¡Hola registradores del mundo!

march13

 

El 2 de enero arrancamos con esta rara idea: Una plataforma que conectara a los registradores alrededor del mundo. Ahora, tres meses después es tiempo de una primera revisión. Bien, ¿qué dice el mapa?

Vemos de dónde provienen los visitantes del Registrador Trek en Marzo de 2013:

Norteamérica: 1165
Europa: 426
Suramérica: 94
Oceanía: 84
Mesoamérica (incluyendo México): 18
Asia: 7
África: 3

Suponemos que eso significa estar llegando a registradores en todo el mundo, y que podemos fácilmente detectar las áreas en las que el registrador es una especie conocida, y las áreas donde aún es una profesión escasa.

Cuando miramos a los visitantes en general, del 2 de enero al 29 de marzo, y nos encontramos con 9.576, y con 4.453 como visita única, pensamos que… bueno… ¿cómo podríamos decirlo mejor?

¡Rugimos!

 
 
Por otra parte, esperamos que continúen enviándonos sus grandiosos relatos sobre vuestro trabajo diario, o sobre cómo se convirtieron en registradores, o bien que escriban buenos artículos sobre nuestra profesión, que podamos publicar y traducir (enviar a story@museumsprojekte.de).

Agradecemos a todo aquel que esté dispuesto a traducir algo a algún nuevo idioma. Solo envíennos sus comentarios si desean unirse a nuestro equipo.

Angela y Fernando

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Cómo llegué a ser registrador de museo III

Noticia de última hora; periodista descubre que es una registradora

Tracey Berg-Fulton

GUAlumniProfileKRecuerdo con total claridad el día en que me decidí a trabajar en un museo. Estaba sentada en un banco en el Ulster Museum en Belsfast, Irlanda del Norte, y acababa de finalizar unas entrevistas para un reportaje de prensa que estaba escribiendo. Como de costumbre, era un día gris y lluvioso, y me refugié en el museo.

Allí sentada, pensaba acerca de lo que yo había hecho –periodismo- y me preguntaba a mí misma si realmente podía mantenerme en eso durante treinta años.

La respuesta fue clara, contundente, y me arrugaba el corazón: no.  Habiendo yo incurrido en una deuda de miles de dólares para mi educación, y llegada a este punto, ¿qué demonios iba a hacer ahora?

Y entonces miré a mi alrededor.

Esto, esto es lo que quiero hacer. Yo siempre había amado la historia, el arte, las bibliotecas y los museos, así que ¿por qué no hacer de mi vida esto, oficialmente?

Yo había presentado mi inscripción en el programa de postgrado en historia del arte de la Universidad de Glasgow, más bien como un antojo, pensando que sería rechazada de plano por mi carencia de títulos universitarios británicos, pues mis licenciaturas en fotografía y periodismo solo estaban tangencialmente relacionadas con eso. Quedé muy sorprendida al ser aceptada para comenzar en otoño de 2007.

En Glasgow, me metí de cabeza en la investigación y la escritura, y aproveché la oportunidad para hacer prácticas profesionales con un conservador de vitrales en los Museos de Glasgow. Nuestro trabajo se enfocaba en el inventario de vitrales, y durante ese proceso aprendí acerca de los diversos roles ejercidos en un museo. No podía estar el tiempo suficiente con los objetos ni pasar mucho tiempo en las bóvedas, aunque descubrí luego que la persona que tiene más contacto con la mayoría de los materiales era, desde luego, el registrador.

Mi carrera estaba hecha. Famosas palabras finales, ¿no?

Me gradué en Diciembre de 2008, y regresé a mi ciudad natal en Pittsburgh, Pennsylvania, Estados Unidos. Había escuchado sobre la recesión en los EEUU, pero mientras me encontraba en Escocia no había entendido completamente su impacto. Me presenté a solicitar empleo en todos los museos que pude, y luego en negocios relacionados; posteriormente en cualquier trabajo en general. Y nada.

Finalmente, un contacto me presentó a otro, quien me ayudó a apuntarme en el rol de voluntaria en el Carnegie Museums of Pittsburgh. Habiendo yo tenido empleo desde los 14 años, me sentía aliviada de estar trabajando, incluso sin paga. También comencé como voluntaria en un pequeño museo comunitario, creando el inventario de sus colecciones.

Luego, en abril de 2009, tuve un accidente mientras corría, dejándome la cadera rota y temporalmente incapacitada para caminar, sentarme, conducir, trabajar o hacer cualquier cosa, salvo estar en cama. Perdí seis meses de mi vida en mi recuperación.

Luego de recuperarme, regresé a mi voluntariado en el Carnegie, y fui cambiada de cargo luego de una exitosa solicitud de mi parte, a un puesto de medio tiempo como fotógrafo de la colección. No era exactamente un trabajo de registrador, pero aun así interactuaba con muchos objetos. Disfruté mi trabajo, pero mantuve mis esperanzas hacia la apertura de un cargo de registrador, mientras presentaba solicitudes en todo el país para otras oportunidades que se abrieran.

375_513434167185_2390_nUna de esas solicitudes tuvo éxito –y partí para asumir el puesto de registrador asistente en Oklahoma en 2010. Fue una maravillosa experiencia de aprendizaje, pero la situación económica exigía que yo trabajara en Oklahoma mientras que mi esposo permanecía en Pennsylvania. Luego vino una serie de problemas de salud en mi familia, y una imperiosa necesidad de regresar. Dejé mi cargo, quedándome sin empleo, para regresar a casa.

Regresar a Pittsburgh me reconfortó, pues estaba en casa con mi familia, pero la situación de desempleo era terrible. Volví al trabajo de vendedor minorista de artículos de montañismo, con un distribuidor al aire libre mientras yo resolvía a dónde iba a ir después.

Un día me pregunté por qué no trabajar como registradora por contrato. Si no hay empleo, ¿por qué no crearme uno? Descubrí que uno de los beneficios de vivir en una ciudad mediana era que no había mucha gente haciendo trabajos por contrato (¡tal vez ya habían sido todos ocupados!).

Busqué un asesor del Comité de Registradores de la Alianza Americana de Museos, y comencé a difundir entre todos que yo estaba trabajando como independiente. Entonces, introduje mis documentos para constituirme como representante de ventas en una empresa o sociedad de responsabilidad limitada (SRL). Obtuve una respuesta sorprendentemente intensa por parte de la comunidad de Pittsburgh; yo ya estaba sobre la marcha.

Los contratos me vinieron realmente bien –yo quería ser registradora, pero en realidad mi título era más bien el de Contratista para labores técnicas en general (o “arregladora”). Me encantaba resolver problemas peculiares de mis clientes; de todo, desde pensar en cómo enviar una fotografía de un lado a otro del país durante la noche hasta reemplazar la manilla del excusado (consejo: gire la tuerca plástica en el sentido opuesto al de todas las otras tuercas que usted haya apretado antes). Fue una perfecta mezcla de arte, historia, carpintería, herramientas eléctricas, y diplomacia. Me hice mi propio horario y tuve que escoger mis proyectos, lo cual fue una bendición, especialmente cuando a un miembro de familia le fue diagnosticado cáncer.

Pero me faltaba algo. Si bien mi perro era un excelente escucha, él no tenía mucho de conversador, y yo desesperadamente echaba de menos tener colegas. Extrañaba tener una colección que conociera hasta en sus más pequeños detalles. Extrañaba una sede que yo conociera como a un viejo amigo. Extrañaba un horario más o menos regular… Lo que nadie te dice acerca del “trabajo flexible” y de trabajar desde casa es que en realidad trabajas 24 horas al día, respondiendo e-mails, facturando, calculando impuestos, trabajándole a clientes actuales, manteniéndonos actualizados en el mejor modo de hacer las cosas, estar en contacto con la gente, etc.

Y así hasta el día de hoy. Ya tengo un mes en mi empleo de tiempo completo como registradora y miembro del equipo del August Wilson Center for African American Culture. Somos una institución joven, y es estimulante estar en capacidad de establecer políticas, resolver desafíos, y abrir nuevos caminos cuando sea necesario. Estoy feliz de trabajar en una organización que cumple una importante función cultural en nuestra ciudad, y mi trabajo es increíblemente gratificante.

Ha sido un largo y tortuoso camino para llegar a este punto, pero he visto cosas asombrosas a lo largo de él. He tenido el placer de conocer y aprender de muchos de mis colegas en conferencias, junto a una taza de café, y a través de la lista de correos del Comité de Registradores de la Alianza Americana de Museos (CR-AAM). También tengo el placer de servir como Presidenta del Comité del sitio web del CR-AAM.

Cada día aprendo y hago algo bueno. Cada día veo los más asombrosos e íntimos objetos de la civilización –desde vestidos de bautizo hasta almohadillas de portero de hockey. Me satisface mi amor por esas cosas brillantes. Y tengo que rascarme la comezón tecnológica (y aun espero por un diseño de sitio web adaptable a diferentes formatos móviles a partir de una base de datos amigable (¡oigan, desarrolladores!). ¿Qué podría ser mejor?

Mirando al futuro, espero continuar creciendo en mi profesión, y espero estar más involucrada en el amplio mundo de los museos, y participar activamente en traer a los museos a una experiencia de visitación propia del siglo 21.

Texto: Tracey Berg-Fulton 

Traducido del inglés al español: Fernando Almarza Rísquez

 

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Un Falso Real: Tras la pista de un falsificador de arte Parte 6

Picture from LSU University Art Museum

Mark Landis
También conocido por sus alias:
2009 – Steven Gardiner
2010 – Father Arthur Scott
2011 – Father James Brantley
2012 – Mark Lanois

Landis fue detenido… no por los investigadores del FBI, ni por la Policía, ni por la “Ley”… sino por los mejores detectives que hay: los registradores y gerentes de colecciones, que se toman su trabajo en serio y que incluso dedican parte de su tiempo en casa para reflexionar sobre sus preocupaciones. ¿Se llevaría usted su trabajo a casa? No… pero ninguno de nosotros podrá negar que cuando tenemos un caso difícil de solicitud de préstamo de una obra, algún problema de logística o de preparación de un informe, nos llevamos ese trabajo a casa, y eso nos puede mantener despiertos hasta tarde… Nada saludable ni productivo.

Durante años, Landis y sus payasadas me habían mantenido pensando en ello a diario, pero no hasta el punto de tenerme despierto toda la noche. Sobre todo me preguntaba en si él realmente dejaría de lado ese negocio de hacer falsificaciones. Landis me dijo frente a frente, el 1 de Abril de 2012 durante la inauguración de FALSO REAL: el relato de un falsificador en la Universidad de Cincinnati, que dejaría de hacerlo porque estaba cansado y aburrido de haber estado en eso por tanto tiempo. Pero, ¿qué me mantuvo a mí en esto, y por qué aun estoy tan interesado en seguir el rastro de Landis, cuando él personalmente me dijo que se detendría? No creo que él pueda o quiera hacerlo a estas alturas. Déjenme preguntarles a todos ustedes esto: ¿Quién de ustedes ha investigado este caso y ha informado a sus pares y compañeros de equipo acerca de Landis y de sus cuatro alias? Algunos están preocupados por su propia reputación, o por la de la institución para la que trabajan.

Dado que no se ha cometido ningún crimen real y no hay de qué preocuparse porque se vaya a cometer, ¿por qué todavía creo que hay más instituciones, de las más de cincuenta que han sido estafadas, que no lo quieren reconocer? Nadie quiere creer ni admitir que ha sido engañado, ni que el museo para el que trabaja ha sido estafado… sobre todo cuando sabe que yo sé, y que he compartido mis informaciones actualizadas durante todos estos años.

De modo que les animo a que hurguen a fondo en sus registros, bases de datos y papeleos de oficina, y compartan con sus pares esta extraña historia acerca de Mark Augustus Landis y de quien descubrió y reveló al más dedicado falsificador que el mundo de los museos ha conocido en años. Les animo a todos para que me envíen e-mails o me llamen, aun en el caso de que tengan la más ligera sospecha de una donación proveniente de Landis o de algo que se asemeje a una falsificación. Mi información de contacto está en la página de Autores de este blog. Y como siempre digo… haz tu trabajo bien, mantén tu nariz limpia, y todo irá bien.

¡Hablamos pronto!
Matt

 

Leer más:

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El registrador: Una extraña raza de animal en peligro rara vez vista

Recientemente leí un email de Alana Cole-Faber, Registradora del Hawaiian Mission Houses de Honolulú, Hawaii, EEUU. El contexto no importa aquí, pero sus palabras fueron:

“…quienes estamos, literalmente, aislados. Como si estuviéramos en islas, en medio de océanos, donde los Registradores son una extraña raza de animal en peligro rara vez vista”.

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Un registrador en su hábitat natural: el cuidado de las colecciones. Gracias a Matt Leininger por esta imagen.

Estuve pensando una y otra vez acerca de esas palabras. Alana trabaja en una isla, y sus palabras resultan especialmente ciertas para su situación, pero encuentro en ellas una brillante descripción de nuestros trabajos como registradores, gerentes de colecciones o curadores de colecciones en general.

Algunas veces, cuando voy por los pasillos de nuestros almacenes externos, buscando un artefacto que debe salir en préstamo y que está señalado en la base de datos como “ubicación desconocida”, me parece escuchar muy de cerca la voz de Sir David Attenborough: “El registrador se cuela a través de la jungla de objetos en busca de su presa. Un poco más adelante, un artefacto se halla junto con otros, sin sospechar nada. La registradora se acerca. Ella mira, chequea el registro y con un arrebato preciso y decidido agarra el artefacto”.

Un vistazo a las cifras

Pero, bromas aparte, ¿no es realmente el registrador un animal rara vez visto? La mayor parte de nuestro trabajo es hecha tras bastidores. Tanto es así, que estamos fuera de la vista y a veces fuera de la conciencia de nuestros colegas. Recientemente desarrollé una encuesta no representativa a través de LinkedIn1 , para determinados grupos relacionados con nuestro campo profesional, para ver si la configuración de mi experiencia personal de trabajo era correcta. La pregunta era: “¿Cómo registrador, ¿cuál es la organización normal de su trabajo (más del 50% de su tiempo de trabajo promedio)? Miren lo que obtuve:

230213 IN SPANISH 
Afortunadamente los lobos solitarios, que tienen que rastrear sus territorios y sin nadie a su alcance, no son la mayoría. Pero, para ilustrar la idea, los registradores no forman grupos. El trabajo del registrador tiene que ser hecho solitariamente en un 71%.

El ermitaño en el área de almacenamiento

Registrars often work concentrated behind the scenes.Thanks to Lisa Verwys for the picture.

Los registradores frecuentemente trabajan concentradamente tras bastidores. Gracias a Lisa Verwys por la foto.

¿Qué se siente al trabajar solo? Me gustaría citar un comentario2 hecho por Antony Aristovoulou, que arroja luz sobre esto: “Yo raramente recibía inspecciones o señales de interés de parte de quienes me supervisaban, y eso devino en un trabajo muy solitario. Los artefactos se convirtieron en mis amigos”.

Nadie podrá negar lo grandioso que resulta estar de vez en cuando solo en el área de almacenamiento. Trabajar en solitario como registrador tiene una gran libertad, que poca gente puede permitirse hoy día. Dependiendo de la arquitectura y la infraestructura del almacén, esto incluso puede significar estar sin internet y sin señal para el teléfono móvil. Separado del resto del mundo, en una isla solitaria.

¿Cuáles son las consecuencias de esto? Bueno, hay ciertos peligros. Primeramente, el peligro físico. Tiene que haber un claro concepto de seguridad para quien trabaja solo. Generalmente, el que se ve en la necesidad de trabajar solo debería siempre tener la posibilidad de pedir ayuda y asistencia. Esto debe ser claramente tenido en cuenta, en el caso de que el / la registrador(a) se encuentre en una situación en la que no pueda hacer una llamada telefónica de auxilio. Maneras posibles: llamadas telefónicas de rutina para chequear que todo ande bien. Él / ella deberá portar siempre consigo un teléfono móvil (cuando haya recepción de señal). Un procedimiento de chequeo que asegure que él / ella no quede encerrado(a) en el área de almacenamiento. Rondas de inspección adicionales por parte del guardia de seguridad. Todo esto debe organizarse antes de que alguno comience su jornada de trabajo en solitario.

Pero existen otros peligros menos obvios al trabajar en solitario. Son altas las posibilidades de que nadie se percate de que alguien está solo en el área de almacenamiento a la hora de salir a almorzar. Mucha de la información importante en las instituciones frecuentemente se transmite durante el receso para el café. La gente que no recibe intercambios de información con sus colegas, o que no tiene la posibilidad de ello, tiende a ser solitaria. La misión del / de la registrador(a) es evitar quedar asilado, y formar parte de la comunidad de su museo. Pero asimismo es misión de sus colegas no olvidarse de quienes trabajan en el área de almacenamiento. Por último, y no menos importante, es la labor de quienes son responsables de la organización del flujo de trabajo en el museo, de modo que creen las posibilidades de intercambio e interacción entre los miembros de sus equipos. Esta podría ser la única manera de que el registrador deje de ser el “extraño animal del almacén”, y se afiance como colega. Okey, esto lo convierte en “el colega del trabajo extraño”; o mejor aun: en el colega.

El que echa a perder la diversión

Giving clear directions of what to do and what not is part of the job.Thanks to Zinnia Willits for the picture.

Dar claras instrucciones sobre qué hacer y qué no hacer  es parte del trabajo. Gracias a Zinnia Willits por esta foto.

Las cifras muestran por qué muchos registradores se sienten aislados, incluso cuando forman parte de un equipo. Esto tiene mucho que ver con el trabajo que el registrador debe ejercer. Él / ella tiene que velar por el bienestar de los objetos de la colección. Eso incluye decir frecuentemente “no” cuando se trata de préstamos o eventos dentro del propio museo. Si el jefe de la institución quiere hacer una gran fiesta en las salas, el registrador tiene que defender su posición y exigir que no se incluyan comidas ni bebidas. Si el equipo de mercadeo desea traer grupos de colegiales para que vean un autobús escolar antiguo, el registrador muy probablemente tendrá que decir que eso no es posible. Si una institución amiga quiere solicitar en préstamo una bandera y planea izarla en la entrada de la exposición sin protección alguna, él / ella solo puede menear su cabeza hacia ambos lados. Él / ella actúa como abogado de los objetos, quienes no pueden hablar por sí mismos. En el papel, todos los miembros del personal son registradores, aunque el registrador no es la cabeza de la institución; con frecuencia, él / ella ni siquiera es el / la jefe del departamento. Esto significa que aunque la responsabilidad yace en su escritorio, la decisión que él / ella tome puede no ser la definitiva. Esto contribuye a elevar el sentido de aislamiento.

Para los miembros del equipo, resulta a la inversa. Los curadores tienen grandes ideas para las exposiciones por venir. Los diseñadores las tienen acerca de cómo mostrar los objetos. La gente de mercadeo piensa intensamente en cómo atraer visitantes. Y entonces llega el registrador y dice “no” a esas ideas. Claro, para ellos es evidente que los registradores son animales extraños. ¡Ellos son quienes echan a perder la diversión! Pero la triste verdad dice: ese es su trabajo. Si el registrador tiene suerte, también puede haber conservadores dentro del equipo que respaldan su opinión. De otro modo, solo pueden limitarse a señalar las políticas y estándares (lo cual es más bien fastidioso para el resto del equipo) o presentar casos en los que se cometieron errores porque nadie escuchó al registrador (lo cual es más entretenido, pero no necesariamente más convincente). Al final, el registrador no puede hacer más que dar su opinión y documentar todo el proceso de toma de decisiones para salvaguardar su terreno.

¿Una especie en peligro?

High-quality work is important - and needs enough time and money. Thanks to Sharon Steckline for the picture.

El trabajo de alta calidad es importante -y requiere suficiente tiempo y dinero. Gracias a Sharon Steckline por la foto.

Entonces, ¿es el Registrador una especie en peligro? Bueno, el registrador puede que no esté más en peligro que lo que está cualquier otro profesional del museo hoy día. Cuando el dinero aprieta, las instituciones culturales son las primeras en ser miradas con el ceño fruncido de las autoridades. Pero por lo que he podido ver, eso no está limitado a la gerencia de las colecciones. Los políticos tienden a preguntar si tal o cual museo puede funcionar con poca gente, o si ésta es absolutamente necesaria. De hecho, varias instituciones fuera de los EEUU acaban de darse cuenta recientemente de que los registradores son convenientes, y crearon más empleos en esa área. Pero eso es apenas una parte de la historia.

Otro aspecto radica en si la calidad de nuestro trabajo está realmente en peligro. Cuando el dinero aprieta, resultan difíciles las decisiones sobre las áreas donde éste ha de invertirse. Y frecuentemente, la rueda que chirría obtiene su grasa. Los registradores, que están entrenados para actuar de la manera más discreta posible en su ramo, a menudo son los menos escuchados en sus solicitudes de materiales de archivo y recursos humanos. Pero, de nuevo, eso es solo una parte de la historia.

En muchos museos pequeños el dinero es tan escaso que la decisión a tomar no es entre adquirir cajas de archivo para las colecciones o publicidad en el periódico, sino entre decidir si reparar el techo o hacer una exposición. En casos como estos, los recursos humanos son el gran tema a discutir3, en el Grupo “Collection Management” de Linkedin, un abrumador 50% respondió “Asuntos del personal”, por delante de “Fondos para climatización, seguridad, etc.” (16%), “Fondos para materiales de embalaje, bastidores, etc.” (12%), “Donaciones” (10%) y “Préstamos” (9%). El hilo de la discusión resultó interesante, destacándose lo referido al manejo de las colecciones. Puede verse esto en http://www.linkedin.com/groupItem?view=&gid=3280471&type=member&item=175582165&qid=4a59729e-7bf2-4bb6-8b6b-e2883014a660&trk=group_search_item_list-0-b-ttl]

En esto, el puesto puede denominarse “registrador”, pero abarca mucho más. Él / ella bien puede ser también guía de visitantes, gerente de reclamos, asistente de la tienda, cajero y curador, todo en una misma persona. Esto significa frecuentemente que esa persona no puede invertir tanto tiempo como sería necesario en el manejo y control de las colecciones.

Otros museos deciden que no pueden permitirse un Registrador dentro de su personal estable. Ellos contratan registradores independientes cuando los necesitan con urgencia. Esta es una buena idea cuando se trata de planificar nuevas áreas de almacenaje, recibir asesorías acerca de cómo el registro debe organizarse, tener objetos en exposiciones temporales en manos seguras4 o de hacer un inventario a una determinada colección. Sin embargo, si una institución posee una colección que sobrepasa una cierta cantidad de objetos (no es fácil dibujar una clara línea aquí, eso depende tanto del ámbito de la colección como de cuánto de ésta es “utilizado” por la institución), el manejo de las colecciones deviene en un trabajo de tiempo completo. La idea de dejar que un registrador haga un inventario de la colección, y luego tener a “alguien que vaya haciendo sus funciones regulares” o que “todo el personal cuide de la colección” realmente no funciona.

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La calidad en el trabajo del museo es siempre un esfuerzo conjunto. El trabajo en equipo es la clave. Imagen enviada por Matt Leininger.

Un Registrador es más que una base de datos humana. Si ud. tiene todos los objetos de la colección rigurosamente vaciados en su base de datos (¡nombre un museo que los tenga!), eso no significa que siempre estará así. Mantener el seguimiento de los objetos implica un permanente esfuerzo. Y tener todo correctamente en la base de datos también lo es. Usted puede tener a todos los miembros de su personal bajo el juramento de que siempre documentarán en la base de datos cada movimiento de los objetos; aún así, ¡ud. tendrá a la Bendita Entropía desordenando todo en el área de almacenamiento! Un buen registrador siempre tendrá un ojo sobre eso. Pero es más que eso. Tal como en toda biblioteca, algunos objetos se “pierden” por haber sido colocados en el lugar de almacenaje equivocado. Un / una registrador(a) que esté familiarizado(a) con su colección tendrá siempre una idea de dónde buscarlo –basándose en su experiencia y en su conocimiento de quién manipuló ese objeto la última vez. No olviden que usualmente no contratan solamente a un registrador –¡uds. contratan a un cerebro de elefante! En última instancia, incluso un registrador que haya estado a cargo de una colección durante largo tiempo puede de algún modo fusionarse con su colección y su almacén. Él / ella desarrolla algo como un sexto sentido para aquello que está errado: un inusual incremento de la humedad antes de que alguien chequeara el higrómetro, un objeto que luce distinto a como solía hacerlo, esa voz que le dice al registrador que se dé una vuelta por los almacenes externos luego de que alguien haya salido de allí… Es algo que se desarrolla con el tiempo. Eso no se puede obtener con contratos de pocos meses o de un año.

Conclusión

Como hemos visto, el Registrador es de hecho un animal raramente visto. Se requiere de un esfuerzo conjunto para no dejar que se convierta en un animal en peligro de extinción:

  • Como individuo: todo aquél que trabaja en un museo debe cuidar de que el registrador esté seguro mientras se encuentre trabajando en solitario, y que no quede aislado del resto de la comunidad del museo.
  • Como profesional: todos los colegas necesitan entender cuál es el trabajo del registrador. No se trata de que él / ella quiera arruinar la diversión, su trabajo es proteger los objetos para que otros también los puedan disfrutar en el futuro.
  • Como museo: las autoridades deberían pensar en profundidad acerca del valor del manejo profesional de las colecciones. Es sabido desde antaño que la conservación preventiva y almacenamiento profesional ahorran costos a largo plazo.
  • Como sociedad: los políticos, las comunidades y los contribuyentes en general deberían pensar acerca del valor de los museos y sus colecciones. Todos sabemos que un ser humano que pierde su historia se pierde a sí mismo. Ocurre lo mismo con la sociedad que pierde su historia. Preservar nuestro patrimonio no es solo un asunto de costos, es un alto valor para la sociedad.

Es solo mi granito de arena en este asunto. Ahora, tengo que irme, necesito rastrear mi territorio, creo que vi algunos objetos sin documentar más abajo en el pasillo…

Angela Kipp

  1. Asociación de Registradores y Especialistas de Colecciones, Gerentes de Colecciones y Preservación y Cuidado de Colecciones. Fechas de recolección de datos; desde el 27 de enero hasta el 23 de febrero de 2013
  2.  Comentario hecho en referencia al estudio publicado en el Grupo de www.Linkedin.com de la Asociación de Registradores y Especialistas de Colecciones.  www.LinkedIn.com
  3.   Cuando realicé la consulta en el “Calling all museum staff responsible for collection management and registration! What are the main issues in your job?“ [“¡Llamado al personal de museos responsable del control de las colecciones y el registro! ¿Cuál es el aspecto más importante en sus trabajos?”
  4.  Recomiendo encarecidamente tener a un Registrador en el equipo de exposiciones cuando se lleva a cabo una que incluye una cierta cantidad de objetos. Véase mi artículo “5 sugerencias para tratar con registradores”, en http://world.museumsprojekte.de/?p=24
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¡Conozca su obra de arte!

Recientemente, conocí a Eduardo De Diego, Profesional de Seguridad Física de la Applied Research Associates, con sede en Canadá. La seguridad siempre es un gran problema en los museos, y disfruté de sus ideas respecto a los movimientos de las colecciones. Le hablé de nuestro blog, y le consulté si tenía alguna buena historia para contar. De hecho la tenía (y honestamente espero que tenga más). Disfruten su lectura. ¡Y gracias, Eduardo, por su envío!

Durante una auditoria a los procedimientos y controles de seguridad, practicada a un gran e internacionalmente reconocido museo, se nos contó de un incidente que involucraba al Curador Jefe (cuyo nombre quedará oculto en salvaguarda de la institución). Este Curador había invitado al equipo de un noticiero televisivo para hacer un “show and tell” [“Muestre y cuente”].

El curador quería mostrar a los medios una excelente falsificación de una obra muy conocida. El equipo de noticias le preguntó: “¿Cómo puede usted decir que esto es una falsificación?”. El Curador dijo “Ok, les mostraré”, y procedió a sacar la obra de arte original de las bóvedas del museo (lo cual fue una infracción a los protocolos de seguridad y control de acceso y de movilización). Trajo el original, y lo colocó junto a la falsificación en dos idénticos caballetes, y procedió a demostrar cómo su conocimiento superior del tema le permitía discernir el original de la copia. El Curador procedió luego a mostrar otras piezas y a dar su interpretación, descuidando a las dos primeras pinturas. Un miembro del equipo del noticiero decidió que era tiempo para una broma, y cambió esas dos primeras obras sin que el Curador se diera cuenta, pues su atención estaba en otra parte. El Curador regresó y el equipo periodístico le preguntó nuevamente y ante la audiencia de televidentes “¿Cuál es el verdadero, por favor?”. El Curador identificó a la falsificación como la verdadera.

Después, al Curador se le dijo lo que había ocurrido, y pasaron semanas para que una experticia independiente identificara el verdadero trabajo, y la obra original regresara a la bóveda.

Final feliz, pero costoso.

Text: Eduardo De Diego

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Un Falso Real: Tras la pista de un falsificador de arte Parte 5

Aquí estamos con mi quinta entrega del Falso Real para el blog, que espero les haya informado bien; siéntanse libres de contactarme directamente para sus preguntas.

Mencioné en la cuarta entrega acerca de los alias Gardiner, Scott, Brantley y Lanois. Vayamos a cuando Landis donó una acuarela hecha por Stuart Davis. Luego de esto, él donó las falsificaciones del óleo sobre tabla de Lepine, y el autorretrato de Marie Laurencin. Lo interesante de lo que les había mencionado cuando comencé con estos escritos es que Landis donó esas falsificaciones en honor de su madre o su padre, según él mismo refería a quienes recibían esas donaciones. Cuando Landis se presentaba como Gardiner, hacía las donaciones en memoria de su madre Joane Green Gardiner… Pero su madre era Jonita Joyce Brantley… Ahora él estaba dando un alias de su propia madre. ¿Cómo puede honrar así la memoria de su madre, fallecida en Abril de 2010?

Picture from LSU University Art Museum

Mark Landis
También conocido por sus alias:
2009 – Steven Gardiner
2010 – Father Arthur Scott
2011 – Father James Brantley
2012 – Mark Lanois

Su segundo alias, el de Padre Arthur Scott (en memoria de su madre Helen Mitchell Scott) lo descubrí en Septiembre de 2010, cuando él contactó al Ackland Art Museum con la intención de donarle un dibujo al carboncillo, supuestamente de un académico francés del siglo 17th; no se confundan con el dibujo a la sanguina de un desnudo reclinado que encontré al cabo de unos años, y que también era del siglo 17th. Landis vestía para la ocasión como un sacerdote jesuita, de traje negro, collarín de plástico blanco y el broche de jesuita en la solapa, conduciendo un Cadillac Seville de su difunta madre. Tal vez el obispo de una diócesis conduciría un Cadillac, pero ¿un sacerdote? Esa fue una de las cosas que hizo que Landis fuera visto con suspicacia por las instituciones a las que él se acercó disfrazado de esa manera. Mark Tullos, del Hilliard University Art Museum, me hizo fijar la atención en este “Padre Scott”; por cierto, ahora Tullos es el Sub-Director del Louisiana State Museum. ¡Bien por Mark!, Mark Tullos, no Landis.

Luego de Landis confesara al periódico The Financial Times lo que él había estado haciendo por treinta años, asumí que él se había sentido descubierto por mí y que se detendría… o que al menos se tomaría algún tiempo para comenzar de nuevo. Para mi sorpresa, recibí ese mismo día la llamada de una escuela secundaria de New Orleans, junto con otra de una universidad en Georgia, ¡diciéndome que acababan de ser visitados por el Padre James E. Brantley… alias Mark Landis! No tomó a Landis más de seis meses el regresar con un nuevo nombre, y créanme o no, James Brantley era el nombre del segundo esposo de su madre… ¡James E. Brantley!

Este es el cuarto y hasta ahora último alias de Mark Landis. Landis se acercó y donó entre 10 y 11 falsificaciones a la Loyola University en New Orleans diez años antes, y había hablado de nuevo con la misma persona de esa universidad en Febrero de 2012, a quien le había dicho que su nombre era Mark Lanois. Ese miembro del equipo de Loyola había estado siguiendo mis informaciones actualizadas durante los últimos años, y me contactó respecto a Landis y sus acuerdos con él. Me resultaba increíble que ahora, después de un año de su confesión a The FInancial Times, Landis anduviera aun con sus acciones, regresando ahora con dos alias más.

Chicos, tengo mucho que compartir con uds. acerca de este caso. Estén pendientes de una próxima entrevista en The New Yorker, hecha por un escritor que ha trabajado allí desde 1980; él estuvo en mi casa el pasado fin de semana entrevistándome por más de dos horas. Esta entrevista podría aparecer esta primavera, así que estén pendientes de eso y…

¡Hablamos pronto!.

Matt.

Leer más:

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Un Falso Real: Tras la pista de un falsificador de arte Parte 4

Picture from LSU University Art Museum

Mark Landis
También conocido por sus alias:
2009 – Steven Gardiner
2010 – Father Arthur Scott
2011 – Father James Brantley
2012 – Mark Lanois

Me fui y los dejé pendientes de Picasso. Tal como les venía comentando, mi misión ha sido la de informar y educar a la gente acerca de Landis, sus alias y sus movimientos. Vayamos a Jacksonville, Florida.

Llamé a Holly Keris, curadora del Cummer Museum. Le había comentado acerca de Landis y lo que descubrí en 2008. El Cummer Museum aun no había sido “golpeado” por Landis. Llamé a Holly una semana más tarde para ver cómo estaban ella y el museo después de que un huracán había pasado por allí. Holly me dijo que estaba bien y que la colección no se vio afectada por el huracán, pero me dijo por teléfono: “Adivina qué, Matt, tengo en mi escritorio un paquete de FedEx con un óleo sobre tabla de Picasso. ¿Sabes quién fue el comprador?” Resultó ser que les había sido donado un Retrato de Lora, pintado por Picasso; éste era un óleo sobre tabla comprado en una subasta en EEUU en 2008. “Adivina quién fue el comprador. Buen intento, ¡no tengo ni idea!”, me dijo Holly. Landis había falsificado y donado un Picasso a otra importante institución de los EEUU, el Cummer Museum. ¡Un Picasso, sí! Lo que descubrí, querida pandilla de colegas, fue que Landis no solo hacía falsificaciones de artistas menos conocidos, sino de otros más importantes, como Picasso, Signac, Daumier, y muchos otros, y que además había incluido documentos falsos de John Hancock y Thomas Jefferson. Encontré que había cortado las páginas en blanco de la parte posterior de libros centenarios de algunas bibliotecas, utilizando esas páginas para crear y autenticar “algo genuino”. En cuanto a estas falsificaciones específicas, y hasta donde yo sepa, la institución afectada quedará en el anonimato. Hay que tenercoraje y visión para hacer tal cosa. Pero les puedo decir Landis fue atrapado, y ya no es más bienvenido…

Entonces, ¿a dónde vamos con esto? He estado dando pequeños adelantos sobre mi descubrimiento, y sobre cómo llegué a encontrar a Landis. La verdad es que, colegas blogeros, tengo tanto que compartir, y tan poco tiempo, que realmente no sé decir dónde empezó todo esto. Me refiero con esto a que uds. mismos se pregunten si hubiesen sido la única persona en descubrir a un falsificador de arte, y que no supieran cuándo dar esta información a las autoridades, y que se mantuvieran siguiendo a alguien durante cinco años y bajo gran presión. ¿Uds. qué harían? Tenía miedo de la calumnia, la injuria y la difamación hacia Landis. Tuve la prueba en las manos y la evidencia de que eso era real. Nunca pretendí que todo este caso respecto a Landis me llevara a cualquiera otra cosa después. Sin embargo, lo de Landis no sólo ha demostrado lo extraño e interesante que podía ser su caso, sino que además me ha llevado a tomar mayor conciencia de mi vida, a no tomar las cosas tan en serio, a ser muy diligente en el trabajo y en la vida personal, y a que sea siempre consciente de los lobos con piel de cordero, pues son muy reales y están allá fuera. Una vez más quiero dar las gracias a Angela por invitarme a ser parte de El Equipo del blog Registrador Trek. Espero comentarios y contactos de uds.

Así que esta semana les pido a todos que se mantengan alertas, a que revisen en sus archivos los apellidos Landis, Gardiner, Scott, Brantley y Lanois. Se preguntarán por qué: esos son los apellidos de los primeros cuatro alias que he encontrado acerca de Landis. Recuerde buscar mi información de contacto en la página de Autores del Registrador Trek.

¡Hasta pronto!

Matt

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El blog Registrador Trek va a Costa Rica

Some people from the discussion group. Photo: Georgina DeCarli

Algunos de los asistentes al conversatorio. Foto: Georgina DeCarli

Durante este pasado mes de enero estuve concentrado en un proyecto específico con la Fundación ILAM-Instituto Latinoamericano de Museos, de San José, Costa Rica. Como saben, soy Profesor de sus talleres virtuales y cursos presenciales sobre el área de Registro y Catalogación de colecciones; estos talleres ya llevan 8 ediciones, y los he impartido para prácticamente todos los países de Latinoamérica.

En esta oportunidad, el colega Esteban Calvo, Registrador del Museo de Arte Costarricense y consecuente estudioso con nuestros talleres, tuvo la magnífica idea de hacer un conversatorio, una charla informal con algunos colegas de museos de San José. El evento, realizado en la sede del Museo de Arte Contemporáneo y del Diseño de San José el miércoles 23 de enero, contó con la presencia de algunos directores, curadores, registradores y educadores de varios museos de la ciudad.

Además nos acompañó Georgina DeCarli, Directora de la Fundación ILAM, quien nos actualizó información sobre las oportunidades y modalidades de capacitación presencial y virtual que ofrece el ILAM para los trabajadores museísticos. Tratamos cordialmente temas interesantes, vinculados con nuestro ejercicio profesional, y logramos un circuito de realimentación valioso para todos.

Projection of the website. Photo: Georgina DeCarli

Proyección del website del blog. Foto: Georgina DeCarli

Allí aproveché la oportunidad y les presenté nuestro blog Registrador Trek La Nueva Generación, proyectándoles imágenes del website, e invitándoles a visitarlo y escribir en él. Fueron buenas las anécdotas sobre la fundación de nuestro blog, más las peculiaridades del trabajo día a día en nuestros museos. A continuación un par de imágenes de ese encuentro tan especial.

Fernando

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Un Falso Real: Tras la pista de un falsificador de arte Parte 3

Picture from LSU University Art Museum

Mark Landis
También conocido por sus alias:
2009 – Steven Gardiner
2010 – Father Arthur Scott
2011 – Father James Brantley
2012 – Mark Lanois

Espero haber despertado vuestro interés en Landis hasta el momento, y que estén compartiendo esta historia con otros, incluso si no forman parte del “reino del arte”. Decíamos que Landis había estado haciendo esto por más de 30 años. Pero, ¿por qué?, me ha preguntado la gente –por ejemplo, en un comentario hecho en el blog referiéndose a la Parte 1 de este relato. Nunca hubo intercambio de dinero, ni correspondencia alguna ni fraude a la compañía aseguradora que hubiera interesado a las autoridades. Un antiguo agente del FBI, Bob Wittman, me dijo que si no hubo intercambio de dinero y Landis no vendió ninguna de sus falsificaciones, entonces él no hizo nada malo. Podemos haber una excepción, en cuanto a que Landis dispuso del valioso tiempo de varios profesionales durante todos estos años, y que hubo un costo involucrado, directo e indirecto, que incidió negativamente sobre las disposiciones presupuestarias e incluso, yo creo, sobre la reputación de algunos de estos profesionales. Hay más de 17.000 instituciones aquí en EEUU que resguardan o coleccionan patrimonios artísticos. Y solamente he contactado hasta ahora con 52 de ellas, aunque sé que hay otras allá afuera a las que Landis ha engañado, pero ellas no quieren reconocer que están siendo parte de su juego.

¿Cómo hace uno para detectar una falsificación?, se preguntarán ustedes. Yo no he sido entrenado o educado formalmente para ese tipo de investigación. Me despertó la curiosidad ante el cuadro de Signac donado al SCAD, y ante el Lepine donado al St. Louis. Cuando comencé a sospechar, mi tipología patológica, ese trastorno obsesivo-compulsivo bastante típico de la forma de pensar de un registrador, pateó dentro de mí. Observé las seis donaciones de Landis al Oklahoma City bajo una lente de aumento simple y luz ultravioleta. Cada pieza, el Signac, el Lepine, Daumier, Laurencin, el dibujo a la sanguina del siglo 17, y el Valtat que habíamos recibido un poco antes; todos tenían algo peculiar. El Lepine brillaba bajo la luz negra. ¿Por qué? Había un brillo blanco en todas las secciones en las que Landis no había usado pintura a óleo del siglo 20 para pintar sobre reproducciones digitales. El dibujo a la sanguina, que se suponía era del siglo 17… tenía áreas que brillaban en blanco o en azul oscuro, que dieron lugar a que yo utilizara otros recursos que confirmaron mis sospechas… mi nariz. Para que el dibujo a la sanguina del siglo 17 fuera auténtico, la montura sobre la que había sido fijada debía estar quebradiza, despedazándose al menor esfuerzo. Me recuerdo quitando la esquina inferior izquierda del marco, esperando que se deshiciera y cuidando de no dañar la imagen, y ¿adivinan qué?… estaba completamente blanca… era nueva. Luego acerqué a mi nariz el área expuesta, y ¡olía a CAFÉ! ¡Era una falsificación!

Luego de haber sostenido conversaciones con más de 20 instituciones en menos de 60 minutos, descubrí al más prolífico falsificador de arte de nuestro tiempo. Pero no uno como los que hemos conocido en el pasado, sino uno con un perfil inusual, que no estaba en esto por dinero, sino por filantropía, por honor, como para ser considerado por papi y mami como un “buen chico”. Landis no estaba interesado en ver en exposición a los FALSOS Reales que reuní en la Universidad de Cincinnati en pasado mes de Abril. Y le cito a él: “No me importa ver estas cosas. Ya las he visto. ¿Hay alguien aquí que diga que eso es bueno? Síp, eso sería bueno.” Palabras de Landis… Así que, compañeros detectives, no teman usar su instinto y hacer preguntas. Ustedes podrían ser los próximos registradores en descubrir algo tan grande como mi investigación sobre Mark Augustus Landis. Visión aguda, debida diligencia, paciencia, naturaleza inquisitiva… no tomar las cosas con su valor aparente. ¡Pueden ser engañados!

Más detalles sobre esta estafa próximamente. Yo podría escribir durante cuatro horas acerca de este caso, pero estoy tratando de mantener coherentemente el ritmo quincenal de esta historia, dándoles a ustedes lo suficiente para ponerles a pensar y despertarles vuestra curiosidad. Ah, ¡y esperen hasta que comparta con ustedes la falsificación del Picasso! Recuerden ver mi información de contacto en la página de Autores del Registrador Trek. ¡Hablamos pronto!

Matt

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Un Falso Real: Tras la pista de un falsificador de arte Parte 2

Picture from LSU University Art Museum

Mark Landis
También conocido por sus alias:
2009 – Steven Gardiner
2010 – Father Arthur Scott
2011 – Father James Brantley
2012 – Mark Lanois

Bueno, mencioné al final de la parte uno de este blog que tenía el relato completo sobre Mark Landis… Debería haber dicho “incompleto”, ya que hasta el día de hoy aun estoy rastreando los movimientos de este individuo. Es asombroso, por decir lo menos, que he utilizado cinco años de mi vida, hasta ahora, rastreando los movimientos de este individuo, pero aun tengo la sensación interna de que él está pensando en cómo reiniciar su estafa, aunque Landis me dijo que él iba a detenerse. Sí, detenerse es lo que él ha hecho en los últimos treinta años y más, ¿no? Pensé que este era el caso cuando me encontré con su tercer alias, Father James Brantley, en 2011. Eso fue un poco después de que su historia fuera publicada por el Financial Times, en la cual él confesó lo que había estado haciendo y cómo estaba haciendo “eso”. Supuse después de leer este artículo (puede encontrarse en internet) que él realmente se había detenido… Mi búsqueda había terminado y Landis lo había logrado. No fue sino hasta febrero de 2012 que me llegó una pregunta de un oficial de desarrollo de la Loyola University de New Orleans. ¡Este particular caballero conocía y había estado rastreando a Landis durante años y tenía algunas buenas noticias! Landis se había acercado a Loyola, tal como lo hiciera diez años antes como Mark Landis, ahora como Mark Lanois. Supongo que para Landis, Lanois debe ser francés, ¡cierto! Yo registré esto en mi informe, y ahora tenía cuatro alias de él (hablaré de cada uno en las siguientes entregas).

Así que regresemos al momento anterior, yo frente a mí mismo y ustedes entusiasmados. El 7 de agosto de 2008, luego de encontrar que algo en los regalos a Oklahoma City no estaba bien, me puse en contacto con mis colegas de otras instituciones de Estados Unidos para ver si alguno tenía alguna donación o regalos de Mark Landis. En las primeras horas, ya había recibido más de veinte preguntas vía telefónica y correo electrónico queriendo saber qué estaba sucediendo. Compartí mi historia con cada uno de quienes conversé, y las historias fueron todas las mismas. Landis incluso había enviado por FedEx los regalos, o había ido en persona a prometer más arte y dinero para un fondo.

Cada institución le dio carta blanca en las tiendas de su museo, le invitó a cenar, y nunca supo más de él. La pregunta favorita que yo hice a cada uno fue… “¿Él hizo mención de que estaba enfermo del corazón y que tenía que operarse?”. ¡Para mi asombro, la respuesta era sí! Creo que él había estado operándose del corazón por más de treinta años, ¿no es así? Esa fue su estratagema por la que la gente se habrá preguntado por qué nunca volvió a aparecer. Tal vez la operación no habría salido bien o quizás había quedado con mala salud. Ese no fue el caso. Él utilizó esto como una de las razones para no aparecer otra vez… ¿Saben por qué? Él utilizó muchas tácticas para mantenerse en secreto, aunque yo no creo que él sentía que estaba haciendo algo malo. Pero fraude es fraude y falsificación es falsificación. Si usted a sabiendas da algo a alguien bajo un falso pretexto, entonces usted está a sabiendas defraudando a ese individuo. El plan es simple. No tienes que obtener dinero por lo que haces, ya sea estafas, o como quieran clasificar lo que Landis hace, luego de leer mi texto. Landis sabía que había estado haciendo esto por largo tiempo, y usted y yo lo sabemos; de otro modo, ¿por qué él cambiaría su nombre y apariencia cuatro veces en cinco años?  Él conoció a alguien que lo había descubierto y que lo había estado rastreando… Sí, ¡yo!

Habrá más de esto en las próximas semanas. Y por favor, siéntanse libres de contactarme o de comentar lo que deseen. Mi información de contacto está en la página de Autores del Registrador Trek. ¡Hablamos pronto!

Matt

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