecciones históricas, de agricultura y/o de ciencia y tecnología, hay un vacío entre lo que se dice en los libros y el mundo real. Leer sobre buenas prácticas es estupendo y necesario, pero cuando te encuentras en medio de un cobertizo viejo con un tejado con goteras y montones de cosas oxidadas que en tu contrato fueron llamadas, eufemísticamente, colección de agricultura, estás muy lejos de coger tu cartón libre de ácido y comenzar a fabricar una caja adatada para contener un solo artefacto.
Para hacer corta una historia que es larga: estoy a punto de escribir una guía práctica para la gestión de colecciones que no han sido gestionadas previamente. Escribiré el libro teniendo en mente el peor escenario, comenzando con tan solo una colección en peligro y trabajando paso a paso para mejorar la situación 1 . Estará escrito para el profesional que tiene que lidiar con todo tipo de circunstancias posibles e imposibles mientras trata de gestionar su colección. Estará escrito especialmente para quienes se encuentran arrojados a esta situación por vez primera –ya sean principiantes o colegas que hasta ese momento solo han trabajado en instituciones más grandes o mejor organizadas–.

DSCF0373Y aquí entráis vosotros, los lectores. Este libro será mucho mejor y más alentador si incluye ejemplos reales. Claro está que a todos nos encanta el ejemplo de las buenas prácticas pero lo que necesitaré para esto serán ejemplos de cómo se afrontaron las dificultades y cómo se resolvieron los problemas. Cómo se llevaron colecciones que estaban en peligro a una mejor situación; quizá aún lejos de constituir “buenas prácticas” pero aun así mucho mejor que la anterior. Estoy recopilando todo tipo de ejemplos de los peores casos, aportados por profesionales de museos veteranos, jóvenes y viejos, que se han encontrado con situaciones increíbles en la gestión de colecciones (yo he visto una bajante general de aguas residuales justo encima de las estanterías de un archivo, de modo que las posibilidades son infinitas…).

De vez en cuando os presentaré en este blog alguna de las cuestiones sobre las que esté escribiendo y os pediré que contribuyáis con vuestras experiencias y opiniones. Sería estupendo si quisierais compartirlas. Prometo que no abusaré de vuestra buena disposición y siempre comprobaré que el modo en que quiera utilizar algunos de esos ejemplos en el libro sea aceptable para el autor original y/o para su institución.

Gracias por leer esto y saludos,

Angela

Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal

  1. Janice Klein y yo hemos escrito un artículo corto sobre “Tackling Uncatalogued Collections“ (“Abordar colecciones sin catalogar“) en la edición de marzo-abril de 2015 de la revista Museum de la American Alliance of Museums (pp. 59-63); aquí encontraréis algunas ideas más y la directriz general de este proyecto, aunque el hecho de estar sin catalogar es solamente uno de los problemas de una colección no gestionada.

El polvo: el archienemigo y las obras de arte

Staub aus dem Naturkundemuseum (c) Klaus Pichler
Polvo de un museo de historia natural ©Klaus Pichler
Día sí, día no, el personal de colecciones lucha contra el polvo. Embalamos obras de arte, dinosaurios, coches y cafeteras, a veces incluso guardamos cajas antiguas de cartón en cajas nuevas de archivo. Hacemos de todo para mantener a nuestro archienemigo, el poderoso polvo, alejado de nuestros artefactos. Y mientras cepillamos, limpiamos y aspiramos apuesto a que a ninguno de nosotros se nos había ocurrido que este malvado pudiera tener una faceta estética.

Pero el fotógrafo Klaus Pichler, a quien ya conocemos por su serie “Esqueletos en el closet”, ha capturado esta faceta estética del polvo. Fascinada por la diferencia entre el polvo de un museo de historia natural y el de una tienda de moda, le pregunté cómo se le ocurrió la idea:

Klaus Pichler:

«La idea para este proyecto llegó por casualidad: me mudé de mi antiguo apartamento, y mientras estaba despejando el espacio me di cuenta de que el polvo de la sala de estar era rojo, y el de la habitación azul. Esto me dejó asombrado y no pude quitármelo de la cabeza, así que decidí explorar el asunto y estudiar el polvo de forma sistemática, especialmente las infames pelusas, las aglomeraciones de polvo. Desde el principio el plan fue crear un archivo de polvo que contuviese muestras de un amplio espectro de áreas de nuestra sociedad, y que hubiera fotografía de todas las muestras. Para elegir los sitios de los que recoger polvo tomé el modelo de necesidades básicas (residencia, trabajo, ocio, tráfico…) y lo usé para decidir a grandes rasgos cómo ponderar los lugares que deberían estar incluidos en este proyecto. Y llegó el momento: ¡salí a cazar polvo!

Staub aus einem Modegeschäft  (c) Klaus Pichler
Polvo de una tienda de moda ©Klaus Pichler
Podéis imaginar las reacciones que desperté cuando (¡sin aviso previo, me gusta decirlo!) me presenté en distintas tiendas, apartamentos, escuelas, restaurantes, etc. diciendo que estaba interesado en, y pedía permiso para, buscar polvo. Y especialmente –ya que no entré en muchos detalles sobre por qué lo hacía– cuando, tan pronto obtenía el permiso, empezaba a arrastrarme a cuatro patas buscando pelusas. Para mucha de la gente que se encontró con mi petición esta fue, seguro, una de las más raras de su vida profesional…

Las muestras de polvo que encontré (procuré recoger distintas muestras de cada estancia pero siempre guardaba solo una) fueron a mi archivo de polvo. Las catalogué según un patrón de categorías (fecha, lugar, dirección, descripción, número de catálogo) y las archivé en cajas de petri. Por cada 25 nuevas muestras que reunía hacía una sesión fotográfica en la que fotografiaba todas en las mismas condiciones con una cámara de alta resolución con macro. Los resultados de mis actividades como coleccionista pueden verse en el libro Polvo [Dust], que ya está publicado».

¿Qué es lo que te fascina del polvo, que para la mayor parte de nosotros –especialmente para los registradores– no es más que una molestia?

Klaus Pichler:

Staub aus einem Kunstmuseum (c) Klaus Pichler
Polvo de un museo de arte ©Klaus Pichler
«Al empezar este proyecto suponía que existe una cierta variedad de polvo, pero de ningún modo había anticipado lo que descubrí: cada polvo era distinto, y para nada el polvo monocromo que esperaba. Al contrario: las distintas pelusas a menudo tenían un rico colorido, algunas un color primario, otras mezcladas, unas armónicas, otras de colorido disonante. Esto se correspondía con la irritante variedad de componentes –desde fibras y cabellos a partes que señalaban a la finalidad del espacio en el que se había formado ese polvo–. Partículas de palomitas de maíz en el polvo de un cine, insectos muertos en el polvo de un departamento de entomología de un museo de historia natural, migas de pan en el polvo de una panadería. A veces casi es posible saber de dónde viene el polvo mirando sus ingredientes y su color, porque cada espacio produce un tipo único debido a su diseño y finalidad de uso. Para mí, todo esto resultó tremendamente fascinante.

Por eso querría daros este pequeño consejo: la próxima vez que estéis barriendo el polvo tomaos un momento, coged una linterna potente, orientad la luz a las pelusas y sumergíos en el fascinante mundo del polvo.»

¡Gracias por la oportunidad de mirar el polvo con otros ojos!

El libro Polvo [Dust]:

Dust_Book-003Tapas duras, con sobrecubierta en tela de 2 mm y logo ‘Dust’ aterciopelado, hecha a mano, 30 x 30 cm (abierto: 30 x 60 cm), 102 págs. (4 págs. de papel transparente, 98 págs. de papel no estucado), 45 imágenes. Incluye un póster doblado, 50 x 70 cm, impreso en papel no estucado.
Primera edición, 2015. Limitada a 450 copias numeradas a mano y firmadas.
Se puede encargar a través del sitio web del autor:
http://kpic.at/images/4497

Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal