Category Archives: Historias

Reciclaje Creativo de Cajas

Hay quien dice que la gente de los museos es una cazadora-recolectora natural. Si bien esto puede ser cierto, también lo es que los museos siempre carecen de espacio de almacenamiento. Esto es algo especialmente difícil para el Gestor de Colecciones: mientras que su lado ahorrador quiere guardar todo, por si lo necesitara algún día en el futuro; su parte logística le dice que no puede guardar todo, porque pronto se quedaría sin espacio.

Un problema común son las cajas especialmente construidas. Están hechas para un propósito especial, como, por ejemplo, dejar que un determinado objeto o conjunto de objetos viajen a un lugar lejano, y obstruyen el espacio cuando acaba su misión. Son demasiado voluminosas o no aptas para el almacenamiento a largo plazo y no importa cuánto te esfuerces, parece que nunca hay una solicitud de viaje para un objeto de exactamente esas dimensiones…

Hay muchas cosas que se pueden hacer con las cajas usadas. Ofrecerlas a otros museos es una muy buena, por ejemplo. Y aquí hay otra que es muy cómoda: un banco hecho de una caja especialmente construida para un par de maquetas de barcos.

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Traducción al español desde el inglés: Laura García Oliva

Desde el estante – Tapalo

lotus_closedDigamos que compras un aparato que viene en una caja. Este envase protector podría tener en él fotografías en color de lo que hay dentro, instrucciones de instalación y uso, y un código de barras mediante el cual el fabricante, expedidor y almacén pueden mantener un seguimiento de su precio e inventario. Una vez acabada la utilidad de esta caja, la doblamos y se envía a reciclar.

Piensa cincuenta años hacia el futuro, por ejemplo,. Cuando prestamos dicho aparato que vino en esa caja a otro museo. ¿Qué hace el museo? Lo pone en otra caja. Esta caja sirve para fines muy similares a la original, e incluso a veces tiene el unicuo código de barras. Sin embargo, existen diferencias importantes entre el embalaje original y el nuevo. lotus_adviceLa caja Antigua podría haber servido como protección física a corto plazo para evitar daños al aparato durante su transporte y almacenamiento, pero casi seguro que estaba hecha de materiales que, a largo plazo, hubiese perjudicado el pobre aparato. Papel y cartó ácido, espuma que emite gasses nocivos, quizá plásticos que deterioran y forman películas adhesivas que pueden dañar su acabado. Adhesivos que se descomponen y migran de cintas y costuras a los contenidos.

lotus_open1La nueva caja es fabricada con cartón especial libre de ácido y protége contra la migración del mismo. Esta hecha sin adhesivos. Bandejas o soportes internos pueden estar hechos con espumas inertes, algodón sin teñir ni procesar, telas de poliéster o fibras o papel tisú arrugado y libre de ácido. La caja tiene una etiqueta con el número de inventario y la descripción del aparato. A veces incluso tiene una fotografía del aparato y asi evitamos abrir la caja para ver su contenido. Si es necesario, inclusion tiene instrucciones para abrir de la caja y manejar el aparato de forma segura.

lotus_open2Muchos objetos en la collection de un museo pueden almacenarse simplemente en estanterías o cajones y muchos otros se almacenan en cajas libres de ácido, disponibles comercialmente, con el relleno o apoyo básico. Algunos objetos, sin embargo, son demasiado frágiles, o tienen una forma irregular, para caber en un embalaje prefabricado. En estos casos entra en juego la fabricació de una caja. Para ello utilizo herramientas simples, un cuchillo, una plancha de corte y una pistola de pegamento. Mi arsenal de materiales incluye cartón y cartulina libre de ácidos, espuma en planchas, bloques y varillas, cinta de doble cara, cinta muselina y algodón, así como tejido libre de ácidos.

El diseño de una caja se determina midiendo el objeto para asi averiguar la mejor manera de posicinamiento, teniendo en cuenta el espacio necesario para incluir relleno y soportes, y conseguir la forma de poder abrir y cerrar la caja con la menor cantidad de manipulación. A veces el objeto se situa en un colchón con relleno de fibra de poliéster, a veces está sujeto a los soportes, a veces se bloquea con bloques de espuma desmontables, con números e instrucciones. ¿Cómo se puede averiguar qué usar? Experiencia, y para mí, la capacidad de imaginarme a mí mismo como objeto, capaz de detectar cualquier tensión o punto débil que necesita ser atendido.

lotus_open3La caja mostrada aquí es del tipo conocido como una “caja de loto”. Tiene cuatro lados desplegables, que permiten que la pequeña copa y platillo puedan verse sin abrir la caja. La tapa mantiene los laterals de la caja juntos cuando la caja está cerrada. Actualmente estoy diseñando un tipo de caja similar para un artefacto perteneciente al Museo Levine. Tendrá una bandeja y sólo un lado desplegable, con bloques de espuma internos que permitiran que dos objetos viajen con seguridad, uno dentro del otro. También me han pedido que participle en un taller de fabricación de cajas este verano para el Consorcio de Preservación de Carolina del Norte (North Carolina Presevation Consortium).
Los embalajes me han fascinado desde que era un niña. Siempre he guardado cajas, latas y botellas. Mientras estaba sentaba en clase de geometría, diseñaba pequeñas cajas plegables en mi papel cuadriculado. Pasando a diseñar embalajes para objetos en la collection de un museo fue una progresión muy natural, y esto sigue siendo mi parte favorita del trabajo como Encargada de Collecciones.

Traducción al español desde el inglés: Maria C. O’Malley

En la mente de un registrador

A menudo oigo decir que la gente envidia a las personas que trabajan con colecciones porque tienen trabajos interesantes. Estar rodeados de arte todos los días, tener permiso para tocar los originales, ¿no es maravilloso? Sin duda, lo es. Pero también tiene sus inconvenientes. Y no me refiero a las bajas retribuciones, a que haya demasiados profesionales para demasiado pocos trabajos, o a asumir responsabilidades que realmente nadie puede asumir (¿preservar cosas de modo que sigan estando accesibles dentro de más de 100 años? ¡Encuentra a alguien que acepte esta apuesta!). Me refiero a lo que ocurre en tu cerebro cuando vas a una exposición de arte. ¿Cómo de malo puede ser? Pues bien, hice una instantánea de mi mente cuando fui a la Midsummer Party [Fiesta de Mitad del Verano] en el Kiasma durante la Conferencia Europea de Registros de Helsinki. Tenían en marcha su 13ª exposición de la colección y me encontraba ante “Laajentuja” (“Extensor”) de Kimmo Schroderus, de 2004.

„Laajentuja“ („Expander“) by Kimmo Schroderus, 2004


„Laajentuja“ („Extensor“) de Kimmo Schroderus, 2004
[Helsinki, Kiasma Museum of Contemporary Art]


“Oh, mira esto, ¡es maravilloso! ¿Ves los extensores telescópicos? Esta cosa se adapta literalmente a cualquier sala. ¿Entienes? A cualquier sala. La puedes montar en un castillo, un pasillo, una gran sala de exposiciones, en cualquier sitio. Y además debería ser fácil de transportar. Me imagino que para la esfera central se necesita una caja especial, pero los extensores deberían poderse adaptar a una caja estándar. Bueno, solo si realmente son telescópicos. A lo mejor sólo lo parecen. Si son piezas independientes, ¿serán huecas, de modo que encajen una dentro de otra? Bueno no, supongo que esto es demasiado arriesgado, piensa en la abrasión. En este caso necesitamos varias cajas. ¿O se podrían usar palés? ¿Qué te parece, irían bien en palés?”

Y entonces mi lado derecho del cerebro saltó:

“¡Vamos, cállate, lado izquierdo, estoy intentando disfrutar del arte!”

Así es. Por eso no puedes disfrutar de verdad las exposiciones si eres administrador de colecciones.

Angela

Por cierto: varias semanas después encontré un “así se hizo” de Kiasma que respondió algunas de mis preguntas: https://www.youtube.com/watch?v=3Xs50NJw9A4

Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal

Pájaros en las colecciones

One single bird can keep a registrar occupied for quite a while.(c) Hans Bleh http://www.highspeedfotografie.de/

Un solo pájaro puede tener ocupado a un registrador durante un buen rato.
(c) Hans Bleh http://www.highspeedfotografie.de/

Últimamente hemos hablado sobre #registrardreams [#sueñosderegistradores], y tengo uno especial: desearía que, por una vez, cuando aparezca mi director me encuentre bien arreglada, con la ropa de trabajo limpia, la mesa ordenada e informándole de que “no hay incidentes importantes”. Por desgracia, esto no ha ocurrido nunca en los últimos 10 años. Siempre que me lo encuentro hay alguna razón para que yo vaya toda sucia, manchada de polvo y/o aceite de máquinas y algunos compañeros juran que una vez hasta le dije que se diera prisa porque tenía trabajo que hacer. Sea como sea, realmente me alegro de que no apareciera el otro día cuando yo estaba corriendo arriba y abajo por el almacén, enarbolando una escoba y gritando, intentando hacer salir a un pájaro del recinto. No solo me comporté como una idiota, también parecía una obra de arte contemporáneo hecha con telas de araña, porque el pájaro volaba hacia los rincones más recónditos que no han visto una escoba en siglos. Ahí plantada, mirando al pájaro que sistemáticamente ignoraba la puerta abierta de par en par, me pregunté si era la única responsable de colecciones del mundo a la que le estaba haciendo burla un pájaro, y si podría hacerlo mejor.

Obviamente, si te preguntas a ti mismo las respuestas son limitadas, así que pregunté a los colegas de la “RCAAM listserv” [lista de distribución del Registrars Committee of the American Alliance of Museums]. Recibí un montón de consejos esclarecedores es y algunas historias geniales sobre pájaros en colecciones. Así que ahora puedo facilitaros una guía sobre cómo manejar pájaros en colecciones, paso a paso (claro está, si no están muertos y naturalizados):

  1. Cierra todas las puertas interiores que den al espacio donde está el pájaro.
  2. Abre todas las puertas y ventanas que den al exterior.
  3. Apaga las luces de la estancia, de modo que las vías de salida estén iluminadas para el pájaro.
  4. Da palmadas, agita escobas, grita, compórtate como un idiota, haz de todo para ahuyentar al pájaro hacia las salidas. Cuanto más alta sea la ventana/puerta, más probable será que el pájaro salga por ella.
  5. Cuando el pájaro se haya ido, cierra todas las puertas y ventanas.
  6. Busca agujeros por los que el pájaro haya podido entrar y séllalos (tal como dijo Elizabeth Alberdingput: “A menos que puedas sellar tu edificio, estás cerca de convertirte en ‘la mujer que susurraba a los pájaros’ de tu museo”).

Kara Vetter apuntó que hay dispositivos sonoros ahuyentadores que se pueden instalar cerca de las puertas, si es por ellas por las que entran.

Anne T. Lane aportó una historia realmente propia de MacGyver:

It's a good idea to inform the colleagues with a sign.

Si cerraste la puerta de una sala porque hay un pájaro dentro siempre es buena idea informar a tus compañeros.

“Tuvimos este problema en un edificio muy abierto en el que trabajé, donde no había modo de aislar las distintas plantas. No llegaron a entrar en el almacén de colecciones, pero sí pudieron hacerlo en grietas alrededor de las ventanas en la parte alta del nivel de entreplanta, y ahí se debilitaban y morían. Una vez atrapamos a uno fabricando una especie de salabre con un aro de alambre, el mango de una escoba y una lámina ligera de plástico. Ah, y cinta adhesiva azul. Mi compañero del registro se subió a una escalera alta en una de las rotondas y lo agitó vigorosamente hacia el pájaro –yo estaba horrorizada de pensar que pudiera tirarse a sí mismo de la escalera con uno de esos movimientos y caer en el suelo de baldosas–. Pero vaya si cogió al pobre animal. Lo llevé fuera, lo solté y se fue volando.”

No un pájaro, sino un murciélago, estuvo burlándose de Janice Klein cuando fue directora de un pequeño museo:

“El museo era un espacio totalmente abierto y (aparte de los aseos) my oficina era el único espacio con una puerta, de modo que cuando un pequeño murciélago marrón apareció a última hora de una tarde cuando los demás ya se habían marchado a casa, fue en ese espacio donde tuve que perseguirlo. Una vez que le tuve en la sala, entró en pánico y comenzó a hacer ruidos de eco localización (y sinceramente, yo también emití algunos grititos, ya que no sabía nada sobre murciélagos).Conseguí atraparlo bajo la parte superior de una caja, pero no sabía qué paso dar después. Fuera hacía un frío helador, lo que fue probablemente la razón para que encontrara un modo de entrar en el agradable edificio calentito, así que no quería echarlo sin más. Llamé a uno de los miembros del consejo (siempre viene bien que un miembro del consejo sea un amante de la naturaleza dispuesto a acoger criaturas salvajes en su sótano) y mientras esperábamos, finalmente me di cuenta de por qué se había disparado uno de los volumétricos la noche anterior.”

Y Suzanne Quigley aportó consejos prácticos sobre qué hacer si tienes problemas con los pájaros carpinteros:

Of course, there are birds in collections that are not an issue.

Por supuesto, en las colecciones hay pájaros que no suponen un problema.

“Yo también estoy en una zona rural (un reciente cambio de estilo de vida). Después de haber vivido siempre en grandes ciudades, he tenido que aprender mucho. Pero entre lo relevante para este hilo he aprendido algo acerca de los pájaros carpinteros. Esto se ha convertido en algo importante, porque vivo en una casa revestida de madera. Una vez que averiguamos qué era ese ruido horrible que oíamos, y que vimos lo que esos pequeños demonios estaban haciéndole al lateral de la casa, fue la guerra. Ganamos la batalla de un modo bastante raro pero divertido. Nadie lo advierte (porque no están pendientes de buscarlo), pero repartidas alrededor del exterior, en puntos más o menos discretos, hemos clavado (con tachuelas claras) aproximadamente una docena de cintas de Mylar® plateadas, brillantes (del tipo de las que se usan para envolver regalos), rizadas con el borde de unas tijeras, de unas 10 pulgadas [aprox. 24,4 cm] de longitud. Esto lo hicimos hace tres años ¡y no ha habido más pájaros carpinteros!”

El caso es que aprendí mucho más de lo que esperaba. Doy las gracias a Kara Vetter, Anne Lane, Elizabeth Alberding, Julie Blood, Janice Klein y Suzanne Quigley por sus respuestas y a Maria O’Malley por convencerme de escribir una entrada sobre ello para Registrador Trek.

Ah, por cierto, finalmente conseguí sacar a ese pequeño amigo fuera de mi almacén, asegurando a mi compañero de guardia un buen descanso nocturno. Perseguir un pájaro es una cosa, pero que te llamen en mitad de la noche porque la alarma de intrusión se ha disparado es mucho, mucho peor.

Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal

Galería de fotos de la exposición “La Colección 2: El Hogar Eléctrico”

Por Bernd Kießling

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Galería de fotos de la exposición en 3D (para verla correctamente son necesarias gafas 3D rojo-cian)

El “Trilema” de un registrador – El resultado

Espero que todos hayáis disfrutado pensando en la situación que os planteé en la primera parte y que hayáis decidido qué habríais hecho.

¿Cuál fue el resultado?

Ante todo, recordaréis que en la primera parte dije que la vida real no funciona como un ejercicio. Así que yo no tenía toda la información tan bien organizada como cuando os la presenté a vosotros. Tuve que reunirla a medida que resolvía el problema –con un tiempo limitado y una tormenta de nieve acercándose–.
Como seguramente habréis adivinado, aunque la opción a) (sacar los camiones) era posible en teoría, la descarté bastante rápido. Era la que tenía más posibilidades de resultar en un daño a los camiones, bien durante su traslado o por problemas derivados de las condiciones meteorológicas/ambientales. ¡Imaginaos lo que supone mover camiones históricos a toda prisa y mientras comienza una tormenta de nieve! ¿Qué posibilidades hay de que todo el mundo mantenga la calma y actúe adecuadamente? ¿Qué probabilidades hay de que alguien se ponga nervioso, soltando algo cuando no debiera o no viendo dónde pisa? Proteger a los objetos del peligro es solo un aspecto a considerar. Evitar accidentes, y especialmente aquellos que pueden suponer que alguien salga herido, es otro, y para mí más importante.

Inicialmente me incliné por la opción c) (esperar hasta el lunes). Después comprobé la página web del Deutsche Wetterdienst (DWD, servicio meteorológico alemán), el radar de precipitación y los datos meteorológicos del aeropuerto más cercano (que es nuestra referencia para el tiempo atmosférico local porque está a solo 4 kilómetros).

En el momento teníamos una humedad relativa de aproximadamente el 55% en el exterior, y una temperatura de aproximadamente -3 °C. El pronóstico meteorológico para el lunes predecía un aumento de la temperatura hasta los 2-5 °C con una probabilidad de lluvia del 85%. El radar de precipitación decía que el frente de nieve se estaba aproximando, pero probablemente llegaría algunas horas después del aviso dado para las 10 a. m.

Por tanto, pensé que tendría un pequeño margen de tiempo para la opción b) (abrir la puerta, situar la plataforma elevadora en el exterior, trabajar en el interior), porque el lunes tendría exactamente el mismo problema, pero con peores condiciones meteorológicas que las de hoy. El pronóstico meteorológico a largo plazo no me dio muchas esperanzas de que las condiciones fueran a mejorar en la siguiente semana. De hecho, los -3 °C/55% HR parecían ser las mejores condiciones en el futuro próximo.

hxdiagrammPara reconfirmar mi intuición, saqué mi leal diagrama hx de Mollier. Me dijo que con estas condiciones no alcanzaría el punto de rocío en la nave (recordad: 11 °C/42% HR). El aire primero se mezclaría, generando un aumento de la temperatura y un descenso de la humedad relativa antes de que la temperatura comenzara a descender. Y con todos los objetos bien climatizados a 11 °C, el riesgo de condensación parecía bajo (al contrario de lo que ocurrió hace algunos años, cuando algún chico listo decidió abrir las puertas para dejar que el “estupendo y templado aire primaveral” (18 °C/80%) entrara en la nave (11 °C/50%)).
Si el frente de nieve llegaba pronto, aún podríamos interrumpir el trabajo y cerrar la puerta en aproximadamente 10 minutos. Así que me decidí por la opción b) pero, francamente, no me sentí cómoda con esta solución y habría estado agradecida a cualquiera que hubiera propuesto una opción d).
Tuvimos suerte. El detector se cambió en una hora y el frente de nieve nos alcanzó tarde, a las 2 p. m. Recuperamos la calefacción en la nave con mucho cuidado (lo cual no fue un problema porque el sistema de calefacción es muy débil) y todo fue bien.

¿Por qué tengo todos los datos? ¿Esto ocurrió hace poco tiempo?

Quizá algunos de vosotros os habréis preguntado por qué tengo presentes todos los datos exactos, a pesar de que me encontré en esta situación hace bastante tiempo. Lo juro, ¡no tuve que inventármelos! Solo tuve que mirarlos.

Generalmente, cuando se dan situaciones problemáticas puedes hablar con expertos de tu museo o de la materia en cuestión para encontrar las mejores soluciones. Puedes tomar la decisión tú mismo una vez que has confirmado con colegas para comprobar que no se te ha pasado algo importante. O puedes presentar la cuestión a los responsables de dirección y dejar que ellos tomen las decisiones. Sea cual sea tu enfoque, puedes decir que hiciste lo que hiciste a tu leal saber. Después, hay situaciones como esta en las que te encuentras abandonado a tu suerte. Tienes que decidir partiendo de los datos limitados que tienes, tu experiencia y tu instinto.

En estos casos es importante reconfirmar posteriormente. Sin duda, si algo va mal sabes que tu decisión fue equivocada y lo harás mejor en la siguiente ocasión. Pero si todo sale bien nunca estarás del todo seguro de si fue así porque tu decisión fue la correcta o simplemente porque tuviste muchísima suerte. Esto lleva, a lo peor, a hacer lo mismo la siguiente vez pero con mucha menos suerte.

Así que después del incidente escribí a muchos colegas haciéndoles la pregunta que os hice a vosotros: “¿Qué habrías decidido tú?” Fue muy interesante leer sus respuestas. En general aprobaron mi actuación. Algunos preguntaron si no había sido posible asumir el riesgo de tener solo un detector de incendios activo, ya que siendo infrarrojo seguro que reaccionaría si hubiera un fuego, incluso si este estuviera en la otra parte de la nave. No asumí ese riesgo por varias razones:

  1. Los dos detectores infrarrojos fueron instalados exactamente al mismo tiempo. Si la avería se debía a un problema de fabricación, quizá el segundo detector tampoco era totalmente fiable.
  2. En caso de incendio no estaba segura de cómo habría reaccionado la aseguradora ante el hecho de que uno de los dos detectores de incendios no hubiera estado activado.
  3. Mi principal preocupación era esta: ¿y si un pequeño fuego ardiera durante algún tiempo en la zona donde se encontraba el detector estropeado sin que el otro detector lo advirtiera? El fuego podría cobrar fuerza y cuando el otro detector finalmente entrara en acción habríamos perdido un tiempo precioso para que los bomberos pudieran reaccionar. La nave era de piedra, de modo que la estructura no era la preocupación más importante. Pero imaginad la cantidad de humo graso, probablemente tóxico, producido por la madera oleosa, los camiones y los trenes ardiendo, el aire contaminado y su efecto en todos los objetos de la nave. Y, al menos entre colegas de museos de tecnología, las imágenes de lo que quedó de la casa de máquinas circular del Museo del Transporte de Núremberg están aún presentes: http://en.wikipedia.org/wiki/Nuremberg_Transport_Museum#Damage_following_the_fire_of_17_October_2005

Algunos colegas tuvieron otras ideas, como formar una patrulla de vigilancia durante el fin de semana con voluntarios reclutados entre el personal y esperar y ver si el tiempo sería realmente tan malo el lunes, una idea que sin duda tendré en mente para situaciones futuras.

Cuando me dispuse a escribir esta historia solo tuve que buscar en mi archivo de correos electrónicos del año en que ocurrió el incidente usando la palabra clave “trilema”, y ahí pude releer todos los datos y algunos hechos más que ya había olvidado, junto con todas las sugerencias que recibí de colegas de registros y responsables de colecciones.

Conclusión

Mirando atrás, hubo mucho que aprender de este incidente:

  • Al planificar un almacén, tened en cuenta cómo se puede realizar el mantenimiento de los dispositivos de seguridad sin poner en riesgo los objetos.
  • Guardad todos los registros de incidentes pasados; nunca sabes cuándo los necesitarás.
  • La ley de Murphy continúa vigente.

Espero que hayáis disfrutado con esta escena del crimen de la vida real de un responsable de colecciones, y si alguna vez os apetece compartir una de vuestras historias estaremos encantados de publicarla en Registrar Trek.

Saludos,

Angela

Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal

El “Trilema” de un registrador. ¿Qué decidirías tú?

fire-truck-4912_640Cuando estás realizando estudios de museos o cursos sobre manipulación de bienes culturales y conservación preventiva aprendes mucho acerca de condiciones ideales de almacenamiento, mejora de condiciones ambientales, qué hacer, qué no hacer. Sin embargo, todos los supuestos que resuelves en clase son casos muy claros. Normalmente habrá una respuesta correcta a la pregunta “¿Qué harías tú?”.
Y después está la vida real en el museo. Que, al igual que la vida real en general, no consiste en casos muy claros. Siempre te encontrarás en situaciones en las que no deberás decidir cuál es la mejor solución a un problema, sino cuál es la menos mala. El concepto de buenas prácticas es genial, pero a veces lo único que puedes hacer es decidir entre el desastre y la catástrofe.
Esta es una historia real que contaré en dos partes. En la primera os plantearé una situación, os proporcionaré alguna información adicional y os dejaré con la pregunta “¿qué harías tú?”, para que podáis pensar sobre ello hasta que os cuente cómo terminó la historia.

El escenario

Eres el responsable de colecciones de un museo con una gran colección de objetos tecnológicos. Son las 7:30 a. m. de un viernes de diciembre y recibes una llamada del departamento de mantenimiento: un detector de incendios ha generado una falsa alarma por la noche y han acudido dos brigadas de bomberos. El detector fue reprogramado y generó otra falsa alarma esta mañana. Es necesario arreglarlo.
El almacén dispone de dos detectores similares de incendio por infrarrojos, cada uno de ellos para controlar una mitad del espacio de la nave. Para arreglarlo, el detector de incendios debe ser revisado y finalmente sustituido por un técnico de un servicio externo, y solo puede accederse a él usando una plataforma elevadora. El lugar donde debería colocarse la plataforma para poder acceder al detector de incendios está ocupado por dos grandes camiones históricos. Como alternativa, abriendo una puerta de acceso a la nave se puede situar la plataforma en el exterior y el técnico puede trabajar si se eleva el brazo hacia el interior. Esto causaría una bajada de la temperatura en el interior del almacén desde 11 °C hasta aproximadamente 0 °C en la zona adyacente a la puerta, manteniéndose algo por encima en zonas más interiores del espacio.

Condiciones ambientales del almacén

  • Los objetos almacenados en este espacio son camiones y material ferroviario.
  • La temperatura en la nave es de 15 grados Celsius y no debería caer por debajo de los 11 grados Celsius.
  • La humedad relativa es de aproximadamente un 42%.

Condiciones meteorológicas

La estación meteorológica local ofrece en el momento datos de -3 °C y un 55% de humedad relativa, y cielo nublado pero sin lluvia. El servicio meteorológico ha emitido aviso por fuertes nevadas, que comenzarán aproximadamente a las 10 a. m.
El pronóstico meteorológico para la siguiente semana: el lunes, la temperatura subirá a 5 °C con posibilidad de lluvia del 85%. El tiempo permanecerá templado y húmedo durante las siguientes una o dos semanas.

Mensajes telefónicos

Un técnico puede llegar a las 9:00 a. m. El trabajo a realizar con el detector de incendios llevará de 1 a 2 horas, dependiendo de si solo es necesario limpiarlo o si hace falta sustituirlo. Los trabajadores debían recibir aviso antes de las 10 a. m., o de lo contrario no podrían acudir hasta el lunes por la mañana.

7:59 a.m., Restaurador de Camiones y Coches

Se pueden mover los camiones pero será necesaria maquinaria pesada y apoyo del departamento de mantenimiento.

8:05 a.m., Jefe de Mantenimiento

Están disponibles la barra de remolque y el camión con los que se pueden mover los camiones históricos; hay personal disponible para ayudar al restaurador.

8:07 a.m., Restaurador de Camiones y Coches 

¿Dónde se desplazarán los camiones? El único lugar posible es una explanada que hay ante el almacén. ¿Cuánto tiempo llevará moverlos? Si se comienza a trabajar inmediatamente, habrán podido terminar hacia las 9:30 a. m.

Ahora, depende de vosotros

¿Tenéis toda la información que necesitáis para tomar una decisión? ¿Cómo abordaríais la decisión?
a) ¿Sacar los dos camiones de la nave para que el técnico pueda trabajar dentro?
b) ¿Abrir una puerta para que la plataforma elevadora pueda situarse en el exterior y se pueda trabajar en el interior?
c) ¿Esperar hasta el lunes, o hasta más tarde, dejando el 50% de la nave sin servicio de alerta de incendios, hasta que la temperatura suba y el tiempo sea seco?
Ahora, queridos lectores:
¿Cómo y qué decidiríais hacer?

Traducción al español desde el inglés: Lucía Villarreal

Un Falso Real: Tras la pista de un falsificador de arte Parte 10

picture: LSU University Art Museum

El falsificador, Mark Augustus Landis
Otros alias conocidos:
2009 – Steven Gardiner
2010 – Father Arthur Scott
2011 – Father James Brantley
2012 – Mark Lanois
2013 – Martin Lynley

Este viernes tengo la oportunidad de continuar instruyendo al público en general sobre Landis: esta vez… quizá a futuros registradores, a un grupo de estudiantes.

Estaré en el Taft Museum aquí en Cincinnati a la una de la tarde, EST no sólo hablando de pintura y cosas por el estilo como haría un comisario, sino también de mi experiencia como registrador que me llevará a mis descubrimientos sobre Landis. Digo esto para que, sigáis siendo registradores o elijáis otro campo, no dejéis de lado esas experiencias que habéis tenido para ayudar a que aquellos que están dentro, y también fuera, de ese campo aprendan de ellas. Todos los que elegimos el campo del registro, no importa el país o el estado, tenemos la responsabilidad de ser los únicos que están al cuidado de los objetos, de los efectos personales, y de los queridos tesoros adquiridos a lo largo de los años aunque nosotros o los registros no contemos… SOMOS el latido de toda institución.

Recordad, pandilla, que sois el latido. No os subestiméis ni tampoco a los demás. Sois quienes sois y vuestros talentos y cualidades os llevarán a lugares que nunca imaginasteis. Mantened el paso, la resistencia, y la debida diligencia que hace grande a un gran registrador. La vida abrirá puertas y por supuesto las cerrará, pero manteniéndoos auténticos y disponiendo de una estupenda red como esta seguiréis siendo fuertes. Apartarse de estas cosas os cerrará puertas.

Eso es todo por ahora. Os recuerdo que contactéis conmigo si hacéis cualquier descubrimiento referente a los nombre de la lista de abajo o si tenéis cualquier sospecha sobre alguna adquisición. Mi información de contacto en Registrar Trek es completa y exacta. Espero con impaciencia cualquier respuesta o pregunta concerniente a mí mismo o al caso de Landis, y hasta que llegue el “formidable” momento… seguid fuertes y sabed que formáis parte de un grupo único de personas y que le estoy agradecido a Angela Kipp y a la gente de Registrar Trek.

¡Hasta pronto!
Matt

El falsificador: Mark Augustus Landis
Alias:
Steven Gardiner
Father Arthur Scott
Father James Brantley
Marc Lanois
Martin Lynley

Traducción al español desde el inglés: Salvador Martinez

Leer más:

Soluciones desde la manga del Registrador: un gato con botas

Todos ustedes saben que en un museo perfecto todo está en el lugar correcto, en el momento correcto. Infortunadamente, este no es un mundo perfecto, por lo tanto: no hay museo perfecto. Así, parte del trabajo del registrador se basa en improvisar. Encontrar soluciones para los errores, alternativas y sustitutos, usar el sentido común y algunas veces repuestos y piezas comprados en la tienda cercana. Frecuentemente, usas la experiencia de tu vida diaria y la aplicas al trabajo de tu museo. Solo ahora descubrí que también funciona a la inversa.

Recientemente, mi gata se cayó desde una gran altura sobre algo rugoso y duro, sospecho que desde un andamio, techo o grúa de asfaltar la carretera. Como resultado, sus patas traseras se abrieron, se daño sus garras y perdió dos de ellas. El veterinario vendó sus patas, pero cuando ella trataba de caminar con eso, siempre se resbalaba en nuestro piso de parquet. Bueno, como pueden imaginarse de este accidente, a mi gata no le divertía yacer allí sin hacer nada. De modo que ella anduvo caminando y resbalando. Fue entonces cuando mi cerebro de registrador comenzó a pensar…

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Al igual que la mayoría de quienes trabajan con colecciones, tengo un suministro privado de guantes: nitrilo, latex, algodón, cuero… el guante adecuado para cada propósito. Entre esos recursos se encuentran las pequeñas cosas prácticas que la mayoría de ustedes conocen: no son adecuados para todos los efectos, pero los pequeños granos en ellos están hechos de vinilo, y son los más idóneos para llevar alrededor algo de superficie muy lisa y resbaladiza.

En mi caso, fue la solución: ellos podrían portar algo sobre un suelo resbaladizo.

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Sacrifiqué dos pulgares de estos guantes para improvisar unos calcetines que pudiera poner sobre los vendajes. Luego los fijé con cinta pegante para mantenerlos en su sitio. Ahora, ella aun no es exactamente una gata feliz, pues está un poco insegura con esos vendajes (mejor dicho: es muy torpe con sus patas traseras …), pero puede caminar sin resbalar de nuevo.

Puss in Boots

Caso resuelto.

Angela

 

Traducción del inglés al español: Fernando Almarza Rísquez