Por Derek R. Swallow
Registrador en el Royal BC Museum
Malabarista, mediador, director de orquesta, impulsor, gran gestor de colecciones, maestro de yoga, gestor de riesgos, director de proyectos, agente de aduanas, coordinador de transporte, preparador, controlador de inventarios, diplomático, burócrata, socio legal, centro de comunicaciones, diva o divo documental, y pastor: todos términos que describen las habilidades de procesamiento de un registrador de préstamos de colecciones de museos.
El propósito de este artículo es mejorar la comprensión de la función del registrador vinculando las competencias básicas anteriormente mencionadas con las funciones del trabajo. Estas habilidades se dividen en cuatro categorías: predisposición mental; capacidades comunicativas y organizativas; aptitudes de dirección de colecciones; habilidades de documentación.
La multitarea es una predisposición compartida por “malabaristas” y registradores. Procesar simultáneamente numerosos préstamos, en distintas etapas del proceso, con diferentes grados de complejidad, equivale a la tarea de un malabarista manteniendo en el aire un flujo aéreo de objetos de diferentes tamaños y pesos sin que ninguno caiga al suelo. Como un “maestro de yoga”, la predisposición mental del registrador es calmada, siendo así bajo una estresante sobrecarga de trabajo, y flexible, cambiando de un préstamo a otro, en base a las siempre variantes prioridades de procesamiento de los préstamos.
Del papel de comunicador emerge la capacidad de “mediador”. El registrador ayuda a la resolución de cuestiones entre los miembros del equipo de préstamo y su institución y la del prestatario/ prestamista. El tacto requerido se vale de la habilidad de un “diplomático”. Para facilitar el flujo de información precisa, el registrador actúa como “centro de comunicación”, convirtiéndose en el único punto de contacto para la institución y un medio de canalización de preguntas, respuestas e información del prestatario hacia el equipo de préstamos y viceversa.
En calidad de organizador, el registrador se centra tanto en el panorama general, haciendo que el préstamo siga adelante, a la vez que tiene presente el marco más estrecho, asegurándose de que ningún paso es olvidado.
Esto se puede comparar con un “pastor” que mantiene al rebaño unido, arreándolo, vigilando que ninguno del grupo se pierda en el camino. Como “director de orquesta”, el registrador, como un conductor, guía la armonía de procesamiento del préstamo, dando entrada a los miembros del equipo, o al prestatario, cuando se requiere alguna acción. La habilidad de “pastor” y “director de orquesta” apoyan la función de registrador como “jefe de proyecto”, asegurándose de que se siguen todos los pasos de la manera temporal y laboral más eficiente con el fin de que todos los plazos se cumplan. El registrador asume el papel global de “gran director de colecciones”. Este se define como: amplio conocimiento y experiencia de dirección de colecciones, incluyendo todas las clases de colección bajo la competencia del registrador. Respaldado por el personal de restauración y la específica disciplina de los directores de colecciones, esta capacidad asegura la aplicación de los correctos protocolos y prácticas de préstamo según las necesidades específicas de cada objeto prestado de cualquier colección. A medida que el préstamo está preparado para el transporte, el conocimiento complementario de “preparador” habilita al registrador, cuando sea necesario, para supervisar y hacer cumplir los métodos apropiados de cajas y embalajes para el transporte del artefacto y aplicar las mejores prácticas para maximizar la protección de cualquier pieza prestada. Esto se relaciona con la responsabilidad del registrador como “coordinador de transporte”, contratando únicamente empresas de transporte que utilicen medidas de seguridad y técnicas de transporte óptimas. Proporcionar la mejor caja, embalaje y utilizar un transporte para el museo de calidad superior convierte al registrador en un “gestor de riesgos”. Este papel incorpora importantes elementos adicionales, incluidas cláusulas de que las piezas prestadas estén aseguradas con el valor actual correcto; comprobar que las instalaciones del prestatario cumplen las normas internacionales sobre medioambiente, integridad estructural, seguridad inherente a la construcción, presencia de personas de seguridad, personal de colecciones cualificado, etc. Como “impulsor”, el registrador inicia la adquisición de los documentos e información relacionada con la gestión de riesgos a través de la solicitud de certificados de seguro, informes de las instalaciones, etc. Otro componente de la gestión de riesgos está ligado a ser “controlador de inventarios”, puesto que todos los elementos prestados, relativos a un préstamo entrante o saliente, son contabilizados cuando llegan o salen, y, mientras permanecen, tienen asignados códigos de ubicación precisos. Antes de que un préstamo pueda dejar la institución para cruzar la ciudad o el país o continuar hacia otras naciones, el aspecto de “socio legal” del registrador sale a la superficie. Se crean documentos legales tales como contratos de préstamo y, si es necesario, se consiguen certificados CITES u otros permisos. Entender las regulaciones y documentación relacionada con la exportación e importación tiene que ver con la ocupación de “agente de aduanas”. La adquisición y custodia de todos los documentos importantes hace del registrador un “documentalista” y “diva o divo documental” y la adhesión inquebrantable a las normas precisas requiere que él/ella sea un buen “burócrata”.
Las habilidades descritas anteriormente no son ni exhaustivas ni exclusivas de la labor del registrador. Varias combinaciones de estas aptitudes son compartidas por muchas profesiones. Todo el “paquete” de conocimientos, sin embargo, hace el papel único.
Hay una destacada habilidad no mencionada antes. Quizá sería mejor llamarla una obsesión. Nosotros defendemos tenazmente nuestras normas institucionales de colecciones. Estamos programados, en nuestra profesión como registradores, para adherirnos a principios éticos elevados y para impulsar nuestras habilidades profesionales a un nivel cada vez más alto. Esto es algo bueno. Como se le atribuye decir a Miguel Ángel: “El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestra meta sea demasiado alta y no la alcancemos, sino que sea demasiado baja y la consigamos”.
Traducción al español desde el inglés: Laura García Oliva
Excellent article avec beaucoup d’humour et il en faut dans la pratique !
Registraire se traduit par régisseur en français…
The photo and “Don’t mess with the collection!” would make a great t-shirt. After your comments on diplomacy, I’m starting to thing that the ideal registrar is a Teflon-coated bulldog!
We definitely should open a webshop with stuff like that… 😉
We could call it the online Regi Store:( Bad joke I know.
Made me laugh, anyway 😀
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Another T-shirt idea inspired by my years at a university art museum: “Touch me, not the Art!” 😉
True and what an image!
Derek
I liked the used metaphores. They shine a bright light on the silent workforce of the registrars.
BR
Frank
Beautifully said.
Cheers,
Derek
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Thanks Mark.
It was great to finally meet you in person.
Cheers,
Derek
Great article Derek
and it was a pleasure to spend time with you at ARCS in Chicago.
~mark~