Medios digitales, Didáctica universitaria y Antropofagia cultural: Reflexiones de una profesora latina en el exilio

Río de Janeiro, 2013.

“Si no conoces la respuesta, discute la pregunta” (Clifford Geertz).

Un “nativo” es, en el lenguaje antropológico, un ser local, aquel que pertenece a la tierra y que es el primer habitante de un lugar, mientras que el “inmigrante” es un extraño o extranjero, aquel que vino de afuera para tomar un lugar como nativo o para ocupar su territorio. Es como un filme hollywoodense de comanches y vaqueros ¡en el cual el indio es encarnado por Elvis Presley y su madre indígena está encarnada por Dolores del Río!

Es interesante notar que el lenguaje de la cibercultura o del ciberespacio emplea, por lo tanto, las nociones reificadas por la cultura occidental sobre el colonialismo y el imperialismo: en este nuevo contexto ciber, “nativo” es aquel que ya nació en el interior de un orden digital y que por consiguiente razona de acuerdo con tal lógica, mientras que un “inmigrante” es aquel que se está desplazando desde la cultura libresca medieval-renacentista hacia una cibercultura y que, por tal motivo, aun mantiene un pie allá y otro acá.

¿Cómo queda tal cultura del ciberespacio si pensamos en el gran número de analfabetos gramaticales y digitales de América Latina? Néstor García Canclini, en libros como Diferentes, Desiguales y Desconectados, Editorial UFRJ, 2005, explora las contradicciones de poblaciones indígenas suramericanas ¡que utilizan internet sin siquiera haber sido alfabetizados! En cuanto antropóloga y educadora, esta parece ser una cuestión pertinente para ser discutida aquí: ¿Cómo entrar en la era digital, de carácter internacional o global, sin perder las referencias regionales de la cultura brasileña, inspirándome aquí en una postura como la “antropofagia cultural” de Oswald de Andrade?

Con la intención de estimular a mis alumnos a desarrollar un sentido crítico, vengo desarrollando un producto de creación visual en Arte-Educación, en el cual abordo la relevancia de devorar críticamente la cibercultura y devolverla re-transformada, de acuerdo con un lenguaje local “nativo”. Me parece que esta cuestión principal y pertinente no es enfocada cuando se habla de cibercultura: ¿será que todos los estatutos culturales ahí representados, aparentemente de forma “democrática”, adquieren la misma preponderancia socio-económica al ser tragados? ¿Cómo, entonces, insertar un contexto de “devoración crítica” junto con los alumnos, o sea, cómo despertar en ellos un sentido estético (en el sentido platónico) de las ideas? ¿Cómo hacerlos separar la paja del trigo en medio de la barahúnda y el caos de los medios digitales, la cual es inevitablemente permeada por la lógica capitalista, imperialista y colonialista del primer mundo europeo y norteamericano?

Son cuestiones filosóficas y humanistas de primer orden, compañeros: ¿será que lo que piensa el “nativo digital” típico es relevante, pertinente, política y éticamente correcto y puede contribuir para cambiar el mundo para mejor? O, más importante aun, ¿cuál es la real contribución didáctica que el saber erudito del profesor puede hacer en relación con la mayoritaria sub-información vehiculada por los medios digitales hoy día?

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Profesora-Doctora Dinah Papi Guimaraens, Programa de Postgrado en Arquitectura y Urbanismo, Universidad Federal Fluminense y Directora Fundadora asociada del Museo de Arte y Orígenes, NYC (Doctora por el Programa de Postgrado em Antropología Social –Museo Nacional- UFRJ y la New York University- Museum Studies Program / Becaria Fulbright, Post-Doctora, Departamento de Antropología, Universidad de New Mexico, EEUU).

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