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Museum professional, lover of all collections work, former collections manager of the TECHNOSEUM in Mannheim, Germany. Now Professional Services Specialist for Gallery Systems. Independent museum professional. Cat wrangler and #SciFi enthusiast. Views are my own. Of course, they are. I can't make anybody responsible for the garbage my brain produces!

El registrador: Una extraña raza de animal en peligro rara vez vista

Recientemente leí un email de Alana Cole-Faber, Registradora del Hawaiian Mission Houses de Honolulú, Hawaii, EEUU. El contexto no importa aquí, pero sus palabras fueron:

“…quienes estamos, literalmente, aislados. Como si estuviéramos en islas, en medio de océanos, donde los Registradores son una extraña raza de animal en peligro rara vez vista”.

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Un registrador en su hábitat natural: el cuidado de las colecciones. Gracias a Matt Leininger por esta imagen.

Estuve pensando una y otra vez acerca de esas palabras. Alana trabaja en una isla, y sus palabras resultan especialmente ciertas para su situación, pero encuentro en ellas una brillante descripción de nuestros trabajos como registradores, gerentes de colecciones o curadores de colecciones en general.

Algunas veces, cuando voy por los pasillos de nuestros almacenes externos, buscando un artefacto que debe salir en préstamo y que está señalado en la base de datos como “ubicación desconocida”, me parece escuchar muy de cerca la voz de Sir David Attenborough: “El registrador se cuela a través de la jungla de objetos en busca de su presa. Un poco más adelante, un artefacto se halla junto con otros, sin sospechar nada. La registradora se acerca. Ella mira, chequea el registro y con un arrebato preciso y decidido agarra el artefacto”.

Un vistazo a las cifras

Pero, bromas aparte, ¿no es realmente el registrador un animal rara vez visto? La mayor parte de nuestro trabajo es hecha tras bastidores. Tanto es así, que estamos fuera de la vista y a veces fuera de la conciencia de nuestros colegas. Recientemente desarrollé una encuesta no representativa a través de LinkedIn1 , para determinados grupos relacionados con nuestro campo profesional, para ver si la configuración de mi experiencia personal de trabajo era correcta. La pregunta era: “¿Cómo registrador, ¿cuál es la organización normal de su trabajo (más del 50% de su tiempo de trabajo promedio)? Miren lo que obtuve:

230213 IN SPANISH 
Afortunadamente los lobos solitarios, que tienen que rastrear sus territorios y sin nadie a su alcance, no son la mayoría. Pero, para ilustrar la idea, los registradores no forman grupos. El trabajo del registrador tiene que ser hecho solitariamente en un 71%.

El ermitaño en el área de almacenamiento

Registrars often work concentrated behind the scenes.Thanks to Lisa Verwys for the picture.

Los registradores frecuentemente trabajan concentradamente tras bastidores. Gracias a Lisa Verwys por la foto.

¿Qué se siente al trabajar solo? Me gustaría citar un comentario2 hecho por Antony Aristovoulou, que arroja luz sobre esto: “Yo raramente recibía inspecciones o señales de interés de parte de quienes me supervisaban, y eso devino en un trabajo muy solitario. Los artefactos se convirtieron en mis amigos”.

Nadie podrá negar lo grandioso que resulta estar de vez en cuando solo en el área de almacenamiento. Trabajar en solitario como registrador tiene una gran libertad, que poca gente puede permitirse hoy día. Dependiendo de la arquitectura y la infraestructura del almacén, esto incluso puede significar estar sin internet y sin señal para el teléfono móvil. Separado del resto del mundo, en una isla solitaria.

¿Cuáles son las consecuencias de esto? Bueno, hay ciertos peligros. Primeramente, el peligro físico. Tiene que haber un claro concepto de seguridad para quien trabaja solo. Generalmente, el que se ve en la necesidad de trabajar solo debería siempre tener la posibilidad de pedir ayuda y asistencia. Esto debe ser claramente tenido en cuenta, en el caso de que el / la registrador(a) se encuentre en una situación en la que no pueda hacer una llamada telefónica de auxilio. Maneras posibles: llamadas telefónicas de rutina para chequear que todo ande bien. Él / ella deberá portar siempre consigo un teléfono móvil (cuando haya recepción de señal). Un procedimiento de chequeo que asegure que él / ella no quede encerrado(a) en el área de almacenamiento. Rondas de inspección adicionales por parte del guardia de seguridad. Todo esto debe organizarse antes de que alguno comience su jornada de trabajo en solitario.

Pero existen otros peligros menos obvios al trabajar en solitario. Son altas las posibilidades de que nadie se percate de que alguien está solo en el área de almacenamiento a la hora de salir a almorzar. Mucha de la información importante en las instituciones frecuentemente se transmite durante el receso para el café. La gente que no recibe intercambios de información con sus colegas, o que no tiene la posibilidad de ello, tiende a ser solitaria. La misión del / de la registrador(a) es evitar quedar asilado, y formar parte de la comunidad de su museo. Pero asimismo es misión de sus colegas no olvidarse de quienes trabajan en el área de almacenamiento. Por último, y no menos importante, es la labor de quienes son responsables de la organización del flujo de trabajo en el museo, de modo que creen las posibilidades de intercambio e interacción entre los miembros de sus equipos. Esta podría ser la única manera de que el registrador deje de ser el “extraño animal del almacén”, y se afiance como colega. Okey, esto lo convierte en “el colega del trabajo extraño”; o mejor aun: en el colega.

El que echa a perder la diversión

Giving clear directions of what to do and what not is part of the job.Thanks to Zinnia Willits for the picture.

Dar claras instrucciones sobre qué hacer y qué no hacer  es parte del trabajo. Gracias a Zinnia Willits por esta foto.

Las cifras muestran por qué muchos registradores se sienten aislados, incluso cuando forman parte de un equipo. Esto tiene mucho que ver con el trabajo que el registrador debe ejercer. Él / ella tiene que velar por el bienestar de los objetos de la colección. Eso incluye decir frecuentemente “no” cuando se trata de préstamos o eventos dentro del propio museo. Si el jefe de la institución quiere hacer una gran fiesta en las salas, el registrador tiene que defender su posición y exigir que no se incluyan comidas ni bebidas. Si el equipo de mercadeo desea traer grupos de colegiales para que vean un autobús escolar antiguo, el registrador muy probablemente tendrá que decir que eso no es posible. Si una institución amiga quiere solicitar en préstamo una bandera y planea izarla en la entrada de la exposición sin protección alguna, él / ella solo puede menear su cabeza hacia ambos lados. Él / ella actúa como abogado de los objetos, quienes no pueden hablar por sí mismos. En el papel, todos los miembros del personal son registradores, aunque el registrador no es la cabeza de la institución; con frecuencia, él / ella ni siquiera es el / la jefe del departamento. Esto significa que aunque la responsabilidad yace en su escritorio, la decisión que él / ella tome puede no ser la definitiva. Esto contribuye a elevar el sentido de aislamiento.

Para los miembros del equipo, resulta a la inversa. Los curadores tienen grandes ideas para las exposiciones por venir. Los diseñadores las tienen acerca de cómo mostrar los objetos. La gente de mercadeo piensa intensamente en cómo atraer visitantes. Y entonces llega el registrador y dice “no” a esas ideas. Claro, para ellos es evidente que los registradores son animales extraños. ¡Ellos son quienes echan a perder la diversión! Pero la triste verdad dice: ese es su trabajo. Si el registrador tiene suerte, también puede haber conservadores dentro del equipo que respaldan su opinión. De otro modo, solo pueden limitarse a señalar las políticas y estándares (lo cual es más bien fastidioso para el resto del equipo) o presentar casos en los que se cometieron errores porque nadie escuchó al registrador (lo cual es más entretenido, pero no necesariamente más convincente). Al final, el registrador no puede hacer más que dar su opinión y documentar todo el proceso de toma de decisiones para salvaguardar su terreno.

¿Una especie en peligro?

High-quality work is important - and needs enough time and money. Thanks to Sharon Steckline for the picture.

El trabajo de alta calidad es importante -y requiere suficiente tiempo y dinero. Gracias a Sharon Steckline por la foto.

Entonces, ¿es el Registrador una especie en peligro? Bueno, el registrador puede que no esté más en peligro que lo que está cualquier otro profesional del museo hoy día. Cuando el dinero aprieta, las instituciones culturales son las primeras en ser miradas con el ceño fruncido de las autoridades. Pero por lo que he podido ver, eso no está limitado a la gerencia de las colecciones. Los políticos tienden a preguntar si tal o cual museo puede funcionar con poca gente, o si ésta es absolutamente necesaria. De hecho, varias instituciones fuera de los EEUU acaban de darse cuenta recientemente de que los registradores son convenientes, y crearon más empleos en esa área. Pero eso es apenas una parte de la historia.

Otro aspecto radica en si la calidad de nuestro trabajo está realmente en peligro. Cuando el dinero aprieta, resultan difíciles las decisiones sobre las áreas donde éste ha de invertirse. Y frecuentemente, la rueda que chirría obtiene su grasa. Los registradores, que están entrenados para actuar de la manera más discreta posible en su ramo, a menudo son los menos escuchados en sus solicitudes de materiales de archivo y recursos humanos. Pero, de nuevo, eso es solo una parte de la historia.

En muchos museos pequeños el dinero es tan escaso que la decisión a tomar no es entre adquirir cajas de archivo para las colecciones o publicidad en el periódico, sino entre decidir si reparar el techo o hacer una exposición. En casos como estos, los recursos humanos son el gran tema a discutir3, en el Grupo “Collection Management” de Linkedin, un abrumador 50% respondió “Asuntos del personal”, por delante de “Fondos para climatización, seguridad, etc.” (16%), “Fondos para materiales de embalaje, bastidores, etc.” (12%), “Donaciones” (10%) y “Préstamos” (9%). El hilo de la discusión resultó interesante, destacándose lo referido al manejo de las colecciones. Puede verse esto en http://www.linkedin.com/groupItem?view=&gid=3280471&type=member&item=175582165&qid=4a59729e-7bf2-4bb6-8b6b-e2883014a660&trk=group_search_item_list-0-b-ttl]

En esto, el puesto puede denominarse “registrador”, pero abarca mucho más. Él / ella bien puede ser también guía de visitantes, gerente de reclamos, asistente de la tienda, cajero y curador, todo en una misma persona. Esto significa frecuentemente que esa persona no puede invertir tanto tiempo como sería necesario en el manejo y control de las colecciones.

Otros museos deciden que no pueden permitirse un Registrador dentro de su personal estable. Ellos contratan registradores independientes cuando los necesitan con urgencia. Esta es una buena idea cuando se trata de planificar nuevas áreas de almacenaje, recibir asesorías acerca de cómo el registro debe organizarse, tener objetos en exposiciones temporales en manos seguras4 o de hacer un inventario a una determinada colección. Sin embargo, si una institución posee una colección que sobrepasa una cierta cantidad de objetos (no es fácil dibujar una clara línea aquí, eso depende tanto del ámbito de la colección como de cuánto de ésta es “utilizado” por la institución), el manejo de las colecciones deviene en un trabajo de tiempo completo. La idea de dejar que un registrador haga un inventario de la colección, y luego tener a “alguien que vaya haciendo sus funciones regulares” o que “todo el personal cuide de la colección” realmente no funciona.

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La calidad en el trabajo del museo es siempre un esfuerzo conjunto. El trabajo en equipo es la clave. Imagen enviada por Matt Leininger.

Un Registrador es más que una base de datos humana. Si ud. tiene todos los objetos de la colección rigurosamente vaciados en su base de datos (¡nombre un museo que los tenga!), eso no significa que siempre estará así. Mantener el seguimiento de los objetos implica un permanente esfuerzo. Y tener todo correctamente en la base de datos también lo es. Usted puede tener a todos los miembros de su personal bajo el juramento de que siempre documentarán en la base de datos cada movimiento de los objetos; aún así, ¡ud. tendrá a la Bendita Entropía desordenando todo en el área de almacenamiento! Un buen registrador siempre tendrá un ojo sobre eso. Pero es más que eso. Tal como en toda biblioteca, algunos objetos se “pierden” por haber sido colocados en el lugar de almacenaje equivocado. Un / una registrador(a) que esté familiarizado(a) con su colección tendrá siempre una idea de dónde buscarlo –basándose en su experiencia y en su conocimiento de quién manipuló ese objeto la última vez. No olviden que usualmente no contratan solamente a un registrador –¡uds. contratan a un cerebro de elefante! En última instancia, incluso un registrador que haya estado a cargo de una colección durante largo tiempo puede de algún modo fusionarse con su colección y su almacén. Él / ella desarrolla algo como un sexto sentido para aquello que está errado: un inusual incremento de la humedad antes de que alguien chequeara el higrómetro, un objeto que luce distinto a como solía hacerlo, esa voz que le dice al registrador que se dé una vuelta por los almacenes externos luego de que alguien haya salido de allí… Es algo que se desarrolla con el tiempo. Eso no se puede obtener con contratos de pocos meses o de un año.

Conclusión

Como hemos visto, el Registrador es de hecho un animal raramente visto. Se requiere de un esfuerzo conjunto para no dejar que se convierta en un animal en peligro de extinción:

  • Como individuo: todo aquél que trabaja en un museo debe cuidar de que el registrador esté seguro mientras se encuentre trabajando en solitario, y que no quede aislado del resto de la comunidad del museo.
  • Como profesional: todos los colegas necesitan entender cuál es el trabajo del registrador. No se trata de que él / ella quiera arruinar la diversión, su trabajo es proteger los objetos para que otros también los puedan disfrutar en el futuro.
  • Como museo: las autoridades deberían pensar en profundidad acerca del valor del manejo profesional de las colecciones. Es sabido desde antaño que la conservación preventiva y almacenamiento profesional ahorran costos a largo plazo.
  • Como sociedad: los políticos, las comunidades y los contribuyentes en general deberían pensar acerca del valor de los museos y sus colecciones. Todos sabemos que un ser humano que pierde su historia se pierde a sí mismo. Ocurre lo mismo con la sociedad que pierde su historia. Preservar nuestro patrimonio no es solo un asunto de costos, es un alto valor para la sociedad.

Es solo mi granito de arena en este asunto. Ahora, tengo que irme, necesito rastrear mi territorio, creo que vi algunos objetos sin documentar más abajo en el pasillo…

Angela Kipp

  1. Asociación de Registradores y Especialistas de Colecciones, Gerentes de Colecciones y Preservación y Cuidado de Colecciones. Fechas de recolección de datos; desde el 27 de enero hasta el 23 de febrero de 2013
  2.  Comentario hecho en referencia al estudio publicado en el Grupo de www.Linkedin.com de la Asociación de Registradores y Especialistas de Colecciones.  www.LinkedIn.com
  3.   Cuando realicé la consulta en el “Calling all museum staff responsible for collection management and registration! What are the main issues in your job?“ [“¡Llamado al personal de museos responsable del control de las colecciones y el registro! ¿Cuál es el aspecto más importante en sus trabajos?”
  4.  Recomiendo encarecidamente tener a un Registrador en el equipo de exposiciones cuando se lleva a cabo una que incluye una cierta cantidad de objetos. Véase mi artículo “5 sugerencias para tratar con registradores”, en http://world.museumsprojekte.de/?p=24
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¡Conozca su obra de arte!

Recientemente, conocí a Eduardo De Diego, Profesional de Seguridad Física de la Applied Research Associates, con sede en Canadá. La seguridad siempre es un gran problema en los museos, y disfruté de sus ideas respecto a los movimientos de las colecciones. Le hablé de nuestro blog, y le consulté si tenía alguna buena historia para contar. De hecho la tenía (y honestamente espero que tenga más). Disfruten su lectura. ¡Y gracias, Eduardo, por su envío!

Durante una auditoria a los procedimientos y controles de seguridad, practicada a un gran e internacionalmente reconocido museo, se nos contó de un incidente que involucraba al Curador Jefe (cuyo nombre quedará oculto en salvaguarda de la institución). Este Curador había invitado al equipo de un noticiero televisivo para hacer un “show and tell” [“Muestre y cuente”].

El curador quería mostrar a los medios una excelente falsificación de una obra muy conocida. El equipo de noticias le preguntó: “¿Cómo puede usted decir que esto es una falsificación?”. El Curador dijo “Ok, les mostraré”, y procedió a sacar la obra de arte original de las bóvedas del museo (lo cual fue una infracción a los protocolos de seguridad y control de acceso y de movilización). Trajo el original, y lo colocó junto a la falsificación en dos idénticos caballetes, y procedió a demostrar cómo su conocimiento superior del tema le permitía discernir el original de la copia. El Curador procedió luego a mostrar otras piezas y a dar su interpretación, descuidando a las dos primeras pinturas. Un miembro del equipo del noticiero decidió que era tiempo para una broma, y cambió esas dos primeras obras sin que el Curador se diera cuenta, pues su atención estaba en otra parte. El Curador regresó y el equipo periodístico le preguntó nuevamente y ante la audiencia de televidentes “¿Cuál es el verdadero, por favor?”. El Curador identificó a la falsificación como la verdadera.

Después, al Curador se le dijo lo que había ocurrido, y pasaron semanas para que una experticia independiente identificara el verdadero trabajo, y la obra original regresara a la bóveda.

Final feliz, pero costoso.

Text: Eduardo De Diego

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¡El tamaño sí importa!

This paper machine was measured a few times before being transported.

Esta máquina bobinadora de papel fue medida varias veces antes de ser transportada.

Si usted quiere escuchar a la gente del museo quejarse, sólo diga “medidas”. Cada uno de nosotros tiene una historia que contar al respecto. Murphy, el de la Ley de Murphy, pareciera estar rondando por nuestras cintas plegables y medidores de distancia. No todas las historias son tan extremas como la que se muestra en las imágenes acá. La máquina bobinadora de papel fue medida una y otra vez, porque obviamente era la cosa más difícil de mover para su reubicación dentro del gran almacén. Teníamos la documentación técnica. Teníamos los especialistas en cargas pesadas, con experiencia en casos mucho más problemáticos que el de nuestra “pequeña” máquina bobinadora de papel. Estábamos confiados en nuestras habilidades profesionales cuando supervisamos esta parte de la máquina, que iba a ser cargada por la grúa sobre el remolque de plataforma baja. No fue sino hasta ese momento que nos dimos cuenta de que la máquina no pasaría por la puerta mientras estuviera montada sobre ese remolque bajo. No era mucho, tal vez unas pocas pulgadas. Parecía que las imprecisiones en las medidas (la altura de esa parte de la máquina, la altura del tráiler, la altura de la puerta) empeoraron el caso. No había duda –estábamos ante un problema.

On the flat-bed trailer the machine didn't fit through our gate. The riggers had to be creative...

Montada sobre el remolque bajo, la máquina no pasaba por nuestra puerta. Los cargadores tuvieron que ser creativos…

Afortunadamente, contábamos con unos expertos de carga pesada. Luego de algunas discusiones, decidimos cargar la máquina sobre unos tableros con ruedas y empujarla cuidadosamente a través de la puerta. Funcionó. Al pasar la puerta, la máquina fue de nuevo levantada por la grúa, puesta sobre el remolque de plataforma baja y mudada a su nuevo hogar.

Don't let your eyes fool you: Now it seems obvious that it doesn't fit through the gate, but that's only due to perspective. In reality it were only about 4 cm missing.

No deje que sus ojos le engañen: ahora parece obvio que no pasa por la puerta, pero eso se debe a la perspectiva. En realidad, fue sólo por unos 4 cms.

Otros casos sobre medidas mal tomadas son menos espectaculares, pero los problemas que causan son a veces mayores. No sé por qué, pero algunas personas tienden a redondear a la baja cuando se trata de medir. No es particularmente útil, especialmente si usted tiene un constructor o diseñador de embalajes con esa misma tendencia…

Hay un problema especial que surge cuando se trabaja con socios internacionales. En la Unión Europea, es práctica común la medida en el sistema métrico, mientras que en el Reino Unido y EEUU usan su propio sistema (las Unidades Imperiales y las unidades acostumbradas en EEUU). Normalmente uno como registrador tiene esto en mente, pero los malentendidos suceden de todas maneras. Recuerdo un caso en el que un fax llegado a nosotros, difícilmente legible, contenía los datos de unos objetos. Haciendo memoria, parece absurdo, pero durante mucho tiempo planificamos que algo llegaría en una pequeña caja de aproximadamente 50 x 20 x 21 centímetros (20 x 8 x 8 pulgadas). Cuando los costos estimados del viaje nos fueron faxeados, quedamos impresionados por el monto. Fue entonces cuando releímos el fax, dándonos cuenta de que lo malinterpretamos. Síp, el signo detrás de las medidas NO era una comilla doble (“), era solo una comilla normal (‘), o sea, ese signo pequeño que distingue las pulgadas (1” = 2.54 cm) de los pies (foot) (1’ = 30.48 cm). No íbamos a recibir una cajita simple, íbamos a recibir un verdadero contenedor de 20 pies…

Angela

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Medios digitales, Didáctica universitaria y Antropofagia cultural: Reflexiones de una profesora latina en el exilio

Río de Janeiro, 2013.

“Si no conoces la respuesta, discute la pregunta” (Clifford Geertz).

Un “nativo” es, en el lenguaje antropológico, un ser local, aquel que pertenece a la tierra y que es el primer habitante de un lugar, mientras que el “inmigrante” es un extraño o extranjero, aquel que vino de afuera para tomar un lugar como nativo o para ocupar su territorio. Es como un filme hollywoodense de comanches y vaqueros ¡en el cual el indio es encarnado por Elvis Presley y su madre indígena está encarnada por Dolores del Río!

Es interesante notar que el lenguaje de la cibercultura o del ciberespacio emplea, por lo tanto, las nociones reificadas por la cultura occidental sobre el colonialismo y el imperialismo: en este nuevo contexto ciber, “nativo” es aquel que ya nació en el interior de un orden digital y que por consiguiente razona de acuerdo con tal lógica, mientras que un “inmigrante” es aquel que se está desplazando desde la cultura libresca medieval-renacentista hacia una cibercultura y que, por tal motivo, aun mantiene un pie allá y otro acá.

¿Cómo queda tal cultura del ciberespacio si pensamos en el gran número de analfabetos gramaticales y digitales de América Latina? Néstor García Canclini, en libros como Diferentes, Desiguales y Desconectados, Editorial UFRJ, 2005, explora las contradicciones de poblaciones indígenas suramericanas ¡que utilizan internet sin siquiera haber sido alfabetizados! En cuanto antropóloga y educadora, esta parece ser una cuestión pertinente para ser discutida aquí: ¿Cómo entrar en la era digital, de carácter internacional o global, sin perder las referencias regionales de la cultura brasileña, inspirándome aquí en una postura como la “antropofagia cultural” de Oswald de Andrade?

Con la intención de estimular a mis alumnos a desarrollar un sentido crítico, vengo desarrollando un producto de creación visual en Arte-Educación, en el cual abordo la relevancia de devorar críticamente la cibercultura y devolverla re-transformada, de acuerdo con un lenguaje local “nativo”. Me parece que esta cuestión principal y pertinente no es enfocada cuando se habla de cibercultura: ¿será que todos los estatutos culturales ahí representados, aparentemente de forma “democrática”, adquieren la misma preponderancia socio-económica al ser tragados? ¿Cómo, entonces, insertar un contexto de “devoración crítica” junto con los alumnos, o sea, cómo despertar en ellos un sentido estético (en el sentido platónico) de las ideas? ¿Cómo hacerlos separar la paja del trigo en medio de la barahúnda y el caos de los medios digitales, la cual es inevitablemente permeada por la lógica capitalista, imperialista y colonialista del primer mundo europeo y norteamericano?

Son cuestiones filosóficas y humanistas de primer orden, compañeros: ¿será que lo que piensa el “nativo digital” típico es relevante, pertinente, política y éticamente correcto y puede contribuir para cambiar el mundo para mejor? O, más importante aun, ¿cuál es la real contribución didáctica que el saber erudito del profesor puede hacer en relación con la mayoritaria sub-información vehiculada por los medios digitales hoy día?

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Profesora-Doctora Dinah Papi Guimaraens, Programa de Postgrado en Arquitectura y Urbanismo, Universidad Federal Fluminense y Directora Fundadora asociada del Museo de Arte y Orígenes, NYC (Doctora por el Programa de Postgrado em Antropología Social –Museo Nacional- UFRJ y la New York University- Museum Studies Program / Becaria Fulbright, Post-Doctora, Departamento de Antropología, Universidad de New Mexico, EEUU).

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Negocio serio

Un registrador de Nueva York se pregunta cuál lado es arriba

Un registrador de Nueva York se pregunta cuál lado es arriba

Sí, el trabajo del registrador es un asunto serio. Todos esos objetos valiosos en nuestra colección, las tareas de documentación; los registradores somos muy serios y no andamos con tonterías. ¿Cierto? ¡Cierto! ¿Por qué entonces a veces uno ve una reunión en la que el registrador y los miembros de su equipo están presos de risitas nerviosas? ¡Porque nuestro trabajo está repleto de humor involuntario!

Recuerdo que una vez una caja de embalaje que llegó para una exposición decía “Este lado hacia arriba” sobre dos de sus bordes opuestos. Infortunadamente, no tomé una fotografía, pero pueden imaginarse lo feliz que estuve al recibir la fotografía que ven a la izquierda, tomada por Noel Valentin, del Museo del Barrio de Nueva York.

Y ni hablar de las cosas humorísticas que se pueden encontrar en las bases de datos. ¿Qué me dicen del “Cuchillo sin hojilla y sin mango”? Creo que hay maneras más inteligentes de decirnos que ese objeto se encontraba en condición de pérdida total. Y esta otra acotación que encontré en el campo “Condición” de nuestra base de datos, que decía “Necesita ser aspirado”. Siempre tenemos una aspiradora a la mano, por lo que creo que toma más tiempo escribir dicha frase que aspirar el objeto… Y luego entonces es que se hace el reporte de condición física. Recuerdo una colega que me envió un reporte de condición  sobre un objeto que se encontraba “feo, pero durable”.

“¡Cierre la puerta! Es por el clima”. ¡Registradores, hagan algo contra el cambio climático!

“¡Cierre la puerta! Es por el clima”. ¡Registradores, hagan algo contra el cambio climático!

Me encantan las inscripciones estúpidas. Trato de tomar fotos siempre que veo algo estúpido escrito acerca de algo. Perdí una de mis favoritas, una caja que estaba marcada “Vorsicht Inhalt” (“¡Contenido: precaución!”). ¡Resultó que contenía un extinguidor de fuego para carro y la inscripción era una advertencia de no tirar la caja (que era una caja de una botella de vino) porque había un artefacto valioso aún no documentado dentro! Bueno, dada esa inscripción yo me esperaba al menos encontrar asbesto o mercurio…

Me encontré con otra cosa, que puede verse en la foto de la derecha: “¡Cierre la puerta! Es por el clima”. Por supuesto sabemos lo que se entiende por eso de “cierre la puerta”. La puerta debe mantenerse cerrada porque la temperatura y la humedad relativa deben mantenerse estables en ese recinto. Pero con todas estas discusiones sobre el cambio climático… bueno, parece una solución como demasiado simple.

Al parecer, no soy la única a quien le gusta el humor involuntario sobre el trabajo del registrador. Den una mirada a este maravilloso vídeo: Stuff Museum People Say” [“Cosas del museo, dice la gente”] que hizo el Atlanta History Center: http://www.youtube.com/watch?v=IhAJiz2ixuY . En el minuto 1: 23 puede verse la típica escena en la que una miembro del equipo se hiere, y la registradora grita “¡Aleja la sangre del objeto!”

Ah, sí, y también nos encontramos con fallas a la hora de almacenar los objetos. Liz Walton creó un blog sobre esto: Art Storage Fail. [Fallas en el Almacenamiento de arte]. Disfrútenlo, y si tienen algo que tenga que ver con eso, envíenlo a ella.

Déjenme cerrar estas líneas con dos humoradas no intencionales en unas cartas que recibí de nuestro deshollinador de chimeneas. Nuestros depósitos externos para las colecciones no están habilitados las 24 horas al día los 7 días de la semana. Él ya estaba al tanto de esto, dadas las muchas, muchas veces que vino a hacer su revisión anual y no había nadie allá. Así que ahora él primero nos envía una carta para fijar una cita. La primera que recibí decía: “Estaré yendo el 25 de febrero a las 10:15 am o en los días posteriores”. Dado que él no se apareció el 25, lo llamé para citarlo el 26 de febrero, 11:00 am, y todo salió bien. El siguiente año recibí una carta: “Estaré yendo en febrero. Por favor no me esperen, les llamaré para hacer la cita”. De nuevo, todo salió bien luego de que él llamó, pero hasta hoy no he podido sacarme de la cabeza la imagen de alguien esperando la llegada del deshollinador de chimeneas durante todo el mes de febrero…

Angela

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Cómo llegué a ser registrador de museo II

Vagabundeando en los diversos ámbitos del Museo

Angela Kipp

picture by Bernd Kiessling

Vista de mi más reciente lugar de trabajo.
HDR photo by Bernd Kießling

Aunque más bien sería: ¿Cómo me di cuenta de que era una registradora…? Pero, comencemos desde el principio.

Siempre me han gustado los objetos viejos, y escalé castillos y visité museos desde que tengo memoria. Así que de alguna manera era lógico que eligiera museología al finalizar la escuela. Por cierto, mi agente de la oficina central de empleos consideró que eso era una idea muy tonta. De todas maneras, decidí estudiar en Berlín, en la Universidad de Ciencias Aplicadas (FHTW en alemán). Esto implicó que yo tuviera que hacer 6 meses de internado en algún museo o archivo para poder completar los requisitos de ingreso. Hice esto en el Museo de la Tecnología y del Trabajo (LTA en alemán), en Manheim. Esta fue la primera vez que entré en contacto con el trabajo de las colecciones de los museos, pues una de mis tareas fue documentar alrededor de 500 latas de café, que iban desde envases muy pequeños como de medicamentos, hasta grandes contenedores.

La ventaja de esto era que no solo fui aceptada como estudiante de museología en Berlín, en el otoño de 1998, sino que también para el primer receso del semestre ya tenía un empleo en el museo. El LTA mostraba una exposición sobre “El café, cómo hacerlo y cómo degustarlo”. Me convertí en una combinación de bartender explicando cómo tostar el café en la máquina tostadora, y luego de vendedora de tazas de café a los visitantes. Cuando no había nada que hacer, documentaba las máquinas y los molinos de café, y podía dar conferencias de cinco minutos acerca del principio de la “cafetera de recirculación” y sobre por qué es una idea tonta colar café con ella.

En el siguiente receso del semestre, hice un internado en el Museo de la Comunicación (anteriormente el museo postal) en Berlín. Estaban preparando su próxima exposición permanente, y así, “infortunadamente”, tuve que cortar mis estudios por un semestre porque los del museo me nombraron asistente del proyecto. Fue una etapa emocionante y aprendí muchas, muchas cosas acerca de exposiciones, investigación, redacción de textos, cuestiones sobre derechos de autor, manipulación de objetos y resolución de problemas. Regresé a mis estudios en mayo de 2000, aunque luego de este proyecto ni una vez he dejado de trabajar para un museo o institución similar. Trabajé como profesional independiente durante mis estudios, como trabajo secundario. Fueron diferentes trabajos, pero la mayoría de ellos estuvo vinculada con exposiciones especiales. De este modo, aprendí mucho sobre ENIGMA, la máquina de codificación, sobre milicia prusiana, ladrillos de arcilla, desarrollo agrícola en el estado de Brandenburgo, parámetros de historia de la iglesia, el cerebro humano y la fabricación de tornillos.

Finalicé mis estudios en la primavera de 2000, y permanecí trabajando como profesional independiente para museos, principalmente para el Deutsche Museum en Munich y para el Museo de la Catedral de Brandenburg/Havel, pero continuaba en la búsqueda de un contrato o un trabajo estable en algún museo. Un día que estaba buscando avisos de empleo en intertnet, surgió un nombre muy conocido para mí: el Landesmuseum für Technik und Arbeit estaba buscando un curador para su exposición permanente sobre materiales sintéticos y sus colecciones de objetos de química. Sintiendo que no tenía nada que perder, envié mi solicitud, sabiendo que mis posibilidades eran pocas, ya que ellos buscaban un especialista en química. Fue grande mi sorpresa al ellos invitarme a una entrevista de trabajo, y en febrero de 2003 yo estaba de vuelta en mi “viejo” museo, lo que me hacía sentir como de regreso en casa.

Developing Banana Key Rings (from left to right): Polypropylene let the key ring break too easy, blue was the wrong color, polyethylene with yellow color was just perfect.

Preparación de las bananas-llavero. (De izquierda a derecha): el de Polipropileno se rompía demasiado fácil, la azul era de color equivocado, la de polietileno amarillo quedó perfecta.

La exposición permanente sobre materiales sintéticos incluía algunas máquinas de moldeo por inyección que aún funcionaban. Así que cuando el museo mostró una exposición especial sobre bananas, nos las arreglamos para encontrar un fabricante local de formas de moldeo, quien nos diseñó, manufacturó y donó un molde para hacer llaveros en forma de banana. Fue muy divertido para los técnicos de demostración y para mí encontrar el material y el color sintéticos correctos para obtener una banana perfecta. Hicimos bananas blancas, rosadas y azules e incluso una que quedó como una banana podrida, ya que la temperatura estaba muy alta y la quemó un poco. Al rato, fuimos capaces de producir llaveros en forma de bananas perfectas de polietileno amarillo. A los visitantes les gustaron mucho. (Disculpen esta nota al margen, pero como este no es un relato de registradores, no tendré posibilidad de contarla en otra parte).

As a side note: The little blue banana is travelling the world as a geocaching travelbug and is currently in Sweden...

Nota al margen: La pequeña banana azul está viajando por el mundo como viajera errante por error (geocaching), y actualmente está en Suecia…

Ser curador de materiales sintéticos significó no solo trabajo curatorial, sino también un poco de trabajo como registradora. Había una gran colección de cintas magnéticas originales, de principios de 1934 hasta la actualidad, que requerían ser revisadas y documentadas. La mayor dificultad estribó en investigar sobre cómo archivarlas y preservar la información en ellas, problema que aun no se ha resuelto a plena satisfacción.

Como pueden imaginar, el tiempo pasa rápidamente, y el contrato era solo por dos años. En mi segundo año allí, el Landesmuseum anunció el cargo de “Depotverwalter” (Administrador de almacenes externos). Otra vez sin tener nada que perder, solicité el cargo y fui seleccionada. Esto marcó el punto donde me cambié completamente del área de exposiciones a la del trabajo con las colecciones.

Fue mucho más tarde, en 2006, luego de haber coordinado el cierre de uno de nuestros almacenes y la reubicación de las colecciones en los dos actuales recintos, que traté de explicar a una colega estadounidense en qué consistía mi trabajo. Investigué en internet y hurgué en dos descripciones de ese trabajo: una, sobre el gerente de las colecciones, y otra sobre el registrador. Decididamente, como mi ocupación tenía más que ver con los asuntos prácticos como el movimiento físico de la colección, escogí el de gerente de las colecciones. Más tarde me di cuenta de que el uso del término difiere de institución a institución, y yo también hago mucho del trabajo de base de datos, tanto como del de préstamos, de modo que también soy una registradora.

¡Esto es todo, amigos! Así es como me convertí –o me di cuenta de que era- una registradora.

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Alto en el cielo

Este relato me llegó por email luego de haber yo solicitado algunas excelentes fotos que había visto. Sharon McCullar es Curadora de Colecciones en el Lakeshore Museum Center de Muskegon, EEUU. Ella sugirió que la imagináramos colgando de la barandilla de la plataforma elevada tratando de contarle a gritos a un transeúnte interesado al leer la historia de ese monumento.

Sharon McCullar, Curadora de Colecciones del Lakeshore Museum Center, la Archivista Beryl Gabel y el operador de elevadores de la ciudad de Muskegon limpiando y encerando la estatua superior del Monumento a los Soldados y Marineros (de 70 pies de alto) en el centro de la ciudad de Muskegon Michigan. Detalles en este relato.

Sharon McCullar, Curadora de Colecciones del Lakeshore Museum Center, la Archivista Beryl Gabel y el operador de elevadores de la ciudad de Muskegon limpiando y encerando la estatua superior del Monumento a los Soldados y Marineros (de 70 pies de alto) en el centro de la ciudad de Muskegon Michigan. Detalles en este relato.

El Parque Hackley es un importante punto focal del centro de Muskegon Michigan. Fue dedicado al Día Conmemorativo (Memorial Day) del 30 de Mayo de 1892. Charles Hackey, un prominente propietario de aserraderos locales, adquirió el terreno y asumió el costo del Monumento a los Soldados y Marineros, para conmemorar el servicio prestado por estos a los ciudadanos del Condado de Muskegon durante la Guerra Civil Americana (1861-1865). El monumento de granito, de 76 pies de alto incluye cinco estatuas de bronce y fue diseñado por el arquitecto Joseph Carabelli, nacido en Italia. Alrededor de su base se encuentran estatuas de miembros de la marina, de la caballería, de infantería y de artillería. Sobre el tope del pedestal se yergue una figura de 14 pies de la diosa de la Victoria. El monumento lleva la inscripción: “No conquista, sino paz – A los soldados y marineros que lucharon y para todos los hombres y mujeres patriotas que ayudaron a preservar nuestra nación en la guerra de la rebelión”. Luego, en 1900, fueron comisionadas por Charles H. Hackley cuatro estatuas más, e instaladas en las cuatro esquinas del Hackel Park del Día Conmemorativo. Allí hay esculturas de prominentes personalidades de la Guerra Civil. Las del Presidente Abraham Lincoln y del Almirante Farragaut fueron realizadas por el escultor Charles Niehaus. Las del General Grant y del General William T. Sherman fueron realizadas por J. Massey Rhind.

Sharon MaCullar, Beryl Gabel y el operador de elevadores limpiando la estatua del miembro de la Caballería en el Monumento referido. La estatua está a unos 20 pies sobre el suelo, pero nosotros aun llevamos puestos nuestros arneses y ropa de seguridad. El operador tuvo que ser muy diestro para poder acercarnos a la estatua sin dañarla.

Entre 1997 y 1998 el trabajo de conservación de las estatuas fue realizado por McKay Lodge Fine Arts Conservation de Oberlin, Ohio. El Lakeshore Museum Center trabajo en equipo con la Ciudad de Muskegon para desarrollar un plan básico de mantenimiento que ayudara a la preservación de las estatuas restauradas. Nuestro personal formaba parte de ese equipo de trabajo (es decir, el Curador de Colecciones, otro miembro del equipo de curadores que estuviera disponible, y yo), y trabajó con la Ciudad para dar limpieza y aplicar una ligera capa de cera una vez al año. Planificamos esto para principios de septiembre de cada año, fecha que por lo general es de un clima templado con una humedad relativa y temperatura favorables. Si hay demasiado calor la cera no se fija, pero si hay demasiado frío el proceso de lavado es muy incómodo, y es difícil aplicar la cera uniformemente. El lavado remueve la mugre de la superficie y nos permite inspeccionar cualquier daño o deterioro que tengan las estatuas. Utilizamos un detergente suave recomendado por los conservadores, y cepillos de fregado bastante suaves. La ligera capa de cera provee una delgada película protectora contra la mugre, que facilita su remoción al siguiente año. No tomamos medidas agresivas, ya que no somos conservadores de metal. Esto toma unas 4 horas por cada estatua dependiendo de las condiciones. Un día tibio con una suave brisa ayuda a que las estatuas sequen rápido. Pero los nidos de avispas ocultos en los pliegues de las esculturas suelen ser una desagradable sorpresa.

Cómo me han hecho enfadar los muchos nidos de arañas muy grandes, así como el haber quedado bañada con agua jabonosa.

Para el acceso a las estatuas, la Ciudad de Muskegon provee un elevador –tenemos que elevarnos 80 pies en el aire para alcanzar el extremo superior de la Victoria. Esto requiere de un operador diestro y con nervios de acero. A esa altura uno recibe corrientes de aire –especialmente si se aproxima una tormenta desde el Lago Michigan. Maniobrar alrededor de las estatuas y de la base de granito requiere igualmente de mucha destreza. Necesitamos estar muy cerca de ellas para trabajar con efectividad, pero sin golpear a las estatuas con la plataforma de elevación.

El cubo se balancea un poco –tanto que al final de la semana uno parece un marinero borracho, sintiendo que el mundo se balancea, no importando si se está montado en la plataforma elevada o no.

¡Pero las vistas panorámicas del Lago Muskegon, de la ciudad y del Lago Michigan son espectaculares!

Textos y fotos: Sharon McCullar

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Un misterioso "bolígrafo"

A misterious pen

Puede ser parte del trabajo del Registrador descubrir qué cosa es un determinado artefacto. Puede sonar extraño, pero hay muchos objetos en este mundo que pueden dejarlo a uno sin la menor idea de qué son, si no los ha visto antes. Este bolígrafo es un objeto que comenzó como un “¿Qué es esto?”, un objeto no identificado de uso desconocido. Esta es la historia de cómo dicho objeto recobró su nombre y significado.

Como Registrador, uno comienza mirando al objeto para encontrarle su uso y posiblemente su contexto. En este caso, se trataba de una donación de un radio-aficionado, quien sugirió que podría ser una herramienta del kit de reparación de equipos de transmisión radial, o algo así. Nuestra suposición más cercana era que se trataba de un probador de circuitos (un “tester”). Pero esta explicación no nos satisfizo; estaba demasiado lejos de lo que conocíamos como probadores de circuitos que ya teníamos en nuestra colección.

En caso de dudas, es mejor preguntar, así que enviamos una consulta a la lista de correos de los afiliados al Comité de Registradores de la American Alliance of Museums (Alianza Americana de Museos) con la siguiente imagen y descripción:

disassembled pen

“Mientras nos encontrábamos en el proceso de recibir una donación de un radio-aficionado, nos encontramos con este elemento realmente extraño.

Tiene cerca de 6,7 pulgadas de largo, el diámetro es de 0,44 pulgadas. Tiene un clip a un lado como los que se usan para asir al bolsillo de la camisa. Su perilla plástica roja puede rotar hacia el extremo posterior en ángulo de 90° hasta hacer clic. El perno metálico puede hacer girar la pieza roja, para poder insertar dos baterías AA en su eje.

Dentro de la pieza de plástico rojo transparente de la parte anterior se puede ver que el perno metálico está soldado a otra pieza dentro del bolígrafo, e igualmente lo está con una pequeña lámpara (no estaría segura, pero parece ser un bombillo luminoso, no del tipo LED) dentro.”

Todos sabemos que las redes sociales funcionan. La mejor conjetura que teníamos era la de ser un probador de continuidad eléctrica, pero un colega nos refirió a una tienda de electrónica en Berkeley / California / EE.UU. diciendo: “Esta gente sería capaz de responder a cualquier cosa con respecto a los dispositivos electrónicos”.

La respuesta la obtuvimos a las pocas horas, acertada y clara, en pocas palabras:

“Hola.

Creo que es un Buzz-it, un inyector de señal.

                                                           Bob Lasher”

http://www.antiqueradios.com/forums/viewtopic.php?t=812

Ahora sabemos que es un tipo de pequeño oscilador para analizar cuál parte de un radio no está trabajando. Además, teníamos fotos de un dispositivo similar que incluía un pequeño manual.

Pienso que este es un gran ejemplo de cómo el trabajo con colecciones nunca es aburrido. Implica gran cantidad de investigación y, a veces, incluso la colaboración internacional.

Angela

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5 sugerencias para tratar con Registradores

¿Por qué los Curadores y Administradores de colecciones frecuentemente hablan de intereses opuestos en lugar de complementarse como un perfecto equipo?[2]

Ya se han ido los días en los que los gerentes o custodios de los depósitos de colecciones de los museos eran unos tipos rudos y fuertes. Hoy día, la gerencia y custodia de las colecciones es un campo con especialistas bien entrenados en la manipulación de objetos de arte y de otros tipos: son llamados Registradores o Administradores de colecciones. Ellos son responsables del almacenamiento seguro y de la movilización de los objetos de esas colecciones, así como de toda la documentación referida a los mismos.

Los roles del Curador-Coordinador de exposiciones, del Diseñador de exposiciones y del Registrador-Administrador de colecciones son muy diferentes.

Quien hace la curaduría o diseña la exposición tiene que

  • ser creativo
  • sorprender al visitante con algo nuevo
  • tener no solo un plan B, sino también un plan C, D y E para todo lo que salga mal
  • presentar los objetos del museo en su mejor ángulo.

Quien tiene la custodia, registro, administración y control de las colecciones tiene que

  • pensar a largo plazo
  • usar solamente materiales y equipos que hayan sido chequeados una y otra vez bajo los estándares y normas establecidas
  • documentar todo lo que suceda a cada ítem de su colección, cosa realmente importante
  • planificar cada detalle de modo que nada salga mal
  • distribuir su atención entre las áreas de almacenamiento y la movilización de los objetos en el museo.

© Claudia Wagner, “No más préstamos”. Registrador de la Pandilla de los Guantes Blancos

Esta es la razón por la que frecuentemente hay tantos malentendidos entre esas dos personas o sus equipos durante el desarrollo y montaje de una exposición. No hace falta decir que la mayoría de estos malentendidos puede evitarse si ambas partes saben lo que el otro piensa y cuáles son sus requerimientos. Más aun, si ambos entienden completamente las responsabilidades del otro, el Curador-Coordinador de exposiciones y el Registrador pueden formar un equipo de trabajo muy efectivo. Desde el punto de vista del Registrador-Administrador de colecciones, que es quien trabaja en el “lado opuesto” al Curador-Coordinador de exposiciones, hay cinco puntos cruciales que el Diseñador de exposiciones debería saber, a efectos de su efectiva colaboración con el Registrador:

Un ojo en el futuro

Los Registradores piensan a futuro. Si los visitantes disfrutarán o no viendo un determinado objeto en una exposición, eso no es parte de sus preocupaciones –al menos no en una primera instancia. Para los Registradores, es más importante que el objeto llegue y permanezca en su sitio de exposición sin daño alguno, expuesto en forma segura y sin riesgos, y que finalmente regrese a su sitio en el depósito sano y salvo.

Esto puede parecer simple. Un buen Registrador-Administrador de colecciones solo dará su aprobación y entregará el objeto si constata que cada paso en este sentido garantice su seguridad. Para el Coordinador de exposiciones, esto significa que deberá proveer tanta información detallada como sea posible acerca de la planificación de la exposición. Y el hecho de que éste y el Curador-Coordinador de exposiciones aporten respuestas a cuestiones como temperatura, humedad relativa, iluminación, exposición a la luz solar, almacenamiento temporal y seguridad de las instalaciones, incrementará la posibilidad de obtener la salida o entrega del objeto solicitado.

El plan para el proceso de planificación de la exposición debe ser entregado al Registrador-Administrador de colecciones, y debe incluir todos los detalles acerca de cómo el o los objetos serán expuestos. Si existiere algún desacuerdo o problema con la propuesta, es mejor discutirlo lo más inmediatamente posible; esto es preferible a tener que parar el traslado y colocación del objeto en las salas de exposición justo antes de la inauguración. O, puede ser mucho peor, que eso haga que la cesión del objeto –en el caso de que haya sido solicitado en préstamo por otra institución- sea rescindida por la institución prestadora, y que los visitantes a la exposición tengan que mirar un estante vacío.

No confunda el depósito del museo con una tienda on-line

Existe la tendencia a tener y presentar las colecciones del museo en una base da datos on-line. Esto es muy bueno, porque incrementa el conocimiento del público sobre ellas y sobre el trabajo que se realiza tras bastidores. Pero por otro lado, eso puede generar falsas expectativas. Nadie puede ceder en préstamo o exponer todo lo que está mostrando en su base de datos on-line, ni siempre puede mostrar la totalidad de las colecciones.

Cuando se planifica una exposición consultando dicha base de datos on-line, uno se siente tentado a “llenar el carrito de compras”. Adicionalmente, uno se inclina a ceder en préstamo más ítems de los que realmente necesita para la exposición. Cuando uno se acostumbra a “comprar on-line”, se tiende a pensar “lo devolveré si no lo voy a usar”. Ese no debe ser el caso de las colecciones de los museos.

© Claudia Wagner  “3, 2, 1… ¡míos!” 

A pesar de las novedosas maneras de presentar las colecciones del museo, el trabajo clásico o tradicional con las colecciones no ha cambiado. Cada objeto tiene que ser sacado de su almacenamiento y examinado para determinar si puede salir en préstamo o no hacia otra institución. El Registrador no solo realiza el chequeo sobre la condición del objeto sino que se asegura de que no esté ya comprometido para otro proyecto, o si la institución solicitante del préstamo conoce los requerimientos específicos, y si la información en la base de datos es la correcta y está actualizada. Cada objeto requiere exactamente el mismo cuidado, no importa si es finalmente expuesto o no.

El Curador-Coordinador de exposiciones puede beneficiarse del profundo conocimiento que posee el Registrador-Administrador de colecciones, al momento en que solicite información sobre algún ítem en particular. Suele suceder con frecuencia que aun no se encuentre en la base de datos on-line algún objeto interesante de reciente adquisición. El Registrador-Administrador de colecciones está en capacidad de reconocer de inmediato que tal objeto nuevo puede insertarse en el contexto de la exposición, pudiendo dar una sugerencia al respecto.

Un asunto de tiempo

A nadie le sobra tiempo, y menos al Coordinador de exposiciones. Y si hay una cosa que el Registrador debe evitar es la pérdida de tiempo. Un préstamo requerido con suficiente antelación no siempre tiene garantía de que se va a concretar. Si el tiempo requerido para chequear el objeto solicitado es demasiado corto, es muy probable que el Registrador objete tal préstamo. Mientras más temprano se realice la solicitud de préstamo, hay más posibilidades de que el objeto se encuentre disponible y no esté comprometido para otro proyecto expositivo. Así se tendrá más tiempo para la necesaria limpieza y para las medidas de conservación preventivas. Y se pueden planificar sin prisas tanto el transporte como los puntos cruciales del proceso, para lograr las mejores soluciones.

Pero, ¿hay un lapso ideal para estas cosas? Eso depende de muchos factores. Como se mencionó antes, todo involucra a la institución que solicita el préstamo del objeto, la cual debería contar con suficiente tiempo para pensar en una alternativa en el caso de que tal préstamo sea rechazado.

La mejor respuesta a la interrogante sobre el tiempo con el que se cuenta es la de tener un funcionario del equipo de Registro o de Desarrollo de exposiciones, que sea responsable por todos los préstamos involucrados, y que tenga la suficiente experiencia, contactos e intuición para hacer las observaciones precisas y de la mejor manera, en el momento correcto.

De A a B, y de regreso a A

Los asuntos de seguridad y transporte son parte del día a día del Registrador, quien echa a andar todo solamente si está convencido de que se está ejecutando correctamente. Hay una simple manera de garantizar esto: la comunicación, el hablar claro y frecuentemente entre todos los involucrados.

Una vez que se tenga claro cuáles objetos saldrán en préstamo, entonces uno puede ocuparse del transporte, cuando se trate de préstamos a otras instituciones. Surgen las necesarias interrogantes: ¿Es necesario un transportista especializado en arte con un camión climatizado? ¿Una van es suficiente? ¿Hay suficiente espacio en la cava si todos van fijados o amarrados adecuadamente? ¿Son necesarias cajas de embalaje climatizadas; deben ser elaboradas unas nuevas? ¿Se exigirá que los materiales de embalaje nos sean retornados por la institución que solicita el préstamo una vez finalizada la exposición? Mil asuntos deben ser considerados, planificados y estipulados, de modo que todo esté a punto cuando haya que montar la exposición.

Un buen Registrador-Administrador de colecciones hablará con el Curador-Coordinador de exposiciones sobre todos los asuntos involucrados, y hará los cuestionamientos adecuados. Temas comunes son, por ejemplo, el limitado espacio de carga en los edificios de museos antiguos, o elevadores no suficientemente amplios para los objetos a movilizar. Pero incluso hasta el mejor Registrador no siempre tiene en cuenta todos los detalles. Mientras mejor sea la comunicación previa a la disposición, manipulación y traslado de los objetos, menos probables serán las sorpresas e imprevistos cuando el proyecto de la exposición arribe a una fase crucial.

Los puntos sobre las íes

Los Registradores son famosos por ser precisos con la documentación involucrada. “Poner cada punto sobre las íes y la cruz en las tes” es un buen eslogan para los Registradores-Administradores de colecciones en el mundo entero. Verdaderamente, los Registradores pueden resultar tediosos cuando se trata de reglas y procedimientos, políticas y formalidades. Cuando dudan, ellos tienden a revisar y mejorar la documentación, sin dejar que se escape algún detalle. Esto a veces suele volver locos a los Coordinadores de exposición, quienes tienen que estar al tanto de un gran número de asuntos diferentes a la vez, aunque no gustan mucho de los papeleos o documentaciones.

© Claudia Wagner “El punto sobre cada i y la cruz en cada t”.

Por ejemplo, cada objeto que sale en préstamo hacia otra institución, lo hace con un reporte de condición física que menciona cada característica, rasguño y rotura que tenga. Una copia de este reporte va con el objeto, y se requiere que sea observada y actualizada cuando dicho objeto se encuentre en exposición y también cuando regrese. Este reporte debe ser chequeado y documentado (preferiblemente por el Registrador) antes de que el objeto sea cedido, antes de ser colocado en el camión que le transportará hasta la institución que solicita el préstamo, y durante la exposición. El llenado de este reporte toma tiempo y requiere ser realizado también en las fases críticas del proceso: antes de la inauguración y luego de su clausura, que es cuando el tiempo es realmente corto.

Cuando una exposición incluye la muestra de otros objetos cedidos en préstamo por diferentes instituciones, incluso foráneas, el papeleo deviene en elemento abrumador. Se llega a tener la tentación de ser poco riguroso con eso, para dar más atención a otros asuntos. Esa es la razón por la cual los Curador-Coordinador de exposiciones algunas veces tienden a irritarse cuando son consultados por enésima vez sobre algún detalle. Pero esto suele cambiar cuando los de la empresa de seguros, o las autoridades aduaneras, comienzan a hacer preguntas detalladas e indiscretas. Y es allí cuando los Coordinadores de exposiciones agradecen que alguien en el equipo haya trabajado cuidadosamente todos esos detalles, y colocado cada punto sobre cada i, y cada cruz en cada t.

Conclusión: un equipo perfecto

Los requisitos de trabajo y área del Curador-Coordinador de exposiciones y del Registrador-Administrador de colecciones son muy diferentes, y en muchos casos también lo son sus personalidades. Esa es la razón por la que pueden complementarse uno a otro perfectamente, en un equipo interdisciplinar. Mucho se puede haber dicho y escrito acerca de lo que hacen un Curador-Coordinador de exposiciones, un Diseñador de exposiciones y un Coordinador de exposiciones. Lo que hace un Registrador-Administrador de colecciones es algo menos común.

Esto tiene su lógica, porque es parte del trabajo del Registrador el mantener un bajo perfil. Pero las fortalezas frecuentemente escondidas de un Registrador-Administrador de colecciones no tienen precio cuando se trata de hacer una buena exposición. El Registrador actúa con precisión cuando se trata de las formalidades y detalles, al planificar los procesos. Esto se combina a menudo con su valiosa experiencia en el trato con las autoridades fiscales y aduaneras, transportistas de arte y colegas de otros museos, y con su conocimiento profundo acerca de las diferencias regionales e institucionales.

En la mayoría de los casos, administrar la colección significa trabajar con limitados presupuestos, pero siempre se trata aprovecharlo de la mejor manera posible. Por eso es que los Registradores-Administradores de colecciones frecuentemente tienen buenas referencias para conseguir ciertos materiales, herramientas o servicios a un precio razonable, así como sobre el modo de resolver problemas “en casa” y con medios propios.

Estar bien conectado con colegas de su campo profesional es algo inevitable en el trabajo del Registrador, y un Curador-Coordinador de exposiciones puede beneficiarse de tales conexiones. Una recomendación entre colegas puede ser más provechosa que una carta del presidente de una institución; y viceversa, para los casos de mal uso de tales conexiones.

Adicionalmente, los Registradores-Administradores de colecciones no solo cuentan con una bien mantenida base de datos de las colecciones, sino en muchos casos tienen una memoria de elefante. Esto es muy útil para cuando se planifica una exposición: se pueden obtener sugerencias sobre objetos de las colecciones de otros museos, de exposiciones pasadas ya olvidadas, o casos concretos, imágenes y objetos que nunca podrían encontrarse en ninguna base de datos o en internet.

En resumen

Quienes han tratado con Registradores-Administradores de colecciones pueden a veces sentirse atrapados en el estereotipo del funcionario rígido. Pero entender cómo ellos trabajan y cuáles requerimientos e ideas guían sus acciones será la clave de una gran colaboración y de un buen trabajo en equipo. A todo aquel que desee o requiera montar un gran proyecto de exposición le irá bien teniendo a un profesional como este en sus propias filas.

Este post también se encuentra disponible en italiano, traducido por Davide Bordenca

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